Imagina esto: un gigante de 30 años, forjado en el desierto chihuahuense, con músculos que parecen tallados en granito y un corazón que late al ritmo de una promesa rota por la tragedia. Uziel Aarón Muñoz Galarza no es solo un lanzador de bala; es el tipo de héroe deportivo que convierte el atletismo, ese deporte de sudor y silencios, en una epopeya digna de Netflix. En un Mundial de Atletismo donde los titanes rugen, Uziel detonó una bomba histórica: plata mundial en impulso de bala con 21.97 metros, un nuevo récord nacional que hizo temblar el Estadio Nacional de Tokio. Y no, no es un cuento de hadas; es la crónica real de un mexicano que, contra lesiones, burocracia y el peso de un duelo familiar, acaba de romper la sequía de medallas en lanzamientos.
De las bicis al círculo
Imagina a un Uziel de 14 años en Ciudad Juárez, Chihuahua, pedaleando como demonio en su bicicleta de BMX, soñando con acrobacias y velocidad. Nacido el 15 de mayo de 1995 en una familia humilde; su madre ama de casa y padre de oficios varios, el atletismo no estaba en su radar. Pero en 2009, durante un ensayo con la banda de guerra de su secundaria, todo cambió. Uziel vio a un amigo practicando impulso de bala y, con esa chispa de adolescente desafiante, apostó un refresco y unas papas a que podía superarlo. Sin técnica, sin experiencia, solo con pura garra, lanzó la esfera y ganó.
Ese momento no fue solo una anécdota; fue el disparo de salida. El entrenador Juan Carlos Herrera, presente en la escena, vio el potencial bruto y lo invitó al equipo de atletismo de Ciudad Juárez. Junto a Juan de Dios Vázquez, otro mentor clave, Uziel recibió las bases técnicas: cómo girar, cómo empujar, cómo transformar fuerza en distancia. “Era un chavo flaco, pero tenía algo especial”, recuerda Vázquez. Para 2012, con 17 años, Uziel ya era campeón nacional juvenil con 17.20 metros. El ciclismo quedó atrás y el cañón se había despertado.
La promesa que forjó un titán
La vida de Uziel dio un giro trágico en 2016. Su hermano menor, Mateo, de apenas 6 años, era su mayor fan, un pequeño que lo veía como un superhéroe. Pero una noche, mientras Uziel, de 21 años, estaba en una fiesta con cerveza y cigarros, Mateo lo confrontó: “¿Por qué haces eso si eres un buen deportista?”. Esas palabras fueron un puñetazo al alma. Días después, Mateo murió en un accidente. Devastado, Uziel hizo una promesa frente al cielo: “Llegaré a los Juegos Olímpicos por ti, pequeño”. Ese juramento no fue un lamento; fue el combustible de una transformación.
Uziel dejó las fiestas y se mudó a Monterrey para entrenar en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). Con coaches que pulieron su técnica, se convirtió en una máquina. “Cada lanzamiento es para Mateo”, dice. Esa rabia, ese dolor, se transformaron en medallas.
El ascenso del cañón
Uziel no solo compite; conquista. Su carrera es una montaña rusa de podios y récords que han puesto a México en el mapa de los lanzamientos:
| Año | Evento Principal | Logro | Marca Destacada |
| 2012 | Nacional Juvenil | Campeón | 17.20 m |
| 2015 | Nacional Sub-23 | Campeón | 18.50 m |
| 2018 | Centroamericanos Barranquilla | 4° Lugar | 19.45 m |
| 2019 | Panamericanos Lima | Bronce | 20.56 m |
| 2021 | Mundial Eugene | Finalista (12°) | 20.50 m |
| 2022 | Nacional Absoluto | Campeón (8° vez) | 20.80 m |
| 2023 | Panamericanos Santiago | Plata | 21.50 m |
| 2023 | Centroamericanos San Salvador | Oro | 21.20 m |
| 2024 | Juegos Olímpicos París | Finalista (8°) | 21.22 m (clasificatoria), 20.88 m (final) |
| 2025 | NACAC Championships (Bahamas) | Plata | 20.89 m |
| 2025 | Mundial Tokio | Plata Mundial | 21.97 m (Récord Nacional) |
Con 8 títulos nacionales absolutos, podios continentales y ahora una plata mundial, Uziel ha elevado su marca de 17.20 m en 2012 a un brutal 21.97 m en 2025.
Un tobillo roto, una Federación que lo olvidó y una plata legendaria
El 2025 fue un drama digno de Hollywood. Uziel arrancó el año con una cirugía en el tobillo izquierdo, una lesión que lo tuvo cojeando y dudando. “No podía girar sin sentir un cuchillo”, confesó a Sports Illustrated México. Meses de rehabilitación, agujas y paciencia. Pero el golpe más duro vino de la Federación Mexicana de Atletismo (FMAA), que no lo inscribió al Mundial de Tokio por su “recuperación incierta”. Uziel, con la promesa a Mateo tatuada en el alma, no se rindió. Regresó en abril con lanzamientos en EE.UU., se colgó plata en el NACAC de Bahamas (20.89 m) y llegó a Tokio como un lobo hambriento.
En la clasificatoria, lanzó 20.77 metros (4° en su grupo). En la final, el milagro; en su sexto intento, 21.97 metros. ¡Récord nacional! Superó al italiano, Leonardo Fabbri y se colgó la plata detrás del imbatible Ryan Crouser. “Es para Mateo, para mi familia, para México”, gritó, con el estadio vibrando. México rompió una sequía de 8 años sin medallas mundiales (desde Lupita González en 2017) y sumó su 14ª presea histórica, la primera en lanzamientos.
Un mexicano que inspira
Uziel no solo lanza balas; lanza esperanza. En un país donde el atletismo mexicano ha vivido de marchas y saltos, él ha puesto los lanzamientos en el mapa. “Quiero que los niños de Juárez, de Chihuahua, de cualquier rincón, sepan que podemos ser gigantes”, dice. Su plata en Tokio es un grito: México puede rugir con los titanes de EE.UU. y Europa.
Fuera de la pista, Uziel es un chihuahuense de corazón: ama los tacos al pastor, la música de banda y a su familia, su pilar. Su madre, desde Chihuahua, es su “medalla de oro”. Entrena hasta 6 horas diarias en Monterrey, entre pesas, técnica y recuperación, siempre con Mateo en la mente.
Un cañón que apunta al oro
A sus 30 años, Uziel está en la cima. Con el tobillo reforzado y el mundo a sus pies, ya mira el Mundial Indoor de Nanjing 2026 y los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. ¿Su sueño? Romper los 23 metros y colgarse un oro olímpico.




