Oscar Eduardo Moreno Redín, jefe operativo de la Delegación Pocitos, habló sobre su motivación para entrar al cuerpo policiaco y el rescate a las personas en el camión inundado.
“Desde niño me llamó mucho la atención la carrera policiaca, también tenía amigos que pertenecían a la Secretaría cuando era una dirección de policía, veía las cosas que hacían y me llamaba mucho la atención”.
El día a día de un policía es de alto riesgo, el comandante Redín comentó que para llevarlo se deben de poner en los papeles adecuados en cada situación, cuando se le tiene que reprender a la ciudadanía por alguna situación, tienden a responder de forma agresiva contra el cuerpo policiaco, “la situación es que no tenemos una cultura de respeto a las autoridades, lo he platicado con mi esposa, si a los niños se les inculcara desde el kínder el respeto a la autoridad o conocimiento básico de las leyes, sabrían cómo respetar tanto a los padres como a las autoridades, empezando con los maestros”. Esto debido al fenómeno de solapar a los niños en su domicilio, por lógica no va a respetar a cualquier lado donde vaya.
Agregó que, si desde pequeños incluyeran una clase de material político, adaptado a la edad de los niños, se podría motivar la cultura de la legalidad o una adquisición jurídica en los niños, para que comprendan que, si hacen algo malo, van a ser reprendidos. “Lo que pasa es que como madres siempre van a ser sus angelitos, es el instinto maternal, pero el problema es que no ven que pasó detrás de la situación, en realidad no conocemos a los hijos al 100%, las amistades y el entorno”.
El comandante contó cómo es el día en su puesto, mencionó que se levanta desde las 5 am hasta las 9 pm, “esto es todos los días, somos 7 jefes operativos, más los compañeros encargados de grupos especiales, nos toca una guardia cada 10- 12 días donde nos toca supervisar toda la ciudad en un turno de noche, este día se supervisa que todo se haga bien en todos los destacamentos”.
Mencionó como manejar el tema personal con una profesión tan demandante, “afortunadamente mi esposa también es de este ámbito, ella esta destacamentada en Terán Sur, conoce y sabe el trabajo que tenemos, nuestros horarios no son los mismos. Pero ella sí entiende, a veces es complicado que tengamos cosas personales que hacer y tenemos que adaptarnos dentro de los horarios, pero siempre nos comunicamos”.
Los retos más grandes en esta profesión son diferentes día a día, “todos los días es lidiar con una situación diferente, en este trabajo nada es rutinario. La ciudadanía cree que el trabajo de un policía es fácil, pero no hay nada fácil. Hay situaciones donde hay que mediar con personas que piensan que las cosas se hacen como ellos creen que deben de hacer, pero les hablamos de materia jurídica, les decimos que nos compete esto, porque la constitución nos faculta para esto y esto. Sí yo caigo en una complacencia para una persona, puedo caer en un delito y esa situación se las he inculcado mucho a mis elementos, las cosas se hacen legalmente y lo que nos corresponde, lo que no nos compete indicamos el procedimiento a seguir a la ciudadanía”.
El comandante también resaltó lo gratificante de su labor contando una experiencia reciente: “hace unos días fui a desayunar y se me acercó un niño, y me preguntó si me gustaba ser policía y saque esta medalla y se la enseñé, me preguntó si era un héroe y le dije sí, la mamá del niño le dijo felicítalo y el niño me felicitó, eso es una de las gratificaciones más grandes, que todavía haya niños que crean en la policía y se acerquen, que no tengan miedo. Porque hay muchas mamás que les dicen aguas porque te va a llevar la policía, si te portas mal te va llevar la policía, en lugar de animarlos a que se acerquen a un policía les infunden miedo y no estamos para dar miedo, estamos para ayudar cuando se tiene que ayudar y estamos para reprender cuando se tiene que hacer”.
Mencionó que generar una relación de confianza entre la policía y la comunidad, tiene que ver en cómo nos dirigimos, “nosotros podemos ser lo más estrictos que se puede ser, depende del trato de la ciudadanía hacía nosotros y nosotros hacia la ciudadanía, si yo llego y te hablo con respeto y tu piensas que por el hecho que te esté hablando con respeto te tenemos miedo, nosotros no le tenemos miedo a la ciudadanía, simplemente en nuestra carrera debemos de ser profesionales, pero si tenemos que se estrictos lo tenemos que hacer, muchas personas piensan que lo estricto es prepotente, pero si yo conozco mis procedimientos y mis leyes aplicables, yo tengo que hacer cumplir para lo que yo me pongo este uniforme, para hacer cumplir las leyes. Si no se puede hacer no se hace, porque yo no quiero ver a alguno de mis elementos bajo alguna situación legal por hacer cosas a favor de alguien cuando en realidad no lo tenemos que hacer”.
Hablando de habilidades mencionó que lo importante es la destreza con la que sepas hacer las cosas, la capacitación, “hay una frase que en lo personal es muy incómoda que dice estudia, no seas policía. Yo sigo haciendo carrera, estoy haciendo un examen del TCU, nosotros los policías estamos capacitados, aquí dentro de la corporación hay licenciados, arquitectos, médicos. Para poder ser policía necesitas tener estudios, necesitas disfrutar lo que haces, sentir la adrenalina de lo que estás haciendo y la adrenalina no es llegar y golpear a las personas, patrullando a toda velocidad con la sirena abierta, es que sepas que es lo que buscas y cómo lo vas a desarrollar. Hay veces que son milisegundos los que tienes para actuar, si tu eres capaz lo haces. Esa es la habilidad que podemos decir que tenemos, estamos capacitados para hacer las cosas y saber aplicarlo cuando se necesite”.
El comandante Redín atendió una situación el año pasado, donde un camión urbano estaba inundado, “Yo estaba patrullando normal, cuando pase por la calle y una señora me hizo señas y me dijo que en el camión había gente atrapada, la gente estaba arriba del toldo, pero el agua les llegaba arriba de la rodilla, les dije que no se desesperaran, estacione la patrulla, me quite el uniforme y me metí nadando por el paso desnivel, llegue hasta ellos y los tranquilice. A las personas que estaban arriba les pedí unas cuerdas, escaleras, lo que tuvieran. Alguien tenía que hacer maniobras para poder amarrar, hacer una línea y sacarlos, pero las personas ya estaban desesperadas, una señora agarró el celular y dijo que le iba a llamar a la policía y le dije señora yo soy policía, ahorita los voy a ayudar, nada más no se desesperen. Eso es lo primero que tenemos que hacer es tranquilizar a la gente, me preguntan mis compañeros si no tenía miedo, pero yo sabía lo que estaba haciendo, si entras con miedo no vas a poder ayudar”.
El comandante Redín hizo una línea con apoyo del chofer del camión y fue acercando a la barra a cada persona, una a una, y los compañeros que estaban arriba los apoyaron a sacarlos.
