Imagina llegar a un vestuario donde nadie habla tu idioma, el entrenador te grita instrucciones que suenan a chino y en la primera rueda de prensa te piden que hables… en inglés. Eso no es una pesadilla, es el día a día de cientos de cracks mexicanos, sudamericanos, africanos y asiáticos que aterrizan en Europa; pero aquí está lo brutal. En menos de 12-18 meses muchos de ellos ya dan entrevistas fluidas, hacen chistes con la prensa inglesa y hasta cantan con la afición, ¿cómo lo hacen?.
Aquí te lo explicamos.
Los desafíos que enfrentan los deportistas
No es como sentarse en un pupitre con un café en mano. Para un deportista de élite, el día está dividido en entrenos dobles, sesiones de fisio y vuelos eternos. El tiempo es el enemigo número uno. A eso súmale el estrés de adaptarse a una nueva cultura, donde un malentendido en la cancha puede costarte un partido. Y no hablemos de las entrevistas post-partido. Pero aquí está el twist, esa presión es su combustible. La motivación no es un lujo; es supervivencia. Aprender inglés no solo les ayuda a comunicarse con compañeros de todo el mundo, sino que acelera su curva de rendimiento; estudios y expertos en lingüística deportiva coinciden que los atletas absorben idiomas hasta cinco veces más rápido que el promedio, gracias a la inmersión forzada y la repetición constante de términos específicos.
Cómo los deportistas hackean el aprendizaje del inglés
Olvídate de las apps genéricas que prometen fluidez en 30 días. Los pros van a lo práctico, combinando ciencia lingüística con la rutina del deporte:
- Inmersión total en el entorno deportivo: Nada como vivirlo para aprenderlo. Al mudarte a un club inglés o con plantilla internacional, el inglés te envuelve a través de las charlas tácticas, vestuario, prensa. Es como un bootcamp 24/7. Los clubes como el Liverpool o el Manchester City lo facilitan con “días de aclimatación”, donde el foco es sólo adaptarse al idioma y la cultura.
- Clases personalizadas y vocabulario técnico: No hay tiempo para gramática. Optan por tutores que enseñan “inglés futbolístico”: palabras como “tackle”, “through ball” o “set piece”. Plataformas como HATRIQA o Breakaway English ofrecen cursos online flexibles, con lecciones de 20 minutos que encajan entre entrenos. Algunos usan IA para practicar acentos variados, de cockney londinense a yankee puro.
- Apoyo de compañeros y traductores iniciales: Al principio, un traductor es el salvavidas (piensa en Gareth Bale llegando al Real Madrid con uno personal). Luego, los veteranos del equipo se convierten en mentores informales. Es común que un brasileño o argentino ayude a un novato con frases básicas en el vestuario.
- Práctica activa fuera de la cancha: Podcasts de partidos en inglés durante el cardio, series como Ted Lasso para el slang cotidiano, o apps con flashcards de términos deportivos. La clave es medir el progreso como en una telemetría de carrera, ajustando sobre la marcha para no estancarse.
Estos hacks no son magia; son eficiencia pura. Y lo mejor es que funcionan para cualquier nivel, desde principiantes hasta políglotas empedernidos.
Por ejemplo, en la Premier League, casi todos los grandes de Inglaterra (City, Arsenal, Chelsea, Liverpool) tienen ahora “Language & Integration Coach” oficial dentro del staff. El Manchester City, con un 40% de su plantilla latina, invirtió £500k en 2024 en un “South American Integration Hub”. Liderado por un LIC ex jugador argentino, incluye partnership con HATRIQA para clases virtuales diarias y funciona así: Sesiones grupales para latinos donde practican “Guardiola-speak” –frases como “positional play” o “rest defense”. En 2025, expandieron a youth con el “Football Language Programme”.
El Chelsea, bajo Enzo Maresca, en agosto del 2025 fueron el primer club en la Premier en proveer intérpretes de British Sign Language en juegos, extendiendo eso a jugadores. Su LIC team (dos coaches full-time) colabora con CLT para “Blue Bridge Program” para llegadas de sudamericanos, empiezan con traductores AI en entrenos, transicionando a one-on-one.
