- El magistrado Felipe de la Mata aseguró que el sistema laico da cabida a todas las personas sin importar su ideología o creencias
- Los magistrados de la Sala Superior del TEPJF presentaron en la FIL de Guadalajara el libro La Constitución de 1857. Una mirada desde el siglo XXI
Para que el derecho no sea un instrumento de simulación, sino de una verdadera transformación, se requiere hacer un diagnóstico de los factores reales de poder, afirmó el magistrado de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Felipe Alfredo Fuentes Barrera, al presentar el libro La Constitución de 1857. Una mirada desde el siglo XXI, en el marco de la 39ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).
Destacó que una de las conclusiones que plantea la obra es que “el derecho sin poder es frágil, pero el poder sin derecho es peligroso”. De ahí que sea necesario que toda constitución debe construirse a partir de un diagnóstico honesto de los factores reales del poder; “de lo contrario se correrá el riesgo de convertirse en un documento simbólico y sin eficacia. Fíjense ustedes cómo lleva a la actualidad ese pensamiento”, puntualizó.
El magistrado Fuentes Barrera, al continuar con la línea argumentativa de los autores, dijo que el fracaso de las reformas legales se da por no modificar la correlación de fuerzas, por lo que se debe identificar qué actores detentan efectivamente el poder y los intereses que incorporan o excluyen en el pacto.
Incluso en democracias consolidadas, agregó, donde los factores de poder menos visibles pero influyentes, como son los conglomerados financieros, las tecnologías de vigilancia, los algoritmos de redes sociales y los lobbies internacionales, deben ser ponderados, pues una Constitución puede quedar desfasada si no dialoga con las transformaciones estructurales.
A su vez, el magistrado del TEPJF, Felipe de la Mata Pizaña aseguró que México ha entendido, a lo largo de las últimas décadas, que es el sistema laico donde entran todos los mexicanos, donde caben todas las personas que habitan el territorio nacional, sin importar sus convicciones políticas y creencias religiosas.
Al recordar que el texto constitucional de 1857 fue juramentado por los diputados constituyentes en la antigua sede del Congreso en Palacio Nacional frente a un crucifijo, y “en el nombre de Dios”, sostuvo que dicho documento merece ser estudiado porque permite un acercamiento a la historia, a la manera de ser mexicano en el sistema constitucional.
El magistrado De la Mata Pizaña recordó que en el debate del Constituyente de 1856-1857 no tuvieron participación los conservadores, sino más bien fue concebida por los liberales, los ultraliberales y los moderados.
Sostuvo que la ideología fundamental de la actual Carta Magna tiene sus bases en la iniciativa que en su momento presentó el presidente Venustiano Carranza, la Constitución de 1857 y las Leyes de Reforma.
La magistrada presidenta de la Sala Regional Ciudad de México del TEPJF, María Cecilia Guevara y Herrera, explicó que la Constitución del 57 instaló principios fundamentales de la estructura del Estado mexicano, como la soberanía nacional, el bicameralismo, el presidencialismo moderado, el principio de laicidad y el juicio de amparo, entre otros.
La subsecretaria general de Acuerdos de la Sala Superior del TEPJF, Priscila Cruces Aguilar, quien moderó la presentación de la obra, coincidió en que la Constitución de 1857 dio pie a la reforma liberal y merece un análisis reflexivo de sus raíces y contenido, ya que sus efectos perduran en la vida institucional, la democracia y en los derechos y libertades de los mexicanos.




