Mientras la temporada de huracanes del Pacífico 2025 avanza como si tuviera guión propio, el cuarto ciclón del año hace su entrada con nombre de femme fatale: Dalila. A diferencia de su prima Bárbara, que ya ascendió a huracán en semanas pasadas, Dalila prefiere mantener el perfil medio, aunque no por ello menos disruptivo.
Desde el viernes 13 de junio, la ahora tormenta tropical fue localizada a 315 km al sur de Zihuatanejo, Guerrero, con vientos sostenidos de 65 km/h y rachas de hasta 85 km/h, según reportes coincidentes de Conagua, SMN y el Centro Nacional de Huracanes de Miami. La trayectoria proyectada apunta a un desplazamiento paralelo a la costa mexicana hacia el nor-noroeste, sin tocar tierra, pero dejando a su paso lluvias intensas y marejadas en varios estados del sur y occidente.
Guerrero, Michoacán y Oaxaca son las entidades en alerta por precipitaciones intensas, mientras que Jalisco y Colima se preparan para lluvias muy fuertes. La alerta también incluye a Morelos, Guanajuato, Hidalgo, Puebla y Estado de México, aunque en menor intensidad. Se prevén deslaves, crecidas de ríos y arroyos, así como posibles inundaciones, por lo que Protección Civil exhorta a la población a no subestimar el impacto de una tormenta que, aunque no subirá de categoría, sí dejará huella.
El oleaje ha sido otro foco de advertencia. Las costas de Guerrero y Oaxaca enfrentan olas de hasta 5.5 metros; Michoacán registra entre 3.5 y 4.5 metros, y Colima y Jalisco rondan los 3.5 metros. A esto se suman vientos costeros de hasta 70 km/h que podrían afectar embarcaciones menores.
Según el pronóstico del SMN, Dalila se irá debilitando gradualmente. Para el lunes 16 de junio ya se espera que pierda fuerza y quede como baja presión frente a las costas de Baja California Sur. Pero en lo que llega ese respiro, toca seguir los avisos meteorológicos como si fueran actualizaciones de tráfico en hora pico: con atención y sin distracciones.




