En el fútbol mexicano hay nombres que representan lucha, disciplina y constancia, pero pocos como el de Héctor Miguel Herrera, un mediocampista que convirtió su garra y determinación en su sello personal. Nacido el 19 de abril de 1990 en Rosarito, Baja California. Desde niño demostró una visión especial para el juego; entendía el espacio, anticipaba al rival y tenía una resistencia física envidiable.
Su talento llamó la atención de visores del Club Pachuca, institución reconocida por su trabajo en fuerzas básicas. Llegó a sus filas decidido a aprender y evolucionar, convirtiéndose rápidamente en una de las promesas del mediocampo. Con el paso del tiempo, fue ganándose la confianza del cuerpo técnico hasta debutar oficialmente en la Liga MX, iniciando así una carrera que pronto cruzaría fronteras.
Pachuca y el impulso olímpico
Su paso por Pachuca fue el laboratorio donde pulió su estilo: orden táctico, despliegue físico y juego vertical. En 2012, gracias a su rendimiento, fue convocado a la Selección Olímpica Mexicana dirigida por Luis Fernando Tena. Aquella generación dorada, que también incluía a Oribe Peralta, Javier Aquino y Giovani dos Santos, conquistó el oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, tras vencer a Brasil en la final.
El impacto fue inmediato: Héctor Herrera se consolidó como una de las promesas más valiosas del fútbol mexicano, y su actuación en aquel torneo lo colocó en la mira de clubes europeos. Un año antes había ganado el Balón de Oro como novato del año en la Liga MX durante el torneo Apertura 2011.
El salto a Europa y la consagración con el FC Porto
En 2013, Herrera fichó con el FC Porto, un paso trascendental para su carrera. Llegó a Portugal con hambre de triunfo, consciente de que ese sería su verdadero examen. Aunque su adaptación no fue inmediata, su disciplina y mentalidad de trabajo le abrieron espacio en uno de los clubes más exigentes del continente.
Con el tiempo, se convirtió en titular indiscutible y más tarde en capitán del Porto, un honor reservado solo para futbolistas con liderazgo y compromiso. En Portugal vivió sus años más exitosos; ganó la Primeira Liga 2017-18, la Supercopa de Portugal en dos ocasiones, y fue parte fundamental de las campañas en la UEFA Champions League, donde enfrentó a los mejores equipos del mundo.
Su estilo maduró y se volvió un mediocampista completo, con gran capacidad para recuperar el balón, iniciar jugadas, romper líneas y definir con disparos potentes desde fuera del área. Además, se ganó el respeto de la afición portista por su entrega, su profesionalismo y su constante evolución.
Durante sus seis temporadas en el club, Herrera no solo creció como futbolista, sino también como líder. Su figura se convirtió en símbolo del carácter latino que triunfa en Europa.
La prueba más exigente
En 2019, el mexicano dio otro paso en su carrera al fichar con el Atlético de Madrid, dirigido por Diego Simeone. Llegar a LaLiga española significó integrarse a uno de los torneos más competitivos del mundo. Con los “colchoneros”, Herrera mostró una faceta más madura y táctica, encajando en un sistema basado en el orden, la presión y la intensidad.
Aunque no siempre fue titular indiscutible, Héctor Herrera fue clave en varios partidos de alta exigencia. Su debut en la Champions League, donde marcó un gol ante la Juventus, fue uno de los momentos más recordados de su etapa en España. Además, fue parte del histórico plantel que ganó LaLiga 2020-21, rompiendo la hegemonía de Real Madrid y Barcelona.
En Madrid consolidó su imagen como un futbolista confiable, profesional y tácticamente inteligente.
Liderazgo en una nueva frontera
Tras su paso por Europa, Herrera decidió aceptar un nuevo reto en Estados Unidos, fichando en 2022 por el Houston Dynamo de la MLS. Su llegada fue vista como un golpe mediático para el fútbol estadounidense. Desde su primer torneo, asumió el rol de capitán y líder del vestuario.
En el Dynamo, se convirtió en el motor del mediocampo; equilibró al equipo, distribuyó juego y aportó jerarquía. Su influencia fue inmediata, y en 2023 ayudó al club a ganar la U.S. Open Cup, un título histórico para la institución.
Sin embargo, su etapa en Houston también tuvo un cierre turbulento. En 2024 fue expulsado en los playoffs ante Seattle Sounders por escupir al árbitro, lo que generó polémica y una sanción ejemplar. Aunque el propio Herrera ofreció disculpas, la directiva decidió no extender su contrato para la temporada siguiente. Aun así, su legado en la MLS quedó como el de un jugador que marcó diferencia dentro y fuera del campo.
Toluca y un nuevo comienzo
En enero de 2025, el Deportivo Toluca sorprendió al anunciar la llegada de Héctor Herrera como refuerzo estrella para el Clausura 2025. Tras más de una década en el extranjero, el mediocampista regresó a la Liga MX con la misión de aportar experiencia y liderazgo a uno de los clubes más históricos del país.
Su fichaje fue recibido con entusiasmo por la afición escarlata, y Herrera declaró que deseaba “volver a ilusionar al público mexicano”. Aunque debía cumplir sanciones pendientes tras su paso por la MLS, su incorporación generó expectativa por ver al campeón olímpico y ex figura del Porto de nuevo en los estadios mexicanos.
En Toluca, busca cerrar el círculo de su carrera profesional, ya siendo campeón ese mismo torneo.
Con la Selección Mexicana
El vínculo entre Héctor Herrera y la Selección Mexicana ha sido profundo. Debutó con el Tri en 2012 y desde entonces ha sido una constante en las convocatorias. Ha disputado más de 100 partidos internacionales, incluyendo los Mundiales de Brasil 2014, Rusia 2018 y Qatar 2022, además de Copas Oro, Copa América y Copa Confederaciones.
Fue uno de los pilares del mediocampo mexicano durante una década, aportando equilibrio, visión y liderazgo. Con el Tri, vivió alegrías y decepciones, pero siempre mostró profesionalismo. Su papel en la medalla de oro olímpica de 2012 marcó su carrera y su legado como uno de los jugadores más comprometidos con la camiseta nacional.
Estilo, legado y actualidad
Héctor Herrera es, sin duda, uno de los mediocampistas mexicanos más completos de su generación. Su estilo combina recuperación, pase, visión y llegada al área rival. Fue líder en tres continentes, campeón en Europa, América y Estados Unidos, y referente del Tri en su mejor momento.
Su legado no se mide solo en títulos, sino en la forma en que llevó la bandera mexicana a clubes históricos como el FC Porto, el Atlético de Madrid y ahora el Toluca. Hoy, con 35 años, Héctor Herrera representa el espíritu del jugador mexicano que no se rinde, que evoluciona y que deja huella en cada cancha que pisa.
