- El uso temprano y sin supervisión del celular puede afectar el desarrollo emocional y conductual
- Especialistas recomiendan establecer límites claros y fomentar hábitos de vida saludables
- La salud mental infantil requiere acompañamiento familiar y atención profesional oportuna
El uso cada vez más anticipado del celular y de las redes sociales se ha convertido en uno de los principales retos para la salud mental de niñas, niños y adolescentes, por lo que especialistas subrayan la importancia de establecer límites claros, promover hábitos de vida saludables y fortalecer el acompañamiento familiar desde edades tempranas.
El psiquiatra Fernando Félix explicó que el acceso a dispositivos móviles sin supervisión puede generar alteraciones en la conducta, el sueño y la regulación emocional, especialmente en etapas clave del desarrollo. Señaló que uno de los errores más comunes es proporcionar un celular a edades tempranas y permitir su uso sin restricciones, lo que puede derivar en dificultades para establecer límites y rutinas saludables.
El especialista indicó que, de manera ideal, los dispositivos móviles no deberían entregarse antes de los 16 años; no obstante, reconoció que, cuando esto ya ocurre, es fundamental que los padres mantengan una supervisión constante. Aclaró que el celular no es propiedad del menor, sino una herramienta que debe ser regulada por los adultos responsables, quienes pueden establecer horarios, revisar contenidos y retirar el dispositivo cuando sea necesario.
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Fernando Félix destacó que el uso excesivo de pantallas impacta directamente en la calidad del sueño, ya que muchas personas pasan varias horas frente al celular antes de dormir, lo que reduce el descanso y afecta el funcionamiento cognitivo y emocional. Añadió que la exposición a la luz azul y la sobreestimulación digital dificultan la conciliación del sueño, especialmente en niños y adolescentes.
En este contexto, señaló que cada vez existen más estudios que respaldan los beneficios de realizar un “detox” de redes sociales, al observarse mejoras en la memoria, la atención, el estado de ánimo y la interacción social. Indicó que limitar el uso del celular, particularmente durante la noche, puede generar cambios positivos en la conducta y en la dinámica familiar.
El psiquiatra enfatizó que no todas las consultas en psiquiatría infantil implican el uso de medicamentos, ya que muchas intervenciones se centran en modificaciones al estilo de vida. Entre ellas mencionó el fomento de la actividad física, una alimentación adecuada, el descanso suficiente y una correcta gestión del estrés, así como la reducción del tiempo frente a pantallas.
Asimismo, subrayó que la salud mental de infantes no depende únicamente del niño, sino de un entorno que incluye a padres, familia extensa, escuela y amistades. Por ello, consideró indispensable que las familias confíen en su instinto y en el sentido común para identificar cuándo una conducta no resulta benéfica y realizar los ajustes necesarios.
Finalmente, Fernando Félix reiteró que establecer límites no es una medida punitiva, sino una forma de cuidado que contribuye al bienestar emocional de niñas, niños y adolescentes, al tiempo que fortalece la comunicación y la convivencia dentro del hogar.
