El secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, anunció nuevas estrategias para abordar de manera conjunta problemas prioritarios en la relación bilateral entre Estados Unidos y México, como el tráfico de armas, la comercialización de fentanilo y la migración irregular. Rubio destacó que estas problemáticas de seguridad serán atendidas mediante un trabajo coordinado entre la Secretaría de Seguridad Nacional y la Oficina de la Fiscal General de los Estados Unidos, en colaboración con las autoridades mexicanas.
En una entrevista para el programa El Show de Clay Travis y Buck Sexton, Rubio compartió su visión sobre la relación bilateral con México en el contexto de la nueva gestión presidencial de Donald Trump. Además, planteó las políticas exteriores que su administración planea implementar, muchas de las cuales han generado controversia, particularmente por las medidas consideradas radicales hacia México. Entre los temas más sensibles destacan el tráfico de fentanilo, los aranceles comerciales y la gestión migratoria.
Cooperación para frenar el tráfico de armas
Durante su intervención, Marco Rubio subrayó que uno de los principales puntos de la agenda bilateral será frenar el tráfico de armas desde Estados Unidos hacia México, un problema que alimenta la violencia generada por los cárteles en territorio mexicano. Rubio adelantó que se trabaja en el diseño de una estrategia para controlar la venta y traslado ilegal de armas, lo cual responde a una solicitud expresa del gobierno mexicano.
Este anuncio cobra especial relevancia tras las recientes declaraciones de Claudia Sheinbaum Pardo, quien ha abogado por demandar a las armerías estadounidenses que, presuntamente, facilitan la adquisición de armamento por parte de los cárteles mexicanos. Además, Sheinbaum advirtió que México podría implementar medidas arancelarias contra Estados Unidos si este no muestra avances en el control de la distribución de armas.
Rubio reafirmó el compromiso del gobierno estadounidense de colaborar en este tema y reconoció que la lucha contra el tráfico de armas no solo es esencial para México, sino también para la seguridad regional. “Estamos diseñando una estrategia que apoye los esfuerzos del gobierno mexicano para evitar que el armamento termine en manos de organizaciones criminales”, explicó.
El tráfico de fentanilo: un problema compartido
Otro eje central de la colaboración bilateral será el combate al tráfico de fentanilo, una crisis que afecta tanto a Estados Unidos como a México. Rubio destacó que el gobierno estadounidense buscará fortalecer las acciones para desmantelar las redes de distribución de este opioide sintético, cuya producción y contrabando involucran a grupos criminales en ambos países.
México, por su parte, se ha comprometido a intensificar los controles en sus puertos y puntos de entrada para evitar la entrada de precursores químicos provenientes de Asia, utilizados para la fabricación del fentanilo. Según Rubio, esta cooperación será clave para reducir las sobredosis en Estados Unidos, que han alcanzado cifras alarmantes en los últimos años.
Migración irregular: un desafío para ambos países
En cuanto a la migración irregular, Rubio señaló que este es un tema de alta prioridad para la administración estadounidense. Explicó que se buscará una solución integral que contemple tanto el control de los flujos migratorios en la frontera sur de Estados Unidos como el apoyo a México en sus esfuerzos para gestionar la migración en su propio territorio.
En este sentido, Rubio mencionó que se están explorando medidas que incluyan un mayor despliegue de tecnología en la frontera, el fortalecimiento de las capacidades de las fuerzas de seguridad mexicanas y programas de cooperación para abordar las causas profundas de la migración en Centroamérica.
Trabajo conjunto con autoridades clave
Para llevar a cabo estas estrategias, Rubio destacó la colaboración de figuras clave en su gabinete, como Kristi Noem, titular de la Secretaría de Seguridad Nacional, y Pam Bondi, Fiscal General de los Estados Unidos. Ambas funcionarias están trabajando en el diseño de políticas que permitan una solución efectiva a estos desafíos.
“Estados Unidos asumirá la responsabilidad de frenar el tráfico de armas y México se enfocará en la migración y el combate al fentanilo”, afirmó Rubio, destacando la importancia de una relación bilateral basada en la corresponsabilidad y el diálogo continuo.
Un futuro incierto pero necesario
A pesar de los retos y las tensiones entre ambas naciones, Rubio insistió en que la cooperación bilateral es crucial para enfrentar las amenazas compartidas. Sin embargo, las medidas propuestas podrían generar tensiones políticas y económicas, especialmente si no se logran acuerdos claros sobre la implementación de estas estrategias.
La relación entre Estados Unidos y México se encuentra en una encrucijada, donde ambos países deberán superar las diferencias para avanzar en la lucha contra problemas que afectan directamente a la seguridad y el bienestar de sus poblaciones. Como subrayó Rubio, “las problemáticas de seguridad no conocen fronteras, y solo trabajando juntos podremos garantizar un futuro más seguro para nuestras naciones”.
