- La Fundación Kay Cantón creó la Brigada Violeta como mecanismo ciudadano de acompañamiento y prevención para mujeres, niñas, adolescentes y adultas mayores durante la Feria Nacional de San Marcos, articulado con instituciones
- El proyecto incluye recorridos con voluntarias, capacitación a personal de establecimientos, puntos seguros y difusión de teléfonos de emergencia, además de canalización de casos detectados hacia instancias correspondientes
- Kay Cantón destacó que la iniciativa evidenció la vulnerabilidad de trabajadoras de la feria y afirmó que el reto es mantener acciones permanentes, promover corresponsabilidad ciudadana y fortalecer el acceso a apoyo seguro
La Fundación Kay Cantón A.C., presidida por Karla “Kay” Cantón Rosales, ha consolidado en los últimos años un trabajo asistencial enfocado en la atención de mujeres en situación de violencia, personas adultas mayores, población con discapacidad, niñas, niños y adolescentes en contextos de vulnerabilidad. De este trabajo surgió la “Brigada Violeta”, un mecanismo ciudadano de acompañamiento y prevención dirigido a niñas, adolescentes y mujeres, incluidas adultas mayores, durante la verbena de la Feria Nacional de San Marcos.
Kay explicó que, aunque el objeto social de la fundación es amplio, la realidad las llevó a concentrarse en las violencias, especialmente la violencia de género. “Nos fuimos cerrando donde veíamos más necesidad”, contó, al señalar que además de apoyar a mujeres, también brindan respaldo a personas adultas mayores y con discapacidad en situación vulnerable.
La Brigada Violeta nació a partir de una experiencia personal: Kay se encontró a una joven en evidente situación de riesgo en una plaza comercial. Sin saber cómo actuar sin incurrir en un delito, pidió ayuda a diversas personas servidoras públicas; la única que respondió fue la actual presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Yessica Pérez. Con su orientación, lograron que la joven regresara a casa con su familia. Esa experiencia detonó la idea de crear un mecanismo de acompañamiento más amplio.
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Tras años de tocar puertas, el proyecto logró articularse con instancias como la Policía Municipal, el Centro de Justicia para las Mujeres y la propia Comisión Estatal de Derechos Humanos. Durante la feria, la Brigada Violeta recorrió el perímetro con voluntarias distinguidas por un brazalete morado, acompañadas por células de seguridad.
Además, colocaron stickers con teléfonos de emergencia en baños de bares y restaurantes, capacitaron a personal de establecimientos para actuar ante mujeres en riesgo y promovieron puntos seguros dentro de la verbena.
Kay subrayó que uno de los hallazgos más preocupantes fue la vulnerabilidad de mujeres que trabajan en la feria, especialmente personal de limpieza y algunas mujeres policías que también viven violencia. En esos casos, la fundación ha canalizado a las afectadas hacia las instancias correspondientes, destacando el acompañamiento y asesoría recibidos desde la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Aunque reconoce que hoy existen más herramientas institucionales, como la Policía Rosa y los puntos seguros oficiales, Kay considera que la Brigada Violeta fue un parteaguas al poner el tema en la agenda pública desde la sociedad civil.
Explicó que, a pesar de que el proyecto nació específicamente para la Feria Nacional de San Marcos, a muchas voluntarias y a ella misma les gustaría que este acompañamiento pudiera mantenerse de forma permanente durante todo el año, pues el objetivo siempre ha sido que mujeres, niñas, adolescentes y adultas mayores cuenten con espacios seguros sin importar la temporada.
De cara a los retos pendientes, Kay insistió en la corresponsabilidad ciudadana: no basta con exigir al gobierno, dijo; es necesario involucrarse, informarse y utilizar las herramientas disponibles para que menos mujeres vivan violencia y más se atrevan a pedir ayuda.




