Finalmente, después de cuatro meses de labores en obras de rehabilitación y mejoramiento, la avenida Francisco I. Madero, de esta ciudad capital, quedó reabierta a todo el público, permitiendo –como es obvio– el libre tránsito de vehículos y personas a través de ésta. Dichas obras, dentro del programa llamado A maderear, impulsado por el municipio de Aguascalientes, comenzaron el pasado 28 de enero, con la promesa de concluirse, justamente, en cuatro meses.
Desde temprana hora del día primero de este mes ya se observaba circulación vehicular en esta céntrica avenida, una de las más importantes de la ciudad dado a su ubicación, donde, de a poco, comenzaba a restablecerse el tránsito regular que hace cuatro meses atrás era habitual.
En el tramo rehabilitado de Madero, que va desde la calle General Ignacio Zaragoza a la calle José María Morelos, los transeúntes caminaban observando la manera en que fue concluida esta avenida, después de las obras realizadas y de las expectativas de mejora que levantaron éstas, tanto para el embellecimiento de la zona centro, como para un mayor dinamismo comercial y de entretenimiento en el área.
Bien se podían observar aspectos como el nuevo piso de las banquetas y de la vía vehicular, al mero estilo del tramo de la calle Zaragoza que va hacia el templo de San Antonio; la rehabilitación de las fachadas de la gran mayoría de los edificios, que vienen a darle cierto aire renovado a Madero, aunque las estructuras no sean de lo más modernas; la apertura de algunos nuevos negocios en la búsqueda de sacar el mayor provecho a esta rehabilitación urbana; las nuevas jardineras que decoran la zona rehabilitada, al igual que la serie de árboles y plantas aún jóvenes a lo largo de la misma, en donde el municipio intenta darle ese toque “verde” a la vía; además de la novedosa ciclovía, que aunque sólo está en este tramo de la calle, pretende dar la visión de una ciudad comprometida con los ciclistas, pues ya hasta se instalaron en los nuevos semáforos el señalamiento para este medio de transporte, que ha querido cobrar fuerza en la ciudad. Así también llama la atención los nuevos postes de luz y la falta de los cables de luz, que fueron ocultados para evitar la contaminación visual.
Aun con todo esto, un par de tractores y diversos trabajadores todavía estaban presentes concluyendo con los detalles finales para dejar terminada completamente la calle, pintando algunas rejas de las jardineras, instalando los últimos tabiques de piso en puntos ya aislados, y recogiendo los escombros y polvo dejados luego de cuatro meses de obras. Pues es evidente que tras este tiempo, por más rehabilitada que este la calle, hay mucho polvo y tierra todavía.
El ánimo era tal en esta reapertura que hasta los policías viales se mostraban muy dispuestos a hacer su chamba, ya que, al estar ahora prohibido que los vehículos se estacionen en esta calle, salvo puntos específicos, cualquier automóvil que veían aparcado de inmediato lo abordaban para cuestionarle qué hacía allí.
Sólo con el tiempo podremos saber qué tantos beneficios podrá traer esta rehabilitación de la avenida Madero, y si tendrá resultados fructíferos ese llamado que la alcaldesa intenta impulsar de A maderear.
