A medida que las herramientas de Inteligencia Artificial continúan evolucionando, cada vez se están generando nuevas formas de explotación y tergiversación a través de la narrativa de que esta tecnología ofrece alternativas creativas, innovadoras y sustentables. El mundo de la moda no se queda atrás, y esto nos lleva a cuestionarnos: ¿La IA podría apoderarse de la industria de la moda?
Tan solo este último año, se hizo realidad la iniciativa de “gemelos digitales” por parte de la marca H&M, que consiste en crear versiones digitales a partir de modelos humanos. Otras marcas internacionales como Mango, Levi’s o Zara ya han presentado campañas protagonizadas por modelos generados completamente con IA.
Y la lista continúa. Tanto Coach, como Nike han implementado el uso de la IA principalmente para identificar tendencias, mejorar la experiencia del cliente, optimizar sus estrategias de marketing y personalizar los comportamientos de sus clientes. Todo esto, a costa del desplazamiento laboral y la progresiva sustitución de la creatividad humana por algoritmos, para elevar sus ganancias.
La realidad es que la implementación de estas herramientas, más allá de las promesas de “complementar, más no sustituir”, amenazan directamente los empleos y las fuentes de ingreso de las personas que sostienen esta industria: desde las personas al frente como las modelos, hasta los trabajadores detrás, como los fotógrafos, estilistas, maquillistas y asistentes de iluminación.
Si bien, el futuro es incierto, las marcas tienen la responsabilidad de encontrar un balance entre el uso de la tecnología y la preservación del factor humano que hace de la industria de la moda, algo verdaderamente auténtico. Como lo señaló la influencer Morgan Riddle: “Sin alma, arte, creatividad y personas, la moda es solo tela.” Y nosotros preferimos ese factor humano como señal de autenticidad, compromiso ético y diversidad cultural.




