De los potreros de Sinaloa a las luces del Estadio Azteca y, después, a los banquillos de Primera División, la carrera de Joel Adrián Huiqui Andrade es la de un futbolista de carácter sólido y trayectoria marcada por momentos épicos, polémicos y de aprendizaje.
Fue defensor de temple, capitán ocasional, protagonista de una jugada que aún divide opiniones en las barras, y hoy regresa al Cruz Azul como auxiliar técnico para enseñar lo que aprendió en más de 15 años de profesionalismo.
Los Mochis, Hermosillo y la puerta a Primera
Joel Adrián Huiqui Andrade nació el 18 de febrero de 1983 en Los Mochis, Sinaloa. Sus primeros contactos con el fútbol de alto rendimiento ocurrieron en el norte del país: llegó a las fuerzas básicas vinculadas a Hermosillo / Cruz Azul Hidalgo, donde fue puliendo su talento como defensor central hasta que tuvo la oportunidad de dar el salto a Primera. Su porte físico (aprox. 1.84 m) y su lectura de juego lo convirtieron pronto en una opción para equipos de la Liga MX.
El ascenso
La carrera profesional de Huiqui dio un giro importante con su paso a Pachuca en calidad de préstamo (2003–2004), etapa en la que formó parte del plantel que ganó el Apertura 2003 y adquirió roce en competiciones de primer nivel. De regreso a Cruz Azul (2004–2010) se consolidó como un defensor titular y jugó más de 100 partidos con La Máquina y se convirtió en una pieza recurrente en las alineaciones, conocido por su fortaleza en el juego aéreo y su agresividad defensiva.
El defensor que impuso presencia
Como central, Huiqui se distinguió por su juego físico, su capacidad para imponerse en duelos y su buen posicionamiento. No era un zaguero elegante, pero sí efectivo; se defendía con autoridad, ganaba balones aéreos y no rehuía el choque. Entrenadores y compañeros lo describieron como un líder del fondo, con voz alta en la línea defensiva y disposición para asumir responsabilidades en partidos calientes. Esa mezcla de carácter y oficio fue lo que le permitió sostener una carrera larga en la Liga MX.
La “mano de Huiqui”
El 5 de diciembre de 2009, en la semifinal de la Liguilla del Apertura 2009 entre Cruz Azul y Monarcas Morelia, se dio la acción que más se recordará de Huiqui: un remate que parecía gol fue detenido por el defensor con la mano dentro del área; Huiqui fingió lesión y la jugada no fue sancionada por el árbitro en ese momento. El episodio, conocido popularmente como la “mano de Huiqui” o la “muertinha”, encendió la crítica mediática y la afición; generó memes, debate sobre el arbitraje y una marca permanente en la memoria colectiva del fútbol mexicano. Huiqui ha hablado del episodio con humor en años posteriores, pero la jugada quedó como uno de los hitos inseparables de su carrera.
El ciclo en Morelia
En 2011 Huiqui llegó a Morelia en préstamo y poco después se convirtió en pieza permanente del club. En Morelia vivió una etapa prolongada (2011–2015) durante la cual fue uno de los zagueros más utilizados del equipo, aportando experiencia y goles ocasionales de cabeza. Con Monarcas ganó la Copa MX (Apertura 2013) y la Supercopa MX (2014), logros que se integran a su palmarés y que mostraron su capacidad de aportar en equipos fuera de “los grandes” del fútbol mexicano.
Partidos, goles y pasos finales como jugador
Joel Huiqui acumuló cerca de 394 partidos oficiales y 17 goles entre liga, copas y etapas internacionales. Sus registros en clubes incluyen períodos largos y productivos en Cruz Azul (más de 100 apariciones) y Morelia (más de 100 apariciones), y etapas finales en Cafetaleros (Tapachula), Potros UAEM y en la USL con Las Vegas Lights (2018), donde incluso anotó y fue pieza clave del proyecto que dirigía “El Chelís”.
Selección Mexicana
Huiqui vistió la camiseta de México en distintos momentos entre 2005 y 2013, sumando 14 apariciones y 1 gol según registros oficiales. Participó en ciclos eliminatorios, fue considerado para torneos como la CONCACAF Gold Cup 2013 (donde tuvo presencia y en ocasiones la cinta de capitán) y fue parte del grupo de zagueros que la selección manejó en ese lapso. Su paso por la selección no fue continuo por la fuerte competencia en la defensa, pero dejó la impronta de un futbolista que respondió cuando fue llamado.
La experiencia en Estados Unidos
En enero de 2018 Joel firmó con Las Vegas Lights FC de la United Soccer League (USL), en un movimiento que lo llevó a compartir vestuario con figuras mediáticas y a tener un rol protagónico dentro del proyecto del club. Fue, en ese momento, uno de los futbolistas mejor cotizados del plantel y participó activamente en la temporada (anotó goles y aportó experiencia). Su paso por la USL representó el tramo final de su carrera como profesional, antes de iniciar su etapa como entrenador/auxiliar.
La transición a la formación y la dirección técnica
Tras su retiro, Huiqui comenzó a trabajar en las fuerzas básicas de Cruz Azul (2019–2021) donde asumió cargos en divisiones juveniles y en programas de desarrollo. Posteriormente dirigió en categorías menores y trabajó en proyectos de formación en divisiones de ascenso. En enero de 2025 fue registrado oficialmente como auxiliar técnico del primer equipo de Cruz Azul, un regreso simbólico al club donde dejó huella como jugador y ahora aporta desde la pizarra su experiencia defensiva y de vestidor. Su nombramiento como auxiliar confirma su apuesta por la docencia deportiva y por transmitir a nuevos defensores los manuales del oficio.
¿Qué enseña Huiqui?
Como entrenador y auxiliar, Joel apuesta por tres ejes: disciplina defensiva, trabajo físico para el juego aéreo y gestión del carácter del vestidor. Sus años en equipos grandes le enseñaron a manejar grupos, a entender la presión mediática y a no subestimar la formación integral del futbolista (físico, táctico y mental). En las canteras ha trabajado con defensores jóvenes en la lectura de líneas, marcación zonal y salidas desde el fondo, transmitiendo su propio enfoque: orden, contundencia y respeto por la posición.
Un defensor que aprendió a enseñar
La trayectoria de Joel Huiqui tiene episodios de gloria, momentos polémicos y largas temporadas de trabajo cotidiano. Su salto desde las canteras hasta la titularidad en equipos importantes, la medalla de trofeos de copa y su paso por la selección confirman una carrera sólida. Hoy, en su rol de auxiliar técnico en Cruz Azul, su misión es clara: devolver al fútbol lo que el fútbol le dio, formar jugadores con carácter, y mostrar que la experiencia acumulada en los años de cancha es el mejor manual para los nuevos defensores.




