“Basta ya de ver las sombras, es tiempo ya de salir a ver las estrellas de nuevo, que este ambiente cárdeno y gris que nos envuelve y nos penetra, tenga como el Greco más trágico la encendida iluminación ascendencial de la esperanza, salgamos de nuevo a ver las estrellas”.
Manuel Gómez Morín
Estimado lector de este reconocido medio de comunicación, le agradezco nuevamente su tiempo y atención para dar seguimiento a esta columna. En esta ocasión quiero referirme a un evento sumamente especial y que deja un precedente reflexivo e introspectivo. El pasado 6 de septiembre se llevó a cabo la Tenida Intercapitular en la Universidad Internacional de Innovación, evento al que acudieron hombres libres y de buenas costumbres de los estados de Durango, Coahuila, San Luis Potosí, Jalisco, Ciudad de México, Zacatecas, Campeche y Guanajuato.
El acto protocolario destacó por las personalidades presentes en el presídium: Juan Luis Bonilla Castellano, Soberano Gran Comendador; la Dra. María de Lourdes Margain Fuentes, Rectora de la Universidad Internacional de Innovación; Jorge da Silva Cano, Gran Secretario; Pedro Sergio Córdova, Gran Tesorero; Carlos Cervera, Gran Ministro de Estado; y Enrique López Gutiérrez, Delegado Provincial de los Valles y Campamentos de Aguascalientes, además de los delegados provinciales de los estados citados.
En el uso de la voz, Juan Luis Bonilla Castellano subrayó la relevancia de la unidad y la fraternidad ante los retos que enfrenta el país. Señaló que es menester tener la mejor actitud y no ser espectadores, sino constructores del ideal y de la filantropía. Sin duda alguna, su voz y ejemplo son guía de los trabajos, custodio de la tradición, resonando como el compás que ordena y la escuadra que rectifica.
Acto seguido, la Dra. María de Lourdes Margain Fuentes, Rectora de la Universidad Internacional de Innovación, expresó un mensaje de apertura en el que recalcó que la educación es la base del progreso del género humano. Hizo hincapié en los pilares humanistas de la universidad y en la formación integral que reciben los alumnos, a fin de que sus palabras y acciones sean ejemplo en la sociedad. Coincido completamente con la tesitura de su mensaje, ya que en sus palabras se enciende la antorcha del conocimiento, que como la luz más pura disipa las sombras de la ignorancia y abre senderos de sabiduría.
“Tener fe en los ideales, esperanza en realizarlos, por amor a la humanidad.”
Estimado lector, seguramente usted se preguntará de qué trató el evento. En este espacio se hicieron disertaciones sobre temas que conllevan la esencia propositiva de la filosofía, bajo el cisma que enarbola la responsabilidad social y el compromiso ético y moral con la patria, tomando como base la igualdad, la fraternidad y la libertad.
Cada mexicano debe entenderse primero como un ciudadano con obligaciones, antes incluso que con derechos; ya sea en las tribunas de la elocuencia o en la correcta administración de los recursos, siendo un juez guiado por la justicia. Cada uno de los disertantes ofreció una cátedra de oratoria y retórica bajo los ideales de la filosofía y los valores morales: desde el sublime acto de guardar silencio para escuchar y elucidar, hasta el respeto a la memoria y la invitación consciente a la reflexión profunda.
Para los hombres libres y de buenas costumbres que confluyeron en este magno encuentro, resulta fundamental forjar la lealtad en tiempos de crisis social, así como sostener la prudencia en el servicio a la comunidad, bajo el manto de la rectitud en el juicio, la equidad y la justicia imparcial.
Porque el honor y la integridad no nacen en los discursos, sino que encuentran su verdadero sentido en la acción cotidiana; en aquellos lugares donde se ha perdido la esperanza, es allí donde debe erguirse la llama de lo inefable.
“El verdadero iniciado sabe que no busca un templo de piedra, sino un templo interior, donde cada acto de justicia es un cimiento, cada palabra recta es una columna y cada gesto de fraternidad es una bóveda que sostiene la eternidad del espíritu”.
El evento se desarrolló bajo la conducción de Carlos Mociño y con el respaldo de los hombres libres y de buenas costumbres de Aguascalientes y de los estados asistentes, quienes hicieron de esta reunión un ejemplo de unidad y compromiso.
Al final, la rectora recibió un detalle simbólico y el agradecimiento latente por abrir las puertas de la universidad para este espacio que pretende, única y exclusivamente, la gestación del bien común.
In silentio mei verba, la palabra es poder, la filosofía es libertad.




