Hace más de 4 años, Monserrat Bendimes fue víctima de feminicidio a manos de su pareja, Marlon Botas. Con ayuda de sus padres, Diana e Ignacio, logró escapar manteniéndose prófugo de la justicia durante más de un año. En 2021, fueron detenidos, pero no se pudo denunciar por encubrimiento en su contra.
Debido a una modificación del Código Penal de Veracruz del artículo 344 y 345, que impedían sancionar a aquellos que ocultaban o protegían a los responsables de delitos graves como feminicidio, homicidio, violación o pederastía, hoy la realidad podría ser muy distinta y podríamos estar presenciando un camino a la justicia por Monse.
Con 39 votos a favor, el Congreso estatal ha aprobado por unanimidad la Ley Monse, una iniciativa que llevaba más de 4 años estancada en la “congeladora legislativa”, ya fuera por falta de voluntad política o indiferencia, pese a haber sido impulsada por colectivas feministas y familiares de Monse.
A nivel nacional, la problemática del encubrimiento ha impedido durante décadas que millones de familias y víctimas de feminicidios accedan a la justicia. La aprobación de la Ley Monse simboliza un avance en materia de género y busca romper con este ciclo, estableciendo sanciones penales a quienes, por lazos de sangre o afectivos, protejan a los agresores.
Con esta reforma, Veracruz se une a la corta lista de entidades del país que ya han aprobado medidas similares. Tales como Ciudad de México, Jalisco, Puebla, Oaxaca y Morelos, que fue la primera entidad en reformar el artículo 312 del Código Penal estatal para aumentar la sanción de aquellos que encubren un feminicidio. Cada una de estas modificaciones representa un avance hacia un sistema de justicia más sensible y comprometido con los derechos de las mujeres.
¿Qué busca la Ley Monse?
- Imponer sanciones por encubrimiento a los perpetradores, independientemente de si son familiares o amigos del imputado
- Eliminar la “excusa absolutoria”, que permitía justificar la protección de los agresores
- Prevenir la obstaculización de la justicia para las víctimas, garantizando que los procesos judiciales no se vean entorpecidos por complicidades personales
- Reducir las probabilidades de fuga o escape de los agresores con la colaboración de sus amistades y familiares
Este tipo de reformas marcan un momento crucial para alcanzar la transformación de una realidad que nos afecta a las mujeres: ser potenciales víctimas de feminicidio y que no haya justicia. La Ley Monse representa un pedazo de esperanza y justicia para sus familiares, así como para el resto de personas que han sido arrebatadas de sus vidas por un feminicida. Nunca más a los vacíos legales, nunca más proteger a los agresores, nunca más a olvidar a todas las que ya no están.




