Una oleada de llamadas telefónicas con el prefijo internacional +44, correspondiente al Reino Unido, ha encendido las alertas entre usuarios mexicanos. Lo que comenzó como una aparente curiosidad —”¿quién me llama desde Londres?”— terminó revelando un esquema de estafa internacional que combina métodos clásicos de fraude telefónico con nuevas tácticas de ingeniería social y manipulación digital. A pesar de la viralización del fenómeno en redes, las autoridades mexicanas aún no reconocen oficialmente esta modalidad como una amenaza concreta.
¿Qué está pasando?
Desde hace semanas, miles de personas en México han reportado en redes sociales que reciben llamadas breves desde números internacionales con el prefijo +44. A menudo, los estafadores cuelgan tras uno o dos tonos, o bien, al contestar, suena una grabación automatizada en español que promete oportunidades laborales remotas y pide agregar el número a WhatsApp. La mayoría de las veces, no hay ningún vínculo real con Reino Unido, ni amistades ni familiares en ese país. El patrón es claro: insisten a diario y los números tienden a repetirse.
El viejo truco con nueva máscara
La base de esta modalidad se encuentra en el fraude conocido como “Wangiri”, palabra japonesa que significa “timbra y corta”. El objetivo es que la víctima devuelva la llamada, lo cual activa cargos premium o, en algunos casos, suscripciones no solicitadas. Pero la evolución del fraude lo ha llevado más allá: una vez que se establece contacto por WhatsApp, los estafadores ofrecen “empleos remotos” que consisten en tareas básicas como dar likes o escribir reseñas a cambio de pequeñas cantidades de dinero.
Una vez que el usuario genera confianza y realiza las primeras actividades, se le invita a entrar a un grupo de Telegram llamado “Viaje bajo el sol”, donde se le propone acceder a “misiones premium” con mayores recompensas económicas. Para ello, se le solicita un “depósito de activación”, tras el cual los estafadores cortan toda comunicación, dejando a la víctima sin dinero y sin rastro del supuesto trabajo.
El silencio de las autoridades
Durante la conferencia presidencial del 22 de abril, la presidenta Claudia Sheinbaum simplemente exhortó a no contestar llamadas de números desconocidos. Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, afirmó que la dependencia no tiene registro de esta estafa y que apenas están verificando los reportes.
Este vacío institucional contrasta con la magnitud del problema. Según datos del INEGI, el 81.4% de los mexicanos usa teléfono celular, lo que equivale a casi 97.2 millones de personas susceptibles a este tipo de fraudes. Además, la CONDUSEF reporta un aumento del 19% en fraudes tipo vishing en los últimos cinco años, lo que confirma que esta forma de estafa no es nueva, pero sí cada vez más sofisticada.
Cómo identificar y protegerse
Los elementos clave para reconocer este tipo de llamadas incluyen:
- Llamadas internacionales breves o cortadas, especialmente del prefijo +44
- Grabaciones automáticas en español que prometen empleos
- Solicitudes para agregar números a WhatsApp o Telegram
- Peticiones de pagos por adelantado para acceder a “beneficios laborales”
Para protegerse, instituciones como la Profeco, la CONDUSEF y la CONASE recomiendan:
- No contestar ni devolver llamadas de números desconocidos
- No hacer clic en enlaces recibidos por SMS
- Bloquear y reportar los números como spam
- Usar identificador de llamadas y configurar bloqueo a salidas internacionales
Más allá del chiste de One Direction
Aunque algunos usuarios han tomado el tema con humor —bromeando sobre supuestas llamadas de Harry Styles o la Reina Isabel (post mortem)—, el impacto real del fraude es económico y emocional. Y en un país donde la informalidad laboral y la precarización digital empujan a muchas personas a buscar ingresos alternos en internet, las falsas promesas de empleo remoto se vuelven un anzuelo perfecto para las redes criminales.
La estafa es real, aunque suene a parodia global
El uso de bots, inteligencia artificial y plataformas como WhatsApp y Telegram hace que el fraude sea más creíble, más automatizado y más difícil de rastrear. Mientras tanto, las instituciones mexicanas siguen rezagadas ante los riesgos de la digitalización del crimen. El mensaje, entonces, no debería ser solo “no contestes llamadas desconocidas”, sino exigir una respuesta coordinada y efectiva que incluya prevención, información pública y mecanismos de denuncia más accesibles. Porque hoy el +44 puede parecer una broma, pero mañana podría costarte tu quincena.