Y no solo existen casos en el fútbol, también en el ciclismo y es que EF no es un equipo cualquiera; es un microcosmos global. En 2025, su roster incluye australianos como Neilson Powless (el primer nativo americano en el Tour), italianos como Alberto Bettiol, colombianos como Rigoberto Urán, noruegos, canadienses, mexicanos y más. Sin un idioma unificador comunicarse sería imposible, es por eso que el inglés se impone como el “idioma de la carretera”, no porque sea el de todos, sino porque es el puente práctico.
EF Education First, el sponsor titular desde 2017 (cuando rescató al equipo de la quiebra con una inyección de millones), no solo pone el dinero; pone su expertise en idiomas. Su plataforma EF English Live es el coach invisible del pelotón con clases online flexibles que encajan en agendas imposibles. Esto no es teoría, es kaizen en acción, la filosofía japonesa de mejora continua que EF adopta. Riders como el francés Pierre Rolland, quien se unió en 2016, lo vivieron en carne propia. “Cambió todo, me permitió salir del ciclismo francés tradicional y unirme a este equipo progresista. Ahora, hablar inglés me deja comunicarme con todos en el pelotón, no solo con mis compatriotas”. Las sesiones incluyen módulos específicos como vocabulario ciclista (“keep going” en un sprint, “stay calm” en un crash), role-plays de liderazgo y hasta slang para charlas en boxes. El resultado es que los riders que no solo entienden órdenes, sino que las dan.

https://englishlive.ef.com/es-es/blog/prensa/fuerza-a-traves-de-la-diversidad
Ejemplos reales que inspiran
Rodrigo Huescas, el joven mexicano que en 2024 dio el salto al FC Copenhague en Dinamarca. Al aterrizar en Escandinavia, el idioma era su mayor obstáculo: “Tomé clases de inglés en la mañana y en la tarde, de lunes a jueves” confesó, ahora, después de meter el gol que clasificó al Copenhague a octavos de Conference League, dio su primera entrevista completa en inglés en el campo. El reportero le preguntó en qué idioma quería hablar y él, muerto de risa: “Portugués, alemán… como quieras”. En menos de 8-9 meses pasó de “tomo clases desde el día uno” a bromear fluido en cámara.
Otro caso que enamora es el de Julián Álvarez en el Manchester City. Llegó en 2022 tartamudeando, pero dos años después, su primera entrevista completa en inglés se viralizó: fluida, carismática, sin un solo “ehm”. ¿El secreto? Inmersión total en el vestuario de Guardiola, más sesiones privadas con coaches lingüísticos. Pasó de depender de traductores a ser el que explica las jugadas a sus pares.
Y no olvidemos a Fabinho, el brasileño del Liverpool. Jürgen Klopp, obsesionado con el inglés perfecto, le dio días libres solo para aclimatarse al idioma y el resultado fue de novato lingüístico a capitán en el mediocampo o Moisés Caicedo, el ecuatoriano que llegó al Chelsea hablando un inglés muy básico ya que dependía 100 % de traductor. En mayo de 2025 fue elegido MVP de la temporada del Chelsea y dio el discurso de agradecimiento entero en inglés. Sus propios compañeros lo aplaudieron de pie por el esfuerzo y el nivel que mostró.
Estos tipos no nacieron hablando inglés; lo construyeron con sudor y estrategia.
Tips para ti
¿Quieres canalizar esa energía atlética en tu propio inglés? Prueba estos consejos inspirados en los cracks:
- Crea tu inmersión diaria: Cambia el idioma de tu teléfono a inglés y ve películas en inglés.
- Enfócate en lo práctico: Aprende 50 palabras deportivas clave primero (busca listas en Duolingo o MosaLingua).
- Busca un “compañero de equipo”: Únete a grupos de WhatsApp de fans internacionales o practica con un tandem app.
- Mide y celebra: Como Huescas, rastrea tu progreso semanal.
En resumen, no es magia ni talento especial. Es un sistema brutalmente eficiente que combina presión real + apoyo profesional + repetición en contexto y lo mejor es que cualquiera puede copiar el 80 % de este método sin necesidad de tener un club detrás. Solo hace falta la misma hambre que tienen ellos.
Ya sea que sueñes con la Champions o solo con charlar fluido en un pub londinense, toma nota, la inmersión gana partidos, en la cancha y en la vida.




