Trayectoria y perfil
Club América, Club Necaxa, Atlante F.C. y C.F. Monterrey son algunos de los clubes en los que militó Juan Hernández, un defensor nacido el 8 de marzo de 1965 en Ensenada, Baja California.
Famoso por su velocidad por la banda derecha, su proyección al ataque y su disparo de media distancia, “El Che-Che” destacó por ser un lateral moderno: potente en defensa, pero con gran alcance ofensivo.
Tras su paso por Necaxa (1983–1988), donde disputó 129 partidos, Hernández fichó con América. Ahí vivió sus años más gloriosos: entre 1988 y 1996 sumó 236 partidos y 11 goles — datos que dan cuenta de su constancia y aportación ofensiva desde la defensa.
Aunque salió un par de veces del club —para jugar en Atlante (1996-97), luego regresar a América en 1998, y posteriormente pasar por Monterrey (1998) y otra vez Atlante (1999-2000) antes de retirarse— su nombre quedó firmemente asociado con el de las Águilas.
Selección mexicana y éxitos
Representante de la Selección de fútbol de México, Hernández acumuló 36 partidos y 2 goles durante su ciclo con el Tri.
Formó parte del plantel que alcanzó el subcampeonato de la Copa América 1993, una de las participaciones destacadas de México en torneos de selecciones.
Títulos y legado
Con América ganó la liga de Primera División en la temporada 1988-89, además del título de Campeón de Campeones.
También alzó trofeos internacionales: la Copa Campeones CONCACAF (en 1990 y 1992) y la Copa Interamericana (1991).
Ese historial de éxitos, sumado a su juego decidido por la banda —rápido, con llegada y buen manejo del balón—, lo convirtieron en uno de los laterales derechos más recordados del fútbol mexicano de finales de los 80 y principios de los 90.
¿Por qué es “leyenda”?
- Su versatilidad: defendía con intensidad, pero no renegaba de subir al ataque, lo que le daba doble valor al equipo.
- Constancia: muchos años como titular en clubes importantes, especialmente en América.
- Triunfos colectivos: títulos de liga, trofeos internacionales y representaciones con la selección.
- Identidad con la afición: a pesar de no ser canterano, logró ganarse el cariño de la afición americanista, gracias a su entrega y su estilo.




