El titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, ha encabezado en semanas recientes una serie de acciones que reflejan un reforzamiento de la estrategia nacional de seguridad. Desde detenciones de alto perfil hasta el despliegue de células de inteligencia en estados con emergencias, el funcionario federal se ha mantenido como una figura clave en la coordinación entre fuerzas federales, estatales y municipales para contener la violencia y avanzar en investigaciones de alto impacto.
Uno de los operativos más relevantes fue la captura de José Socorro “N”, alias L-12, considerado objetivo prioritario y con tres órdenes de aprehensión por homicidio. Su detención, lograda mediante un trabajo conjunto entre la Marina, la SSPC y la Fiscalía de Baja California, puso fin a una serie de hechos violentos vinculados a este individuo en entidades como Baja California y Sinaloa. De forma paralela, en Navolato se logró la aprehensión de 14 personas, además del aseguramiento de armamento de uso exclusivo del Ejército, operación que impidió que este arsenal terminara en manos del crimen organizado.
En el caso del asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, Harfuch informó la detención de un segundo implicado que habría facilitado la fuga de uno de los sicarios en un taxi. Con esto ya son dos los detenidos por este crimen, aunque el secretario confirmó que existen más avances dentro de la investigación. También reveló que los responsables habían intentado asesinar al alcalde días antes del ataque, lo que refuerza la gravedad y premeditación del caso.
Otra de las acciones destacadas fue el envío de una célula de inteligencia especializada a Baja California Sur, tras la masacre registrada en Loreto. El gobernador Víctor Manuel Castro confirmó que este equipo, que ya ha dado resultados en operaciones anteriores, llegó al estado para colaborar con autoridades estatales, fuerzas armadas y corporaciones federales. El despliegue fue inmediato y responde a la necesidad de acelerar las investigaciones y reforzar el control territorial.
En su visión nacional sobre la seguridad, García Harfuch subrayó que “el país no está controlado por los cárteles”, aunque reconoció que los desafíos continúan. Destacó una reducción del 37% en los homicidios dolosos respecto al año anterior, además de la detención de 37 mil presuntos delincuentes de alto impacto en coordinación con las entidades federativas. Para el secretario, estos resultados muestran que la estrategia federal está dando pasos firmes y que los operativos seguirán intensificándose para frenar la actividad del crimen organizado en todo el país.




