Imagina un chiquillo de Guadalajara, con ojos verdes heredados de un padre apodado “Chícharo” por su mirada esmeralda, soñando con goles mientras patea un balón en las calles empedradas de Jalisco. Ese era Javier Hernández Balcázar, el eterno “Chicharito”, nacido el 1 de junio de 1988. No era solo un delantero; era el orgullo de una dinastía futbolera mexicana. Su abuelo, Tomás Balcázar, anotó en el Mundial de 1954 contra Francia; su padre, Javier “Chícharo” Hernández, brilló en el Guadalajara y en el Tri del 86. Y Chicharito, con su apodo de “pequeño chícharo”, se convirtió en el máximo goleador azteca de la historia, con 52 goles en 109 partidos internacionales. Pero su carrera no es solo estadísticas frías: es una odisea de velocidad letal, remates quirúrgicos y un corazón tapatío que late por México.
De las canchas de Tepic a la Gloria en Guadalajara
Todo empezó en las fuerzas básicas de Chivas, donde Chicharito firmó su primer contrato profesional a los 15 años. Hijo de futboleros, creció idolatrando a Hugo Sánchez y Rafael Márquez, y a los 7 ya jugaba en ligas recreativas. Mientras su papá defendía el arco de Monarcas Morelia, el joven Javier estudiaba en el Instituto Piaget y soñaba con el Estadio Jalisco. En 2005-06, debutó con el filial Chivas Coras en Tepic, pero su explosión llegó el 9 de septiembre de 2006: contra Necaxa, entró de cambio y metió el 4-0 en el minuto 87. Ese gol fue el presagio de una era.
En su primera temporada completa (Apertura 2006), Chicharito jugó 5 partidos y anotó 1 gol, pero fue clave en la conquista del título de Primera División de México. Bajo el mando de José Manuel de la Torre, Guadalajara levantó la copa, y el “pequeño chícharo” se coronó como el héroe emergente. De 2007 a 2010, acumuló 64 apariciones y 26 goles en todas las competiciones, incluyendo un doblete inolvidable en la Copa Libertadores 2009 contra Everton de Viña del Mar (6-2). Era un killer nato: veloz, técnico y con olfato de gol. Su media de minutos por gol en Liga MX era envidiable, y ya para 2010, con 22 años, el mundo lo llamaba. Sir Alex Ferguson, el mago escocés de Manchester United, lo vio y dijo: “Este mexicano es el futuro”. Así, por unos 7 millones de libras, Chicharito se convirtió en el primer azteca en pisar Old Trafford.
La conquista europea
En Manchester United (2010-2014), Chicharito no solo se adaptó al frío inglés; lo incendió.
Debutó contra Newcastle con un gol de cabeza que hizo erizar la piel a los 75 mil de Old Trafford. En su primera temporada (2010-11), metió 20 goles en liga y ganó la Premier League, además de la Community Shield. Fue nombrado Sir Matt Busby Player of the Year, el mejor jugador del club, y llegó a la final de la Champions League 2011 (perdida ante Barcelona). Su ratio de minutos por gol en Premier (130.2) era legendario, superando a cracks como Van Nistelrooy. En total, 59 goles en 157 partidos, dos Premier (2010-11 y 2012-13), y comparaciones con Solskjær. Como mexicano, rompió barreras: demostró que un “guajiro” podía brillar en la élite, inspirando a generaciones como Hirving Lozano o Raúl Jiménez.
Pero el destino es caprichoso. En 2014, cedido al Real Madrid, Chicharito fue el suplente de lujo de Cristiano Ronaldo. En 33 partidos, 9 goles, incluyendo dos en la semifinal de Champions contra el Atlético (4-1 en prórroga). Además ganó el Mundial de Clubes 2014. Regresó al United, pero Ferguson se fue, y llegó el préstamo eterno.
En 2015, Bayer Leverkusen pagó 8.5 millones. 39 goles en 76 partidos, máximo artillero del equipo en 2015-16 y 2016-17. Jugó Champions, metió hat-tricks en Bundesliga y fue Jugador del Mes en febrero 2017. Fue todo un ídolo alemán. Luego, West Ham (2017-2019): 17 goles en 63 juegos, incluyendo su gol 50 en Premier contra Fulham. Un paso irregular, pero sólido.
En Sevilla (2019-2020), solo 4 goles en 15 partidos, pero Europa League en el bolsillo. Chicharito, el mexicano incansable, sumaba trofeos como si coleccionara chapulines. En total en Europa: más de 150 goles en ligas top, rompiendo el molde de “los mexicanos no duran en el Viejo Continente”.
El capítulo americano
La pandemia lo llevó a LA Galaxy en 2020, como Designated Player millonario (6 millones al año). Capitán y rey del desierto. En MLS, 39 goles en 82 partidos, MVP del Mes en abril/mayo 2021, y dos veces Jugador del Año del club (2021-2022). Metió 35 goles en 2021-2022, rompiendo récords y liderando al Galaxy a playoffs. Como mexicano, trajo el “Tri” a Hollywood: goles en El Tráfico contra LAFC, y un legado que inspiró a latinos en EE.UU. Pero el 2023 fue cruel: lesión de LCA en Open Cup contra Real Salt Lake, cirugía y adiós a la temporada. Terminó contrato en noviembre de 2023, con 39 goles totales en MLS.
Y entonces, el regreso soñado. En enero de 2024, Chivas lo pescó por dos años (con opción a uno más). Debutó en febrero contra Mazatlán, y su primer gol fue en abril contra Tigres. Hasta septiembre de 2025, ha jugado 28 partidos con 2 goles en Liga MX, más 6 en Concacaf Champions Cup (1 gol). A sus 37 años, el físico ya no es el de antaño, pero su liderazgo y amor por el Rebaño Sagrado son inquebrantables. En amistosos recientes, falló chances claras, avivando debates: ¿debe retirarse?.
El legado del máximo goleador azteca
Chicharito no es solo goles; es historia viva. Con la Selección Mexicana debutó en 2009 vs Colombia. Máximo goleador del Tri con 52 dianas. Participó en 3 Mundiales (2010, 2014, 2018), anotando en cada uno, único mexicano en lograrlo. En Sudáfrica 2010, su golazo contra Francia (remontada 2-0) emuló a su abuelo en 1954. Ganó la Gold Cup 2011 como MVP y Bota de Oro (7 goles, hat-trick vs El Salvador). También Confederaciones 2013/2017 y Copa América Centenario. Su 100º cap en 2018 vs Croacia fue épico. Como mexicano, elevó el orgullo nacional; en la UNICEF es embajador desde 2012, promoviendo la educación infantil.
El presente en 2025
El Apertura 2025 lo ve lesionado al inicio, pero regresa con ganas. En julio, multado por la FMF por comentarios sexistas en redes y criticado por la presidenta Sheinbaum, pidió disculpas, pero avivó debates: ¿el ídolo se equivoca fuera del campo? Aun así, su racha seca (pocos goles desde 2024) no apaga su fuego. En un amistoso reciente, falló un gol cantado, provocando memes. A sus 37, habla de retiro en Chivas, pero coquetea con la MLS.
“Chicharito” Hernández no es una nota más; es la epopeya de un mexicano que, con su chícharo en la espalda, pateó puertas en Europa, brilló en América y regresó a casa para inspirar. ¿Su secreto? Ese olfato asesino y un orgullo tapatío que no se negocia. ¿Retiro inminente? Solo el tiempo dirá, pero una cosa es segura: el fútbol mexicano le debe eternamente.




