Enrique David Borja García, conocido en el mundo del fútbol como Enrique Borja, nació el 30 de diciembre de 1945 en la Ciudad de México. Exdelantero de gran olfato goleador, su carrera marcó una época tanto en la Liga MX como en la Selección Mexicana.
De Pumas al América: el salto de un goleador
Borja inició su carrera profesional en las fuerzas básicas de los Pumas de la UNAM y debutó con el primer equipo en marzo de 1964, durante un partido de Copa contra Zacatepec.Rápidamente demostró su eficacia: en cinco temporadas con Universidad acumuló 69 goles en liga.
En 1969, protagonizó un traspaso polémico al Club América por 400,000 pesos, movimiento que él mismo no avalaba inicialmente, pero que marcó el inicio de su etapa más exitosa. Con las Águilas mantuvo su olfato goleador y se coronó máximo rompe redes en tres temporadas consecutivas.
Goleador en la selección y momento cumbre
Borja vistió la camiseta de la Selección Mexicana entre 1966 y 1975, disputando 65 partidos y anotando 31 goles. Uno de sus momentos más icónicos llegó en la Copa Mundial de 1966, donde anotó un gol frente a Francia en Wembley, un tanto que quedó grabado en la memoria de los aficionados.
A pesar de sus contribuciones, en el Mundial de México 1970 no fue convocado como titular, un golpe duro para él.
Marca, legado y vida después del retiro
- Borja se retiró en 1977, dejando más de 100 goles con el América en todas las competiciones.
- Fue tricampeón de goleo en la liga mexicana (liguilla incluida) durante su etapa con América, consolidando su estatus como uno de los delanteros más letales de su era.
- Tras colgar los botines, su carrera continuó fuera de la cancha: se convirtió en directivo del Club Necaxa y más tarde presidió la Federación Mexicana de Fútbol (FMF).
- También se desempeñó como comentarista deportivo para Univisión durante el Mundial de Alemania 2006.
Una voz crítica sobre el presente del futbol mexicano
En declaraciones recientes, Borja ha expresado su preocupación por la falta de delanteros mexicanos en la Liga MX, especialmente por el predominio de futbolistas extranjeros en posiciones ofensivas. Su experiencia y perspectiva le dan credibilidad: él fue uno de los goleadores más destacados en su momento.
Legado duradero
Enrique Borja es mucho más que un goleador: es una figura emblemática del fútbol mexicano, un jugador que combinó intuición para definir con un carácter fuerte y carismático. Su apodo “El Cyrano” (por su prominente nariz) se quedó para siempre en la memoria de los aficionados, al igual que sus goles. Para muchos, representa la época dorada de los delanteros nacionales.
Su paso por Pumas y América, su impacto en la selección y su voz en el fútbol actual hacen de Borja un referente generacional: un jugador que dejó su marca con goles, pero también con convicciones.




