El banquete de los pordioseros
Rush, el triángulo equilátero
Siempre lo he dicho y estoy convencido de ello, el grupo canadiense de rock progresivo Rush es una suerte de triángulo equilátero, un polígono con sus tres lados y sus tres ángulos exactamente iguales, cada uno de sus integrantes con la misma importancia y los tres juntos son lo más cercano a la perfección, no hay un protagonismo de uno de los tres músicos, y nadie opaca al otro, todos suman para lograr un resultado final que resulta sorprendente.
Así he entendido a Rush, desde que los escuché por primera vez, no recuerdo el año, pero debió ser por ahí de principios de los años 80. El primer disco que escuché de ellos es Fly By Night de 1975, segundo de su discografía y primero en el que aparece en la batería el impresionante Nei Peart, sustituyendo al baterista original John Rutsey y que murió en 2008, con él grabaron el primer disco, es homónimo y se publicó en 1974.
Fue entonces que, a partir del ingreso de este genial baterista, Rush encontró su sonido definitivo y distintivo, y quedó integrada así esa fórmula que nutrió al rock con una de las propuestas más explosivas, convincentes, equilibradas que han existido, vamos, lo más cercano a la perfección, sí, aunque quizás pienses que estoy exagerando, así me lo parece.
Rush encontró ese sonido que le es característico a partir de ese álbum llamado Fly By Night de 1975, que este año está cumpliendo 50 años de vida. Con tres músicos que todavía no termino de entender cómo es que pueden sonar así, así, como si fuera un colectivo más grande, y no, sólo son Geddy Lee en el bajo, teclados y voz, una de las voces más características del rock; Alex Lifeson en la guitarra y Neil Peart en la batería, sí, en efecto, son sólo tres músicos pero logran un sonido que bien podría parecer una orquesta, llenan la atmósfera con su imponente música, y parece que a ese sonido que surge de sus instrumentos, no le falta nada, y esa magia sucedió de manera interrumpida hace cincuenta años con Fly By Night, y se prolonga hasta Clockwork Angels de 2012, todavía faltaban 8 años para la muerte de Neil Peart, para quien esto escribe, el mejor baterista en la siempre inconclusa historia del rock.
Durante esos 37 años de vida musical y de 19 discos en estudio, se definió puntualmente una de las mejores propuestas en el rock, con discos que son verdaderas obras maestras, como, por ejemplo, el mismo Fly By Night, 2112, A Farewell to Kings, Hemispheres, Permanent Waves; el monumental, posiblemente el mejor de Rush llamado Moving Pictures, que presenta un sonido que los acerca más al progresivo que cualquiera de sus discos anteriores, está también Signals de 1982, a mi parecer esta es la columna vertebral en la discografía de Rush, con el siguiente disco presentaron un cambio, posiblemente suavizaron un poco su sonido, pero sin dejar de ser contundentes y demoledores en su discurso musical, hablo del disco Grace Under Pressure de 1984, en fin, la discografía de Rush no tiene desperdicio, posiblemente el que mi hizo dudar un poco es Vapor Trails de 2002, pero después de un par de sesiones con ese material, terminé de convencerme de que era una producción igualmente grande, como todos los trabajos de Rush, y ahora lo cuento entre mis favoritos.
En fin, después de publicar Clockwork Angels, como ya lo comenté líneas arriba, de 2012 el grupo desapareció oficialmente, dejaron algunas grabaciones excelsas en concierto, como es el caso de Exit… Stage left, A Show of Hands, desde mi punto de vista el mejor, con una versión deliciosa del clásico Closer to the Heart con un soberbio bajo de Geddy Lee, pero también están verdaderos monumentos en concierto como Rush in Rio de 2003 o Time Machine de 2011 en vivo desde la ciudad de Cleveland, Ohio, la sede del Salón de la Fama del Rock & Roll.
Después de la muerte de Neil Peart en enero de 2020 muchos pensamos que era el final definitivo de Rush, y es que mira, yo siempre pensé que Rush era uno de esos contadísimos grupos que es imposible que funcionen sin su formación básica, o digamos original, aunque Peart entró, como ya lo comentamos, en el segundo disco. De esta manera, grupos como The Beatles, Pink Floyd, que al perder a Roer Waters no buscaron otro bajista, finalmente Waters es insustituible como cualquiera de los integrantes del grupo, así que solían contratar a Guy Pratt como músico de sesión; grupos como Emerson, Lake & Palmer, incluso U2, no podrían funcionar con una formación diferente a la que los hizo grandes, por eso no deja de sorprender el hecho de que este 2025, cincuenta años después del ingreso de Neil Peart a Rush, se anuncie una nueva gira con la baterista alemana Anika Nilles, que se une a Geddy Lee y Alex Lifeson para darle continuidad a esta vida que no termina de contarse y que se llama, y seguirá llamándose Rush. Ella tiene una potencia verdaderamente demoledora, me he dado a la tarea de escuchar algo de ella y es verdaderamente contundente, su técnica es irreprochable, no podíamos esperar menos de quien va a sentarse en el banquillo que en otro tiempo era del más grande baterista de rock. No es una sustitución, los mismos integrantes de Rush lo han señalado, eso sería imposible, es simplemente el hecho de darle continuidad a esta historia cuyo final parece todavía lejano.




