Quiero iniciar el banquete felicitando a este diario por los primeros 15 años de ejercer con dignidad el periodismo. Felicidades a LJA.MX y larga vida.
Y vámonos al tema de hoy, quiero expresar por este medio mi agradecimiento y respeto al diputado Cuauhtémoc Escobedo de la Comisión de Educación y Cultura, él fue quien presentó la iniciativa ante el pleno del Congreso para que la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes fuera nombrada Patrimonio Cultural Intangible del Estado, igualmente al diputado Raúl Silva Perezchica, presidente de esta comisión, a los dos y a sus respectivos equipos de trabajo, muchas gracias por creer en esta inquietud, darle forma, y finalmente lograr el objetivo.
Pero permíteme platicarte, amigo melómano, cómo se dieron las cosas, esta es una inquietud que yo traía entre ceja y ceja desde hace ya algunos años. Siempre he pensado, y estoy seguro de esto, que la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes ha sido parte fundamental en el diseño del actual rostro de Aguascalientes, es un elemento fundamental e insustituible de la personalidad e identidad de nuestro estado, es decir, para ser preciso y concreto, Aguascalientes, actualmente, es inconcebible sin su maravillosa orquesta sinfónica, y lo mejor, Aguascalientes ama igualmente a su orquesta. Fíjate que estuve en una de las funciones del ballet de El Cascanueces de Tchaikovsky, un clásico de Navidad, que año con año la OSA presenta en el Teatro Aguascalientes con la importante colaboración de la licenciatura en danza de la Universidad de las Artes en donde el maestro Sustaita representa un sólido pilar para el desarrollo y profesionalización del ballet, ahora ya no es necesario traer solistas de otras partes de México, Aguascalientes es ya lo suficientemente solvente para generar talento local y poder exportar en lugar de importar, y esto, insisto, se debe al maestro José Luis Sustaita y a toda la escuela de Danza George Berard, -valdría la pena, por cierto, hacer una investigación en la Universidad de las Artes y ver qué está sucediendo al interior de esta casa de estudios, al parecer las cosas no están del todo bien, ya vimos lo que sucedió con el maestro Vázquez Gloria-, pero te decía que asistí a una de las funciones, concretamente a la tercera, la del domingo 3 de diciembre, y de verdad te lo digo todavía con la emoción a flor de piel, me estremecí cuando al terminar la función, el maestro Juan Tucán Franco, director invitado, puso a la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes de pie, la ovación fue inmensa, prácticamente el público, que llenó el Teatro Aguascalientes, se volcó en un entusiasta aplauso y con espontáneos gritos de ¡bravo!, mostró incondicionalmente su apoyo y amor por el más grande orgullo cultural de nuestro estado.
Convencido como lo estoy de que la OSA es un elemento imprescindible para el desarrollo cultural de Aguascalientes, me dirigí decidido al Congreso del Estado para buscar una cita con el diputado Cuauhtémoc Escobedo, por cierto, yo ya había comentado esta inquietud con algunos músicos de la OSA que por supuesto se mostraron entusiasmados y le dimos seguimiento al tema con algunas reuniones informales. Fue así que el diputado me dio una cita para el día siguiente que fui a buscarlo, creo que era un martes del mes de octubre. Acudí puntual a la cita en su oficina y me recibió amablemente, le expresé mi inquietud de que la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, por todo lo que representa para el estado, por los evidentes beneficios que significan tener una orquesta, pero especialmente porque tenemos evidencia irrefutable de que por lo menos desde 1923 existía ya en Aguascalientes una entidad musical llamada Orquesta Sinfónica de Aguascalientes que ofrecía conciertos en el Teatro Morelos, nuestra Sinfónica tenía justificación y motivos suficientes para considerar la posibilidad de que fuera nombrada Patrimonio Cultural Intangible del Estado, fue el mismo diputado Cuauhtémoc Escobedo quien tuvo la idea de que sería significativo que este año 2023 en que se cumplen cien años de que se formó la primera versión de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes fuera el año en el que se obtuviera ese nombramiento.
Trabajamos duro, yo me reuní, como ya lo comenté, periódicamente con músicos de la OSA quienes formaron una especie de comisión con el fin de conseguir este nombramiento, y de estas reuniones de trabajo surgieron muchas cosas interesantes que ya las iremos exponiendo públicamente con el fin de respetar los tiempos, pero sí quiero agradecer el entusiasmo y compromiso del trabajo de la maestra Gaby Martínez, pianista de la Sinfónica quien se encargó, entre otras cosas, de formar esta comisión junto con la maestra Margarita Benavides, de la sección de violoncellos también de la OSA.
Finalmente, el maestro Cuauhtémoc Escobedo y su equipo de trabajo, -yo me reuní algunas ocasiones con Miguel Nájera, parte del equipo del diputado y que también trabajó con convicción y responsabilidad-, elaboraron todo el proceso para presentar la iniciativa el jueves 30 de noviembre, a la semana siguiente en sesión celebrada el miércoles 6 de diciembre se votó de manera unánime a favor de aprobar la iniciativa de que la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes fuera nombrada, con toda justicia y merecimiento, Patrimonio Cultural del Estado, sólo falta el decreto que habrá de ser presentado con la gobernadora Tere Jiménez y posteriormente su publicación en el periódico oficial. Esto, amigo melómano es maravilloso, además de proteger a nuestra más importante entidad musical, se dibuja un panorama alentador en la cultura local, pero ya nos ocuparemos de esto en su oportunidad, por ahora celebro con la Sinfónica, con los diputados de la Comisión de Educación y Cultura, y especialmente con el numeroso pueblo melómano de Aguascalientes que nuestra Sinfónica no pisa sobre hielo delgado y se consolida como lo que es, el gran orgullo cultural de Aguascalientes.
