En el corazón pulsante del fútbol mexicano, donde cada pase era una declaración de guerra y cada gol un himno a la garra, José Antonio “Tato” Noriega se erigió como un ícono versátil: el mediocampista que devoraba duelos con pundonor felino, el analista que diseccionaba tácticas en ESPN y, hoy, el directivo que arma escuadras de élite en Monterrey. Nacido el 29 de diciembre de 1969 en la Ciudad de México, este canterano de Pumas acumuló 436 partidos y 54 goles en la Primera División, pero su historia va más allá de las canchas: es un relato de exclusiones dolorosas, resurgimientos gloriosos y decisiones que definen eras.
De las FB de Pumas a títulos tempranos
El sueño auriazul nació en la Ciudad Universitaria, donde “Tato” Noriega emergió de las fuerzas básicas de Pumas de la UNAM como un mediocampista de 1.77 m y 73 kg, con una visión de juego que ya olía a grandeza. Debutó el 20 de enero de 1991 en un 2-1 ante Morelia, y en su primera temporada (1990-91) contribuyó al histórico título de Primera División, un trofeo que selló su madurez a los 21 años. Ese mismo año, levantó la Copa de Campeones de la CONCACAF, demostrando que su entrega en la media cancha era oro puro.
“Tato” no era un goleador nato, pero su pundonor lo convertía en líder natural: robos de balón, asistencias quirúrgicas y goles oportunos que definían partidos. En Pumas, jugó 4 temporadas, forjando un estilo que lo marcó: “Jugar en el medio es sufrir, pero con garra se gana todo”, confesó años después en entrevistas. Su salida en 1992 a Monterrey no fue un adiós, sino el inicio de una nómada carrera que lo llevó a 7 clubes, siempre con el sello de un capitán que motivaba desde el césped.
El nomadismo en la Liga MX
José Antonio “Tato” Noriega fue un trotamundos incansable, pero cada parada sumaba capas a su leyenda. En Monterrey (1992-1996), se consolidó como titular indiscutible en 4 torneos, ganando la Recopa de la CONCACAF en 1993, un bálsamo tras los subcampeonatos en el Apertura 1992 y 1993. Un breve paso por Cruz Azul donde fue olvidable, pero en Santos Laguna encontró madurez y regresó para un cierre emotivo.

El año 1999-2000 en Tigres fue gris, 27 partidos, 0 goles, pero Monarcas Morelia (2000-2002 y 2004) fue su Olimpo. En el Invierno 2000, fue clave en el histórico título, el primero y único de Morelia, con su garra elevando al equipo. El clímax fue la Copa Libertadores 2002, donde Noriega explotó con 8 goles en 10 partidos (segundo mejor mexicano histórico), llevando a Morelia a cuartos de final, cayendo eliminados por América. Se retiró en el 2004 con Morelia, tras 18 años como profesional; un adiós con lágrimas, pero sin arrepentimientos.

Capitán en la Copa Oro 2003, pero sin Mundial 2002

Con 6 caps entre 1993 y 2002, Noriega debutó el 29 de junio de 1993 en un amistoso vs Costa Rica. Jugó 2 más en 1993, 1 en 1996 y 2 en 2002, destacando como capitán en la Copa Oro 2003. Su liderazgo, dando órdenes en la duela y leyendo el juego como pocos, lo hizo indispensable. Pero el golpe maestro fue cuando lo excluyeron del Mundial Corea-Japón 2002 por Javier Aguirre, pese a su gran actuación en la Libertadores: “Fue el momento más duro; me lo debía todo el fútbol mexicano”, confesó en 2020. Analistas lo tildaron de “el gran ausente”, un vacío que dolió más que cualquier derrota.
Etapa como analista en ESPN
Colgó botines en 2004, pero el fútbol lo reclamó de inmediato.Primero probó suerte como director deportivo con Santos y Morelia, pero no tuvo éxito, así que debutó en medios durante el Mundial 2002 como invitado en TV Azteca, junto a José Ramón Fernández, analizando el Tri con la frescura de un seleccionado. En 2009, dio el salto a ESPN como comentarista y analista, integrándose a programas como Fuera de Juego, Fútbol Picante y coberturas internacionales de Champions League, Eurocopa y Mundiales.
Su dupla con Fernando Palomo fue oro puro: análisis tácticos profundos, como la chilena de Cristiano Ronaldo vs Juventus en 2018, y un estilo directo que conectaba con la afición.
Durante una década, Noriega educó a generaciones con su visión de cancha: “El fútbol se gana en el medio, no en las estrellas”, repetía. Salió en septiembre de 2019: “Necesito un descanso para familia y recargar baterías”, explicó en entrevistas. Ese viaje duró dos años, tiempo que usó para estudios y reflexión, antes de volver al ruedo… pero ya no con micrófono, sino con traje de directivo.
De asesor en FC Juárez a presidente deportivo de Rayados

El regreso a las raíces fue épico. En 2020-2021, fungió como asesor deportivo externo en Monarcas Morelia, y en 2021 asumió como presidente interino en FC Juárez, estabilizando un club en crisis con movimientos astutos. Pero el llamado mayor llegó en octubre de 2022: Presidente Deportivo de Monterrey, el “hombre de la casa” que jugó allí en los 90. Con licenciatura en Ciencias de la Comunicación, licencia de entrenador y máster en Big Data Deportiva, Noriega modernizó la institución: “Representamos a México en el Mundial de Clubes 2025“, declaró con orgullo.
Sus mejores fichajes reflejan su ojo clínico:
- Sergio Canales (ex-Betis, 2023) – motor creativo.
- Jesús Corona (ex-Sevilla, 2023) – liderazgo en portería.
- Lucas Ocampos (ex-Sevilla, 2024) – explosividad en banda.
- Oliver Torres (ex-Sevilla, 2024) – visión en el medio.
- Sergio Ramos (2024) – experiencia ganadora.
En 2025, sumó Luis “Hueso” Reyes, Nelson Deossa y Alfonso Alvarado. Mostró interés en César “Chino” Huerta y descartó bombas como Cucho Hernández o Joaquín Correa. Bajo su mando, Rayados alcanzó la final del Apertura 2024, aunque la perdió vs América, aún sueña con romper la sequía liguera del último título en 2019.
Legado de un mediocampista eterno
Tato Noriega, a sus 55 años, no es solo un exjugador de 436 duelos y campeón de la Liga MX; es el puente entre eras: de la garra de los 90s a la data-driven en 2025. Su exclusión del 2002 dolió, pero forjó resiliencia; en su paso por ESPN educó generaciones; en Rayados, armó a un gigante para el Mundial de Clubes. En su mundo, cada robo de balón es una lección: lidera o muere.




