Así es Esto
Dar clases o no ¡He ahí el dilema!
¿Crisis de los cuarentas? No lo sé, pero me di un impase en dos actividades importantes para mi vida: escribir opiniones (suspendí esta columna, aunque no la escritura de artículos científicos) y dar clases. En el caso de esta última, varias razones me orillaron, la principal: mi falta de comprensión de las nuevas generaciones de estudiantes, no me refiero tanto a la edad, sino a los que emprenden la universidad o un posgrado: la inmediatez del mundo digital provoca que todo lo quieran rápido, sin esfuerzo, digerido, básicamente masticado por chat gpt.
Huelga decir que, mis materias, siempre han sido enfocadas a la teoría del estado, es decir, derecho constitucional, derechos humanos, etcétera. Esto exige lecturas importantes de autores clásicos que son la base del estado contemporáneo. Sin embargo, es complejo exigirles ya no digamos la lectura de un libro, sino de algún capítulo. He entendido con el paso de los años, que el profesor también se debe de adaptar a los alumnos, aquel viejo adagio “Quod natura non dat, Salmantica non praestat” ha quedado en el pasado, en especial con la llamada nueva escuela mexicana, que propugna que el docente se adecue a cada aprendiz.
Bajo esta idea, he incorporado nuevos métodos de enseñanza, sobretodo proactivos, donde los alumnos elaboren productos, usando todas las herramientas a su alcance; en mi experiencia esto coadyuva mucho en el aprendizaje y permite hacer más fluida y entretenida la clase. No obstante, no dejó de poner como actividad la lectura de documentos básicos en la historia del derecho, pues son la base de la construcción de las libertades que hoy en día gozamos.
Tengo que hacer un mea culpa: daba clases en universidades con bajo perfil académico donde, para aprobar, piden actividades sencillas, rápidas y sin complejidad. Esto ha hecho mucho daño a nuestra sociedad pues nos ha llenado de licenciados y doctores patito, que no enfrentaron un rigor científico, es más, en el caso de los doctores tenemos varios que no hicieron una tesis (algunos con dobles o triples doctorados) lo que es absolutamente absurdo, pues ese grado académico por sí mismo exige investigación y publicación. He renunciado a dar clases en universidades que no cubran horas de clases suficientes de acuerdo al grado.
En fin, que a partir de este nuevo ciclo de clases, me reincorporo a trabajar con esos maravillosos alumnos universitarios, que han sido afectados por la pandemia y los chat gpt, pero con toda la convicción de ayudarlos y como ya dije, cero clases en universidades fast track, solo en instituciones serias que imparten verdadero conocimiento y forman profesionistas para el futuro.




