Ambientalistas
Por qué es importante reducir los sufrimientos extremos de las generaciones presentes y futuras
Como cada mes, el pasado viernes 12 de septiembre de 2025 se llevó a cabo el Seminario Permanente de Ética Ambiental y Animal, con sede virtual en el Departamento de Filosofía de la UAA. En esta trigésima segunda sesión se contó con la participación del doctor Mikel Torres Aldave, profesor del Departamento de Filosofía de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Su investigación se centra en Filosofía Moral y Éticas Aplicadas, con especial atención a la consideración moral de los animales y al análisis crítico de teorías de justicia distributiva. Presentó la ponencia titulada “Reducir los sufrimientos extremos de las generaciones presentes y futuras: aspectos éticos y psicológicos”, en la que expuso la necesidad de atender, desde un enfoque ético y psicológico, la reducción del sufrimiento extremo, vinculando esta reflexión con los compromisos sociales y ambientales de nuestro tiempo. Su enfoque central plantea que la filosofía práctica puede orientar acciones concretas para proteger tanto a las generaciones presentes como a las futuras.
La ponencia comenzó con el planteamiento de una cuestión fundamental, ¿qué entendemos por sufrimientos extremos? Explicó este concepto como aquellas experiencias que, sean esenciales o no, marcan la vida de los seres humanos y de los animales, ya sea a través del miedo, el dolor o el trauma. Desde ahí construyó un argumento que se extendió más allá de lo teórico, al plantear que sufrir implica también situarnos frente a la fragilidad humana y la de los demás seres con los que se comparte el mundo.
Luego, presentó un experimento mental planteado por el filósofo Magnus Vinding: el de las pastillas de la felicidad. La pregunta es interesante e inquietante: si tuviéramos estas pastillas que eliminaran el sufrimiento, ¿a quién deberíamos administrarlas? ¿a los seres humanos únicamente, o también a los animales que sufren? La respuesta, como se intuye, no puede ser trivial, pues detrás de ella se exponen e imponen las jerarquías morales humanas y la manera en que históricamente hemos invisibilizado el dolor animal.
Después, el doctor Torres destacó la importancia de reducir los sufrimientos extremos. Citando a Vinding (2020), señaló que este no es un problema más entre tantos, sino que debería ser considerado el problema moral más urgente de nuestro tiempo. La idea es puntual: si el sufrimiento es lo que verdaderamente pesa, nuestra obligación ética debería ser reducirlo. Para sostener este punto, explicó las asimetrías entre felicidad y sufrimiento: mientras que la felicidad suele ser un estado pasajero, la experiencia del sufrimiento puede dejar marcas profundas y duraderas. Aquí introdujo la llamada asimetría en ética de la población, que nos lleva a pensar que prevenir un sufrimiento vale más que procurar una alegría.
Más adelante, planteó que no basta con hablar de los sufrimientos humanos, sino que resulta imprescindible incluir también a los animales. Recordó que estos, al igual que los seres humanos, poseen capacidad de sentir, experimentar dolor y quedar marcados por el trauma. Sin embargo, su sufrimiento ha sido relegado, como si fuera irrelevante o secundario. Su argumento planteó la necesidad de repensar la relación ser humano/naturaleza y los otros seres vivos, desde un enfoque bioético amplio e incluyente.
El ponente puntualizó en reflexionar sobre las generaciones futuras. ¿Qué derecho tenemos nosotros de imponer sufrimientos que ellos y ellas heredarán? La crisis climática, las guerras, la explotación animal y el deterioro ambiental no son problemas independientes, sino parte de una serie de causas directas de sufrimiento que se transmiten sincrónica y diacrónicamente. Aquí planteó un enfoque ético intergeneracional: pensar no solo en el presente, sino también en quienes aún no han nacido y tendrán que enfrentar las consecuencias de nuestras decisiones.
Finalmente, Torres cerró su exposición con una pregunta: ¿qué podemos hacer para reducir los sufrimientos extremos? Reconoció que no es tarea fácil, pues existen obstáculos psicológicos que nos llevan a negar, minimizar o postergar la importancia del sufrimiento ajeno. El egoísmo, la costumbre y la indiferencia son barreras internas y externas que limitan el accionar. No obstante, insistió en que la conciencia crítica, la educación ética y el compromiso colectivo pueden abrir caminos hacia un futuro menos sufriente.
Se les invita a ver y escuchar la conferencia completa en el siguiente link: https://www.youtube.com/watch?v=nCDvVoZ1uEg&t=134s




