Perla Mata Cháirez ganó el Premio Nacional de Arte Joven con una pintura hecha con residuos metalúrgicos
- Diego Inestrillas reflexiona en su obra sobre la transformación del paisaje con materiales industriales
- Renard Solís Herrera recibió mención honorífica por una pintura que canaliza fuerzas sin necesidad de figuras o títulos
Con obras que cuestionan la materia, el paisaje y la pintura misma, tres jóvenes artistas fueron reconocidos en el Encuentro Nacional de Arte Joven, en el marco de la Feria Nacional de San Marcos, uno de los escaparates culturales más importantes de México. A través de enfoques personales y propuestas profundamente enraizadas en su contexto, los artistas galardonados compartieron no solo su trabajo, sino también su visión del arte como una forma de entender y transformar el mundo.
Perla Mata Cháirez, originaria de Matamoros, Coahuila, fue una de las ganadoras del Premio Nacional de Arte Joven. Su pieza, Materia inestable uno, es una pintura elaborada a partir de residuos metalúrgicos, un material que remite directamente a su lugar de origen: “Es el material que queda cuando producen la plata, depósitos de una sustancia que escapa y que yo recolecto para pintar”, explicó la artista.

Para Perla, el premio representa no solo un reconocimiento a su trabajo, sino una motivación profunda para seguir creando: “Es algo muy emocionante y motivante. Esta beca me permitirá seguir haciendo proyectos, exponer en otras ciudades y continuar mis estudios”, compartió.
Con un mensaje claro para otros jóvenes creadores, la artista los animó a participar en convocatorias como esta: “Es una gran oportunidad para mostrar nuestro trabajo y también para seguir produciendo gracias al estímulo económico”.
Desde el Estado de México, Diego Sánchez Inestrillas también fue reconocido por una obra que entreteje pasado y presente, tecnología e identidad. Su propuesta plástica parte de un método de educación indígena utilizado para registrar la diversidad, reinterpretado a través de materiales industriales y plásticos: “La obra trata sobre cómo el flujo industrial se entrelaza con el paisaje y genera un nuevo ecosistema. Es una forma de registrar este nuevo entorno a través de una diversidad plástica”, explicó. Para Diego, participar en este encuentro es un motivo de orgullo y una forma de representar al país entre tantos talentos emergentes. Su consejo para las nuevas generaciones de artistas: “Hagan lo que puedan con lo que tienen. Exploren, investiguen y sean honestos con sus propias historias”.

Renard Solís Herrera, artista originario de la Ciudad de México, recibió una mención honorífica por una obra que no busca ser explicada, sino sentida: “Me alejo de los títulos para dejar que la pintura hable. No quiero que se encierre por palabras”, compartió.

Lejos de la representación figurativa, Renard explora en su trabajo la canalización de fuerzas a través del cuerpo, el gesto y el movimiento: “Mi pintura trata de canalizar fuerza, no figuras. Se trata de dar lugar a la pintura, no de representar algo concreto”.
Al hablar de su experiencia en el certamen, Renard expresó su entusiasmo por el reconocimiento: “Siempre es bonito recibir un abrazo de otro estado, de otro lugar. Te motiva a seguir por la línea que estás haciendo”. Y en cuanto a la perseverancia en el camino del arte, lanzó un mensaje contundente: “El trabajo antes que la imaginación. Usar el cuerpo, meterle trabajo, trabajo, trabajo… y luego ya vienen las ideas y los conceptos”.
El Encuentro Nacional de Arte Joven, con sede en Aguascalientes, es desde hace décadas una plataforma esencial para descubrir y dar impulso al talento emergente en el país. Las voces de Perla, Diego y Renard confirman que el arte joven en México se encuentra en un momento de profunda experimentación, conciencia territorial y honestidad creativa.




