México se convierte en el quinto país del mundo —después de Estados Unidos, Japón, Reino Unido y China— en aprobar el uso de Donanemab, un medicamento desarrollado por la farmacéutica Eli Lilly para tratar el Alzheimer en etapas tempranas. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) dio luz verde a su uso tras más de 30 años de investigación, abriendo así una nueva puerta para las personas diagnosticadas con deterioro cognitivo leve y presencia confirmada de proteína beta-amiloide en el cerebro.
La llegada de Donanemab marca un punto de inflexión en el abordaje de esta enfermedad neurodegenerativa en México. No es solo una nueva terapia, sino una señal de que la ciencia está ganando terreno frente a un padecimiento que, hasta ahora, contaba con opciones terapéuticas limitadas y poco efectivas. La farmacéutica anunció que la distribución comenzará en hospitales y centros especializados nacionales durante el segundo trimestre de 2025.
A diferencia de otros tratamientos, Donanemab no solo busca aliviar síntomas: actúa directamente sobre la causa subyacente más reconocida del Alzheimer, eliminando las placas amiloides del cerebro. Estas placas, que se forman a partir de la acumulación anómala de proteína beta-amiloide, interrumpen las conexiones neuronales y están fuertemente asociadas con la progresión del deterioro cognitivo.
Según Eli Lilly, este medicamento tiene la capacidad de ralentizar significativamente la pérdida de funciones como la memoria reciente, la organización, la planificación de actividades, el uso de aparatos domésticos y la administración de finanzas, habilidades esenciales para mantener la independencia.
En México, se estima que alrededor de 1.3 millones de personas viven con Alzheimer, aunque el número podría ser mayor debido a la subestimación por falta de diagnóstico. De acuerdo con la Secretaría de Salud, en los próximos 35 años más de 3.5 millones de personas podrían ser afectadas por esta enfermedad. Esta proyección convierte la llegada de Donanemab en un asunto no solo de innovación médica, sino de urgencia de salud pública.
La presidenta de Lilly Latinoamérica, Karla Alcázar, describió la aprobación como un “avance histórico” y una “esperanza renovada” para miles de familias mexicanas. Mientras tanto, Santiago Posada, vicepresidente médico regional, enfatizó que este tipo de terapias permiten a los pacientes disfrutar por más tiempo de sus actividades cotidianas y de su autonomía funcional.
En paralelo al anuncio clínico, también destaca la inversión: Eli Lilly ha destinado 13 mil millones de dólares a investigación global sobre Alzheimer, en un mercado que, según estimaciones de Horizon Grand View Research, podría alcanzar los 100.3 millones de dólares hacia 2030.
La relevancia del Alzheimer no es menor. Es la forma más común de demencia y, contrario a la creencia popular, no es una consecuencia natural del envejecimiento. Entre sus principales síntomas se encuentran la pérdida de memoria, desorientación, dificultad para resolver problemas, apatía, cambios de conducta y, en fases terminales, pérdida de movilidad y control fisiológico. Estas condiciones suelen alterar profundamente la vida del paciente y de su entorno familiar y social.
El avance que representa Donanemab, aunque aún limitado a etapas tempranas, es un hito esperanzador en el horizonte de una enfermedad históricamente compleja. Es, en términos llanos, un primer gran paso para que el olvido no siga ganando.




