- Desde el campamento montado en la zona natural de La Pona, integrantes del movimiento Salvemos La Pona reportan una creciente participación ciudadana y una red de apoyo constante por parte de vecinos, colectivos ambientalistas y simpatizantes.
Sofía González Ponce, representante de la asociación, señaló que el respaldo ha superado sus expectativas. “Podría estar más cansada, pero la verdad han tirado tanto paro que me he podido ir a descansar para estar aquí durante el día”, comentó.
De acuerdo con González, la colaboración ha sido diversa: desde donaciones de víveres, agua y comida preparada, hasta la instalación de baños secos. “Ayer nos trajeron un baño seco. También se están acercando personas de otras iniciativas de conservación y ahorro de recursos; se está volviendo un lugar para compartir preocupaciones e ideas”, expresó.
La activista destacó que el movimiento ha visibilizado una parte poco conocida del área: la mezquitera que se encuentra detrás del parque. “Mucha gente conoce el parque, pero se sorprenden cuando descubren la mezquitera”, señaló.
Este ecosistema, compuesto principalmente por mezquites y huizaches, regula la temperatura de la zona y ofrece refugio natural. “Vas en la banqueta y estás a 30 grados, llegas a La Pona y estamos a 15; te adentras cinco minutos y ya no se escucha el ruido de la ciudad, solo los pajaritos”, describió.
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Sobre el marco jurídico del conflicto, González explicó que el amparo que se perdió estaba relacionado con el programa de desarrollo urbano de la ciudad, el cual modificó el uso de suelo para permitir fines habitacionales y comerciales en dos terceras partes del terreno.
Actualmente, hay otros dos amparos en curso, y se espera que las autoridades estatales y federales se pronuncien con mayor claridad. También cuestionó que, a pesar de la visita de PROESPA, no se hayan colocado sellos de clausura a las obras, como sí ha ocurrido en otros predios. “Nos pareció extraño. En otros casos donde no se entregan permisos, sí hay clausura; aquí no”, apuntó.
Durante los últimos días, el presidente municipal Leonardo Montañez y el secretario de Seguridad Pública Gonzalo Pérez Zúñiga acudieron al campamento para dialogar con los ambientalistas. Sin embargo, Montañez no firmó la petición para declarar protegida la totalidad de La Pona, argumentando razones políticas, según relató la activista.
Pese a diferencias en redes sociales, González destacó que esta ha sido una de las movilizaciones con mayor unidad digital que ha visto en Aguascalientes. “Vienen amas de casa, maestros, estudiantes, biólogos, vecinos… es una comunidad interesada en cuidar este espacio”, dijo.
Además, invitó a quienes no puedan acudir a sumarse de otras formas: “Mucha gente me dice es que trabajo, pero quiero ayudar. Compartir información, donar víveres o simplemente no dejar que el tema se apague, ya es una forma de apoyar”.
El campamento solicita donaciones de agua, comida enlatada, pilas, papel higiénico, frutas, alimentos preparados, así como apoyo con la difusión del movimiento. Las personas interesadas pueden acudir a acampar los fines de semana, con sleeping bag, lámpara, ropa cómoda y disposición para colaborar.
Finalmente, hizo un llamado a mantener el respeto dentro del espacio: no se permite el consumo de alcohol ni de sustancias ilegales, y se cuenta con presencia de seguridad. “Esto es una oportunidad para reconectar con la naturaleza, aprender sobre nuestra biodiversidad y defender uno de los últimos pulmones de la ciudad”, concluyó.
Más información sobre las acciones legales y convocatorias se puede consultar en las redes oficiales del movimiento Salvemos La Pona.




