- Le auguraban mala suerte a quienes lo hacian
A diferencia de hace unos años parecía todavía válido decir que quienes estudiaran música podrían “morirse de hambre”, sin embargo ahora o al menos para los jóvenes cercanos al Ensamble Clásico de Guitarras de la Universidad Veracruzana la situación es totalmente distinta. La demanda para estas carreras cada vez ha ido en aumento, los estudiantes están cada vez más interesados y existen más posibilidades de desarrollarse a nivel profesional, comentó Alfredo Sánchez, integrante del ensamble que se presentó en el auditorio Ramón López Velarde, del Centro Cultural Universitario.
“La música no sólo se comparte en su modalidad de transmitir al público la belleza de sonido, una cultura del sonido, un trabajo honesto, sino que además se trasmite por medio de los alumnos”.
De cada concierto que ellos hacen en las escuelas, hay al menos dos o tres niños o jóvenes que se acercan para preguntarles donde pueden estudiar algo así, agregó Rafael Jiménez, director artístico del ensamble.
El ensamble por su cuenta ha hecho también trabajo de acercamiento a la música con grupos de niños, adolescentes y jóvenes a través de escuelas primarias, secundarias, preparatorias y en las facultades de su propia alma mater. La idea es dar a conocer esta otra forma de tocar la guitarra, esta otra forma de música que no sea lo que se escucha en la radio o en otros medios con la que desafortunadamente tienen mayor contacto. “No es culpa de los niños y de los jóvenes que no se acerquen a las salas de concierto porque precisamente no la conocen, entonces nosotros ponemos nuestro granito de arena, ojalá pudiéramos cubrir más”.
Una de las ventajas que ellos tienen para acercarse a los jóvenes es que la guitarra es un instrumento muy popular, pero poca gente conoce su potencial y sus capacidades, eso les da a ellos la posibilidad de sorprender a quienes los escuchan por la variedad de tonos, armonías y música en sí misma tanto clásica como un poco más folklórica que ellos logran a través de sus ejecuciones. Al final de los conciertos que ellos hacen en las escuelas les dan a los niños una explicación.
En Jalapa hacen mucha labor no sólo en las escuelas sino también en las comunidades y con otras temporadas que ellos han llamado, conciertos a domicilio, van a asilos, la cárcel, hospitales. Como ellos no pueden venir al concierto entonces los músicos van para llevarles un momento de alegría y de alguna forma enseñarles de esta música que no escucha en cualquier parte. Es parte de sus actividades de extensión aunque tiene que ver directamente con la filosofía de la universidad de que el arte es para todos.
“Siempre la respuesta es muy favorable, mucho muy favorable, a veces piensan que vamos a cantar, empiezan a oír lo que se hace con las guitarras y es impresionante hasta se pone la carne de gallina de recordar eventos, de cosas muy emocionantes”.
Aunque todavía hay un atraso en la apertura de espacios para la promoción de la música clásica, se ha avanzado mucho por medio del trabajo que los mismos grupos han hecho y están interesados en seguir trabajando.
Para el ensamble, es muy sencillo trabajar en estos proyectos “comunitarios” porque finalmente tienen el respaldo de la universidad veracruzana, que es quien paga a los músicos, quienes se dijeron afortunados por estar bien pagados.
