Le quedó grande la yegua y al juzgado le faltó jinete
Hoy, la Diputación Permanente en el Congreso local dará vista a la ya por demás anunciada renuncia del juez más joven del país, Azul Bañuelos, quien desde el momento en que se conoció su licencia dejó claro que se trataba más de un exilio que de un “nos vemos pronto”. El asunto es que no toda la responsabilidad recae en Azul. Esto es una crónica de una muerte anunciada.
Desde que su “contacto” o “padrino político” decidió aventarlo al ruedo de las candidaturas del Poder Judicial local, y posteriormente incluirlo en los acordeones del PAN para obtener votos, hasta quienes le ayudaron a promover su amparo ante el Tribunal Electoral Federal, todos son cómplices e indirectamente responsables de este lamentable desenlace.
Recordemos que desde un inicio el Tribunal Electoral local lo había declarado inelegible por no cumplir con ciertos requisitos. Sin embargo, el Tribunal Electoral Federal le dio palo al local y ordenó a la autoridad electoral otorgarle su constancia de juez electo.
El tema no es menor, sobre todo para el propio Azul, quien ahora tendrá que esforzarse por borrar del imaginario colectivo su renuncia y la breve labor al frente de su juzgado. Eso tomará tiempo o, incluso, puede que ya lo hayan acomodado en algún otro poder local sin que nadie se entere, como ha ocurrido en múltiples casos donde se otorgan premios de consolación.
También hay que decirlo: quienes festejan esta renuncia deben considerar que no soluciona el desastre del Poder Judicial. Esto va a seguir. Hoy fue otro juez más que renuncia por falta de experiencia, pero quienes seguirán padeciendo los efectos de una reforma hecha con el estómago y no con la cabeza son -y serán- los ciudadanos, que continúan esperando una justicia pronta y expedita.
¿Se le adelantó la Navidad?
Termina el año y se asoma un 2026 que será la antesala de las elecciones locales rumbo a 2027. Ya comienzan a decantarse varios escenarios. Uno relevante es el de los acuerdos que “Quique Galo” ya estaría tejiendo con distintos grupos políticos, tanto de su partido como del propio ayuntamiento.
Dicen que, aunque Paloma Amézquita haya levantado la mano para buscar la presidencia municipal, Galo ya trae de su lado a parte del equipo de los “camarillo” que operan principalmente en el municipio. No solo eso: el actual secretario del Ayuntamiento también arrastra sectores de otros grupos internos del PAN, incluyendo gente cercana al senador con bigote, Antonio Martín del Campo.
Con estos movimientos, algunos ya dan por hecho que a Galo se le adelantó la Navidad y que es carta fuerte para la alcaldía. Mientras tanto, el resto de los aspirantes parece desinflarse. Mónica Becerra no ha repuntado en los sondeos recientes y se le ve distante de la estructura social, incluso en estas fechas de posadas.
Por su parte, Alma Hilda anda concentrada en lo legislativo y ya no se le ve tan movida como al inicio. Juan Pablo Diosdado en algunas encuestas ya ni siquiera aparece como perfil de los azules. Paulo Martínez mantiene su bandera de la defensa del agua y del sector ganadero, al que pertenece, pero fuera de una que otra barda por el centro con el lema “Paulo, el que alcanza gana”, no se observa que esté construyendo alianzas estratégicas.
Si todos estos perfiles están esperando hasta el próximo año para cerrar pinzas, ya van tarde. Galo ya les anda comiendo el mandado.
Otra oportunidad
Parece que los diputados locales tendrán otra “oportunidad” para decidir sobre la temporalidad de la despenalización del aborto. La mayoría de los actuales legisladores se reeligieron y fueron los mismos que, en su momento, votaron en lo oscurito para ampliar la despenalización de seis a doce semanas. Sin embargo, antes de concluir la legislatura anterior, volvieron a reducirla de doce a seis semanas.
Ese vaivén generó una acción de inconstitucionalidad que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolverá a inicios de 2026.
Todo indica que la SCJN dejará sin efectos la última reforma y ordenará a los legisladores restituir la despenalización a doce semanas. El tema estará calientito, pues en pleno año electoral varios diputados que aspiren a otro cargo se jugarán su futuro político. Para Morena, la decisión caería como anillo al dedo, al permitirles capitalizar votos.
Eso sí, independientemente del sentido del fallo, es indispensable que el proceso se haga con transparencia. Nada de volver a legislar en lo oscurito, sobre todo cuando arrastran serias debilidades en ese rubro -seguimos esperando la publicación de las audiencias de quienes participaron en la designación de la titularidad de la CEDHA-.
Habrá que ver si acatan plenamente lo que ordene la SCJN o si hacen una simulación para después volver a modificar la ley y quedar bien con los grupos ultraconservadores, como el Frente Nacional por la Familia.
Que se defina
Desde el grupo de voceros de Morena en la Cámara de Diputados, Arturo Ávila anda diciendo que las encuestas internas lo favorecen: que la gente lo quiere hasta como candidato a gobernador, y que también podría ser alcalde de la Cuauhtémoc, en la Ciudad de México. Falta que lo midan hasta para reina de la Feria.
Lo cierto es que tiene que definirse. Si somos honestos, su única posibilidad real de llegar a un cargo de elección por mayoría -y no por representación proporcional– es apostar por la alcaldía en la Ciudad de México. Total, en Aguascalientes los únicos que lo extrañarían serían los de su propio equipo.
Eso sí, mientras deje a alguien que pueda seguir controlando a la tribu guinda en lo local, podrá irse con cuidado. Apostarle allá implicaría, por ley, quedar descartado a corto plazo para otros cargos de elección popular en la entidad.
