- Juicio de amparo y presión social han frenado la deforestación de La Pona.
- Carla Escoffié señala paralelismos entre problemas ambientales en Mérida y Aguascalientes.
- Llaman a la ciudadanía a apropiarse y proteger el pulmón natural de la capital.
Durante una visita a Aguascalientes, la abogada especializada en temas de vivienda y ciudad, Carla Escoffié, destacó la importancia de proteger y conservar La Pona, uno de los principales pulmones naturales de la capital. Integrante del equipo legal que acompaña la defensa de este espacio, subrayó que su preservación no solo es relevante por su valor ambiental, sino también por su papel en el equilibrio hídrico y la calidad de vida de la población.
Originaria de Mérida y residente en Monterrey, Escoffié explicó que su trayectoria en el activismo ambiental está marcada por contextos similares al de Aguascalientes. Recordó que en su ciudad natal se enfrenta desde hace años a problemas de deforestación, especulación inmobiliaria y pérdida de espacios naturales, situaciones que considera comparables con lo que ocurre actualmente en la zona conurbada local.
Apuntó que ciudades medianas como Aguascalientes y Mérida suelen ser reconocidas como lugares ideales para vivir; sin embargo, advirtió que ciertos modelos de gestión urbana priorizan intereses particulares, lo que provoca un deterioro progresivo del entorno y de los recursos naturales. “Existen espacios que cualquier ciudad envidiaría y que deben preservarse”, comentó, poniendo como ejemplo a La Pona.
Escoffié resaltó que su labor combina el ejercicio docente, el acompañamiento legal de casos vinculados con vivienda, ciudad y medio ambiente, así como la producción de contenidos en redes sociales para visibilizar problemáticas urbanas y ambientales. Entre estas acciones se encuentran videos de denuncia realizados en colaboración con organizaciones de distintos estados.
Respecto a la situación legal de La Pona, detalló que se interpuso un juicio de amparo junto con varias organizaciones locales para frenar la deforestación, el cual actualmente cuenta con una suspensión vigente. Si bien se busca ampliarla para que sea más garantista, consideró que el papel de la ciudadanía ha sido determinante. “La suspensión ayuda a mantener ese importante pulmón de la ciudad, pero lo que realmente detuvo las obras fue la organización de la gente y el ruido que hicieron”, enfatizó.
Explicó que este tipo de procesos pueden prolongarse durante meses o incluso más de un año, por lo que la suspensión es una herramienta clave para preservar el lugar mientras se desarrolla el juicio. Añadió que, además de la vía legal, se han sumado acciones de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y un creciente involucramiento social.
Finalmente, Escoffié invitó a la comunidad a apropiarse y cuidar este espacio, aprovechando las actividades que ahí se realizan, como clubes de corredores, talleres y actividades recreativas. Lamentó que aún existan prácticas como el depósito de escombros y llamó a erradicarlas. “Por más activistas y abogados que haya, si la ciudadanía no se involucra, no sirve”, concluyó.




