En Copenhague, Dinamarca ha estallado una polémica alrededor de una estatua inspirada en un cuento que todxs conocemos: La Sirenita de Hans Christian Andersen. ¿La razón? Sus pechos podrían ser demasiado grandes. No es la primera vez que esta estatua causa controversia, pues tampoco ha resultado ser del agrado de los ciudadanos y las autoridades. En marzo de 2025, la agencia de conservación de patrimonio hizo pública la decisión de retirarla.
Orígenes y polémica
En agosto de 1913, una estatua de bronce que toma la forma de una sirena se convirtió en una de las atracciones turísticas más inconfundibles de Copenhague. Casi un siglo después, el escultor Peter Bech realizó una nueva versión con un par de decisiones cuestionables. Para empezar, la escultura mide aproximadamente 4×6 metros y pesa 14 toneladas. Sus proporciones exageradas, especialmente los pechos, tampoco le hacen justicia a la escultura original. Por ejemplo, no aparece sentada en una roca, como era presentada originalmente, sino que aparece con las manos apoyadas sobre una roca y deja al aire sus rotundos y voluminosos pechos.
El autor de la pieza, Peter Bech, argumenta que los pechos de la figura de piedra son simplemente de un tamaño proporcional a su escala y señala que no entiende el punto de las críticas.
Lo cierto es que no es la primera vez que la polémica persigue esta escultura de Bech, pues desde su primera aparición pública en 2006 en el muelle de Langelinie, en Copenhague, fue señalada como falsa y vulgar. Y para 2018, fue retirada de ese espacio. Hasta este año, se encontraba en el Fuerte de Dragør hasta que la agencia danesa de palacios y cultura solicitó su retirada oficial.
Bech insistió en donarlo con la esperanza de que se quede en el pueblo. Sin embargo, las autoridades danesas rechazaron su oferta y agregaron que “es difícil encajarla y ocupa mucho espacio”.
La polémica viene desde críticas por ciudadanos, periodistas y autoridades, quienes la calificaron como “un sueño erótico”, “una estatua vulgar, poco poética e indeseable” y hasta “humillación corporal”. La editora Aminata Corr Thrane planteó lo siguiente: ¿Los pechos femeninos desnudos deben tener una forma y un tamaño académico específicos para que se les permita aparecer en público?
Estas posturas cuestionan los límites del arte público, la representación del cuerpo femenino y los criterios que rigen el patrimonio cultural. Por un lado, los espectadores no consideran que esta obra represente a su comunidad de ninguna forma, al contrario, lo califican como un perpetrador de estereotipos y de estándares inalcanzables. Mientras que el autor defiende su derecho de expresión artística y señala que muchos habitantes de Dragør le dicen a menudo que adoran su escultura.
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