El estado podría ser referente nacional en la creación de un sistema que favorezca a cuidadores de grupos sociales vulnerables.
Ramírez advirtió que la falta de supervisión estatal ha derivado en casos de tortura en centros de cuidado.
Señaló que el trabajo de cuidados representa una tercera parte de la economía mexicana, aunque sigue invisibilizado.
El estado de Aguascalientes tiene la posibilidad de convertirse en referente nacional en la creación de un sistema de cuidados digno, señaló Cinthia Ramírez, coordinadora nacional de Cuidadoras en Resistencia, al destacar que México se ha rezagado en el reconocimiento de los derechos de las personas cuidadoras.
“Aguascalientes podría ser punta de lanza para impulsar un sistema de cuidados a nivel nacional, donde esto tiene que ser una motivación para llevar esta demanda a nivel federal”, afirmó.
Explicó que para instaurar un sistema adecuado se requiere voluntad política y no solo buenas intenciones. “No se puede decir que tenemos un buen sistema de cuidados si únicamente tenemos pensioncitas o becas, porque es necesario saber cómo hacerle para reestructurar la política económica a nivel nacional y estatal, pues eso mueve millones de pesos y ahí es indispensable que la voluntad política se vea reflejada en dinero”.
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Recordó que a nivel nacional una tercera parte de la economía mexicana se sostiene en el trabajo de cuidados no remunerado. “Lo justo sería que una gran proporción de la potencia económica que presumen que somos se vea reflejada en el derecho al cuidado junto con otros derechos”, subrayó.
Ramírez detalló que dentro de las propuestas se incluyen acciones en materia de economía, servicios, empleo y apoyo. Sin embargo, recalcó que una de las principales demandas de las cuidadoras es la creación de una red de transporte para personas mayores y con discapacidad que requieren asistencia.
Manifestó que, tras décadas en que el trabajo de cuidados ha permanecido invisibilizado, estos son los primeros intentos por reconocer que tiene un valor. “Pero no nos podemos quedar ahí, eso es apenas la punta del iceberg para decir que tenemos una sociedad del cuidado”, señaló.
Advirtió que, en la actualidad, quienes cuentan con ingresos económicos altos pueden solventar el costo del cuidado, lo que convierte esta necesidad en una mercancía del mercado. “El cuidado de la vida humana depende del mercado y no asumimos el cuidado como una responsabilidad colectiva y del Estado”, apuntó.
Ramírez añadió que la falta de supervisión estatal ha derivado en casos de tortura hacia personas con discapacidad en centros de cuidado. “Ha habido varias reformas, pero nadie ve eso y esto es un fenómeno privatizador del cuidado, donde los casos están ahí, pero no se visibilizan”, lamentó.
Finalmente, señaló que tampoco existe soporte emocional suficiente para las y los cuidadores, quienes suelen enfrentar mecanismos de culpa. “Hemos observado que las instancias gubernamentales lo que hacen es dar talleres y acompañamiento colectivo, pero eso muchas veces no sirve si no se atienden las causas que provocan ese desgaste emocional”, concluyó.




