En diálogo
Unidad nacional ante amenazas de Trump
Sin distinción de diferencias ideológicas, es momento de cerrar filas y apoyar al gobierno de la República, encabezado por Claudia Sheinbaum Pardo, ante las amenazas del gobierno estadounidense liderado por Donald Trump. Se trata de defender nuestra soberanía nacional; en este asunto no hay medias tintas ni posiciones neutrales.
Es evidente que la relación entre México y el gobierno de Estados Unidos atraviesa un momento crítico. Trump ha iniciado su segunda gestión con un énfasis particular en nuestro país, amenazando con deportaciones masivas, exigiendo mayor control sobre la frontera sur para evitar el ingreso de migrantes y declarando a los cárteles del narcotráfico como grupos terroristas, con la posibilidad de una intervención armada en territorio mexicano. En lugar de estas medidas, el gobierno estadounidense debería enfocarse en combatir las causas de su crisis de adicción, las redes locales de distribución y el tráfico de armas hacia México.
Trump ha demostrado, tanto en su discurso como en sus acciones, ser un mandatario racista, xenófobo y expansionista, llegando al extremo de proponer el cambio de nombre del Golfo de México a Golfo de América. Su visión imperialista también se refleja en su intento de apoderarse de Groenlandia, su intención de recuperar el Canal de Panamá y su propuesta de expulsar a casi dos millones de palestinos de la Franja de Gaza para desarrollar un proyecto con Israel, país que enfrenta acusaciones de genocidio contra el pueblo palestino.
Las amenazas contra México ya han tenido consecuencias económicas. Trump impuso un arancel del 25% a las exportaciones mexicanas, aunque gracias a la acertada conversación telefónica que sostuvo Claudia Sheinbaum con el mandatario estadounidense, se logró un aplazamiento de un mes. Es importante destacar que nuestra presidenta ha mantenido una postura firme en defensa de la soberanía, la economía y el bienestar del pueblo, así como de los migrantes mexicanos en Estados Unidos. Su liderazgo ha estado a la altura del momento histórico que vivimos.
Como parte de esta estrategia, Sheinbaum respondió inicialmente a la amenaza de aranceles con una medida recíproca del 25% a los productos estadounidenses. Posteriormente, a través del diálogo, se logró el acuerdo para aplazar la imposición de estas tarifas.
La actitud agresiva de Trump no es nueva. Durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, México también enfrentó amenazas similares, aunque ahora su postura parece aún más desafiante, con el riesgo de derivar en una intervención militar.
El pasado 8 de febrero, durante una gira de trabajo en Michoacán, Sheinbaum reafirmó la soberanía de México con un mensaje contundente: “México es fuerte porque tenemos historia y cultura, heredadas de los pueblos originarios y de nuestros héroes y heroínas que forjaron esta gran nación. Aquí estamos, unidos. Que nadie se atreva a violar nuestra soberanía, porque México es un país libre, soberano e independiente”.
En un evento en Salvador Escalante, Sheinbaum informó que el gobierno federal sigue de cerca el bienestar y los derechos humanos de los connacionales en Estados Unidos. Se ha fortalecido la presencia de los consulados y se ha reconocido el esfuerzo de los migrantes, quienes enviaron a México 64,745 millones de dólares en remesas el año pasado, un acto de generosidad heroica.
Al día siguiente, durante la ceremonia del 112° aniversario de la Marcha de la Lealtad, el secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla Trejo, destacó la importancia de la unidad nacional ante la postura de Trump: “Las instituciones armadas ponemos a disposición de las y los mexicanos nuestra lealtad para contribuir a la seguridad y el desarrollo nacional. Así ha sido y así será siempre”, expresó en el evento, donde se recordó la histórica marcha del presidente Francisco I. Madero junto a los cadetes del Heroico Colegio Militar en 1913, en plena Decena Trágica.
El intervencionismo de Estados Unidos ha dejado huellas dolorosas en nuestra historia. Desde la guerra de 1846-1848, cuando México perdió la mitad de su territorio, hasta la ocupación militar de Veracruz en 1914 y la Expedición Punitiva de 1916-1917 contra Francisco Villa.
Durante los gobiernos posrevolucionarios, se documentó la injerencia de agencias de inteligencia estadounidenses en México, muchas veces con la complicidad de mandatarios priistas que actuaban en favor de sus intereses. En la era neoliberal, los gobiernos del PAN y el PRI adoptaron una postura de sumisión ante Washington, en una actitud neocolonial vergonzosa.
Sin embargo, con la llegada de la Cuarta Transformación, primero con López Obrador y ahora con Sheinbaum, el gobierno ha asumido una postura nacionalista y democrática, con la autoridad moral que otorga no ser corrupto. Se ha dejado claro que la soberanía de México no está en negociación.
Lamentablemente, algunos sectores conservadores ven la amenaza de Estados Unidos como una oportunidad para recuperar el poder, sin comprender que su actitud es una traición a la patria. Ahora más que nunca, debemos estar unidos en defensa de México y su desarrollo.
No es momento de titubeos, sino de fijar una postura clara y respaldar al gobierno de la República. Con inteligencia, estrategia y visión, debemos negociar con nuestro vecino del norte sin sometimiento, tal como lo ha planteado nuestra presidenta, cuyo liderazgo es indispensable en estos tiempos.
