Llegó a Aguascalientes para presentar Las consecuencias y fue con lo que empezó su concierto, el querido Enrique como lo corearon sus fans en cada uno de los silencios musicales entre una y otra interpretación. El escenario vacío duro poco tiempo, se veía sobrio y en realidad lo era, fue el manejo de las luces y la imponente presencia de Bunbury lo que volvió mágico el espacio.
La gente empezó a dar los primeros aplausos y gritó cuando en la oscuridad aparecieron uno a uno los músicos que acompañaron a Bunbury durante una noche de concierto de dos horas continuas donde El Extranjero no cejó en ningún momento. Su vitalidad, el espíritu rockero y las ganas de entregarse en cuerpo y alma a la gente de cualquier parte del mundo que lo ha seguido desde los Héroes del Silencio y no le quitó la vista de encima.
El Teatro Aguascalientes quedó completamente lleno, aún cuando antes de que iniciara el concierto parecía todavía vacío; sólo fue necesario que apareciera el hombre elegante, del sombrero y los pantalones ajustados entre una luz poco definida y todos se pusieron de pie, corearon: ¡Enrique, Enrique, Enrique! y se escucharon los acordes de Las Consecuencias con arreglos especiales.
La temperatura comenzó a subir hasta en los rincones más altos del Teatro Aguascalientes porque todos los espacios quedaron llenos y en todas partes se levantó una voz para corear las consecuencias, acompañaron esa voz ronca, que algo del pasado arrastra y entre todos cantaron… “soy vagabundo, siempre de paso de aquí de allá, de todo el mundo, no tengo dueño, no soy tu esclavo, poco tuyo y de todo el mundo”.
Aunque es una letra del más reciente material discográfico este ser inasible, que va por los espacios como un espíritu, que no es de nadie, que no es de nada, es uno de los aspectos que lo han mantenido vigentes, desde Avalancha hasta Las Consecuencias.
Obligadamente más allá de promocionar estas rolas que están desde hace poco circulando entre los fans, presentó material clásico que de pronto no parecía ser el mismo por el recubrimiento musical que incluyó en cada una de sus intervenciones. El escenario fue una lluvia de luces donde predominó el color rojo, así como los detalles del vestuario de Bunbury que lo mismo arranca gritos de mujeres y de hombres deseosos de seguirlo escuchando cantar.
Apuesta por el Rock and Roll, Iberia Sumergida, Sácame de aquí, Enganchado a ti, Bujías para el dolor fueron algunas de las remembranzas que los asistentes al concierto, hombres, mujeres, jóvenes, un poco mayores, niños un poco más pequeños, unos corearon todo el concierto, otros estaban apenas conociendo Las Consecuencias.
Las uñas pintadas de oscuro, el pantalón negro, la camisa con pequeños detalles rojos y el corbatín del mismo color, un sombrero negro con una franja roja que lo distingue y encima un saco negro con un forro rojo que se quitó al poco tiempo porque fácilmente se contagió de Los habitantes que circularon por la sangre de quienes asistieron al concierto y que, como siempre, al momento de marcharse dejó con ganas de más Enrique, para la noche que incluso obligó a la gira a incluir una fecha más que no estaba prevista en Aguascalientes y ahora está llena. Todo un placer “volver” a verlo en el escenario, dijeron la mayoría de ellos, que no le han perdido la pista.
