El banquete de los pordioseros
Emerson, Lake & Palmer: Primer disco
Se cumplen 55 años del lanzamiento de la ópera prima del impresionante trío de rock progresivo inglés, Emerson, Lake & Palmer, es un álbum homónimo publicado el 20 de noviembre de 1970 en el que se fijan sólidamente los argumentos contundentes con los que habrían de colaborar con el desarrollo del entonces naciente rock progresivo.
Este álbum es una suerte de declaración de principios, tal vez lo podamos entender como una solemne confesión en la que nos revelan cuáles serían sus intereses en la música y dibujan con convincentes trazos el camino que desde ese momento habrían de seguir, desde entonces, el discurso musical de Emerson, Lake & Palmer ha sido, y sigue siendo, uno de los más contundentes y convincentes de la siempre inconclusa historia del rock.
Los antecedentes de esta agrupación británica son, igualmente solventes, el tecladista, Keith Emerson, con profundo conocimiento de la música erudita, desarrolla su propuesta musical caminando con asombroso equilibrio sobre la delgada línea que hay entre el rock progresivo y la gran música de concierto, no tiene inhibiciones en llevar la música de Bach, de Bela Bartók, o de Alberto Ginastera por los sinuosos caminos del rock. Ya desde The Nice nos dejó perfectamente claro que esa es su forma de hacer y entender la música, de hecho, con The Nice parecía haberlo conseguido todo, si su carrera hubiera terminado al dejar The NIce, si por alguna razón él hubiera decidido retirarse, ya estaba su nombre escrito de manera indeleble en la historia del rock, pero todavía le faltaba su propuesta con este trío británico, un verdadero power trio.
Por su parte, Greg Lake, cantante y bajista que había sido parte integral del surgimiento de lo que para muchos es el origen del rock progresivo, King Crimson, con aquel impresionante disco llamado In the Court of the Crimson King, todavía permaneció en la segunda producción de la banda de Robert Fripp llamado In the wake of the Poseidon, publicado en 1970, es decir, que terminó este trabajo con la Corte del Rey Carmesí y abandonó la agrupación para sumarse a este naciente proyecto de Emerson, Lake & Palmer, y con ellos, además de contribuir con su muy particular timbre de voz y con el bajo, eventualmente también usaba la guitarra acústica.
Por su parte, Carl Palmer, un baterista de toque fino y contundencia demoledora venía de presentar sus credenciales de manera muy exitosa con The Crazy World of Arthur Brown, además de haber colaborado en el álbum debut de la agrupación Atomic Rooster. Carl Palmer era algo así como un músico nómada, sin estabilidad en alguna agrupación hasta que se integró a Emerson, Lake & Palmer, aquí encontró la estabilidad y la seguridad que seguramente buscaba para desarrollar todo su potencial como baterista.
Se trata de una especie de fórmula perfecta, una compleja maquinaria en la que todas sus piezas funcionan perfectamente, y que, además, si faltara alguna, se pierde la magia y las cosas dejan de funcionar, esto lo vimos en proyectos paralelos que surgieron con el paso del tiempo, por ejemplo, aquel intento de agrupación llamada Three que publicaron su único álbum el 25 de marzo de 1988 llamado To the Power of Three integrado por Keith Emerson, Carl Palmer y el cantante y bajista Robert Berry, la misma fórmula pero con un solo elemento diferente, suficiente para que se quedara muy lejos del concepto original, aunque tiene algunos temas muy convincentes, como “On my way home”, por ejemplo.
Anteriormente, en 1985 ya había habido un intento de trabajar sin alguno de los integrantes originales, tal fue el caso de Emerson, Lake & Powel, añadiendo a la fórmula al genial baterista Cozy Powel en lugar de Carl Palmer, y aunque no creo que haya alguien que se atreva a cuestionar la calidad de este baterista, no fue lo mismo, las cosas no funcionaron como lo esperaban y sólo se publicó un disco, así que los engranajes son los precisos y cualquier cambio arruinaría el concepto original y sería un obstáculo para el libre flujo de la magia.
Este álbum homónimo que es el debut de Emerson, Lake & Palmer es una verdadera joya del progresivo, es un disco que nos ofrece versiones para rock de obras de la música académica, además de grandes temas originales. El disco abre con “The Barbarian”, un arreglo del Allegro Bárbaro del compositor húngaro Bela Bartók, con toda la identidad que le es propia a este trío de músicos ingleses. Continúa con una composición de poco más de 12 minutos de Greg Lake llamada “Take a Pebble”. El siguiente tema es “Knife – Edge”, una mezcla de las obras de dos grandes compositores: del músico bohemio, o checo si lo prefieres, Leos Janacek, y del BWV 812 (Catálogo de la obra de Bach por sus siglas en alemán) de Johann Sebastian Bach.
El lado B abre con el que para mí es el mejor corte del disco, es una obra en tres partes compuesta por Keith Emerson, sus partes son “Clotho”; “Lachesis” es un solo de piano, y “Atropos”, es un trío para piano, bajo y batería. El nombre de esta composición se refiere a las Moiras o Parcas de la mitología griega, la primera parte, “Clothos”, está interpretada en el imponente órgano del Royal Festival Hall, sede la Orquesta Filarmónica de Londres.
El siguiente tema, “Tank”, es una composición de Emerson y Palmer y el disco se cierra con “Lucky Man”, una gran composición de Greg Lake.
Sin duda, estamos hablando de uno de los pilares del rock progresivo británico y, claro, de uno de los más grandes representantes de este lenguaje musical. Emerson, Lake & Palmer.




