Luis Enrique Flores Ocaranza, nacido el 18 de julio de 1961 en la Ciudad de México, es una figura emblemática del fútbol nacional. Como delantero, desplegó talento goleador tanto en México como en España; tras su retiro, incursionó como entrenador y directivo, dejando una huella multifacética.
Carrera en clubes: Pumas, España y el regreso a México
Flores comenzó su trayectoria en el club Pumas UNAM, donde debutó en 1980. Durante su etapa inicial con los universitarios fue pieza clave para conquistar la Liga MX 1980-81 y la Copa Interamericana 1981.
En 1986 dio el salto a Europa al fichar por el Sporting de Gijón, equipo de la Primera División de España. Allí participó en 32 encuentros, marcando 10 goles. Posteriormente regresó brevemente a Pumas antes de emprender otra aventura europea con el Valencia C.F., donde tuvo menos protagonismo, anotando 3 goles en 31 partidos.
Ya de regreso en México, defendió los colores de Cruz Azul, Atlas y Guadalajara (Chivas), continuando su recorrido en la Liga MX.
Con la selección: Mundiales, Copa América y goles decisivos
Flores debutó con la selección mexicana el 29 de noviembre de 1983. Participó en el Mundial de México 1986, donde México alcanzó los cuartos de final; en ese torneo anotó un gol frente a Paraguay en la fase de grupos.
También formó parte del equipo que fue subcampeón en la Copa América 1993. En total, registró 62 convocatorias con la selección nacional y anotó 29 goles.
Etapa como entrenador y legado fuera del campo
Al concluir su trayectoria como jugador, Flores dirigió al Pumas UNAM entre 1996 y 1997, al Veracruz en 1999 y al Atlético Celaya en el año 2000. En 2005 asumió también el cargo de director deportivo del Club Necaxa.
Hoy se le recuerda no solo por sus goles y su despliegue en la cancha, sino por su versatilidad en el fútbol mexicano: como jugador, entrenador y gestor.




