Crecimiento “ordenado”
Luego de otorgar múltiples permisos para nuevos fraccionamientos, cotos y desarrollos verticales que no respondían a una visión de crecimiento urbano de mediano plazo, a nuestras autoridades no les quedó de otra más que aprobar el Proyecto del Programa de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Aguascalientes 2040. Dicho documento -aseguran- busca guiar un crecimiento ordenado, sostenible e incluyente para la ciudad.
Sin embargo, seamos honestos: ese “orden” no existía en las recientes construcciones que se han diseminado por la mancha urbana. A pesar de contar con permisos y autorizaciones, muchos desarrollos se realizaron sin una planeación clara, provocando serios problemas en el abasto de servicios básicos como el agua. Si no lo cree, pregúntele a MIAA, que ahora debe cargar con la responsabilidad de dotar del vital líquido a viviendas que ni siquiera cuentan con infraestructura básica, por estar ubicadas en zonas alejadas.
Y con esto no pretendemos justificar la lentitud en el servicio por parte de la instancia municipal de agua, sino evidenciar que el crecimiento no ha sido realmente ordenado. Tan es así, que el municipio tuvo que recurrir a este programa, avalado por el Cabildo. Basta salir a la calle para darse cuenta de la proliferación de desarrollos habitacionales, cuyos permisos se otorgan como si se tratara de tiendas de conveniencia en cada esquina.
Hipótesis
Frente a este fenómeno, surge una pregunta: ¿es sostenible este modelo de crecimiento? Nuestra hipótesis es que, a mediano plazo, la inversión inmobiliaria podría volverse insostenible y derivar en una “burbuja hipotecaria”. No lo deseamos, pero considerando la realidad económica de la población, el número creciente de casas abandonadas y el encarecimiento de las viviendas nuevas, es posible que muchas familias ya no puedan acceder a una casa propia.
A esto se suma la reciente atribución del INFONAVIT para construir vivienda social, lo cual también impactará el negocio inmobiliario local. ¿Estamos a tiempo de replantear el modelo?
Ausentes o enferiados
Por cierto, durante la sesión de Cabildo en la que se aprobó el plan de desarrollo, varios regidores llegaron tarde o no asistieron. Esto ya no sorprende, se ha vuelto costumbre. Claro, después justifican su ausencia diciendo que están en recorridos por colonias (campañas que “no son campañas”), muy “preocupados” por los ciudadanos, como si apenas descubrieran sus necesidades.
Hay esperanza
En estos días, al seguir de cerca las actividades en La Pona, fuimos testigos de que aún existen personas con convicciones firmes y valores auténticos. Gente que, sin vicios del poder ni afán protagónico, se involucra por convicción en causas colectivas.
Vimos cómo personas, asociaciones y hasta algunos empresarios aportan su granito de arena: materiales, alimentos, apoyo logístico. Todo sin exigir aplausos ni publicidad, ni acudir a políticos para pedir favores disfrazados de gestiones. Porque, en este país, acudir a un funcionario muchas veces significa “quedar endeudado” eternamente por un apoyo que debería ser su obligación.
Alarmas
¿Se acabaron los buenos augurios para Aguascalientes? Esa es la pregunta que flota en el aire. Según el Colegio de Economistas, representado por su presidenta Dafne Viramontes, la entidad atraviesa un estancamiento económico y podría estar entrando en una recesión técnica, con una contracción del 0.2% al cierre de 2023.
Mientras el discurso oficial insiste en que seguimos siendo competitivos, los expertos siembran dudas. A eso súmele lo informado por Nissan, que ha aplicado paros técnicos por falta de insumos. ¿Estamos frente a una crisis silenciosa?
Regulación de venta de alcohol
Ha cobrado fuerza la iniciativa presentada por la diputada del PVEM, Genny López Valenzuela, para que la venta de alcohol sea permitida solo a personas mayores de 21 años. La intención es clara: disminuir el consumo en jóvenes. Aplaudimos la propuesta, pero también exigimos coherencia.
Las autoridades que hoy quieren regular la edad mínima de consumo, son las mismas que han hecho del alcohol un entretenimiento institucionalizado, otorgando permisos a diestra y siniestra. Pareciera que los permisos para cantinas se otorgan con la misma frecuencia que los de nuevos fraccionamientos.
Más que un tema de salud pública o seguridad vial, el consumo de alcohol ha sido tratado como un negocio rentable. Por eso no hay soluciones reales ante los accidentes de tránsito bajo sus efectos: falta voluntad política. Lo que sí hay es negocio. Dinero, dinero, señor dinero.




