Este país ha sido gobernado durante el último siglo por sólo dos partidos políticos. PRI y PAN, se han disputado las necesidades y reclamos ciudadanos como un botín, evidenciando que su lucha y despedazamiento son con el único fin de aferrarse al poder.
Fraudes e impunidad, saqueos y autoritarismo son el común denominador de estos dos partidos políticos, porque han demostrado al ocupar el poder alternadamente, que están cortados por la misma tijera.
Por eso, no es de extrañarnos que esta semana el ex presidente Vicente Fox se alineara en las filas del proyecto del mexiquense Enrique Peña. Aquel ranchero pajón que en el año 2000 dio falsas esperanzas de un cambio y que se aferró a ser la bandera de una democracia real, es hoy un simpatizante más del candidato de los poderosos, al cual atacó durante su sexenio.
Aplicó una máxima que dijera él mismo durante una entrevista fuera de micrófono para una televisora estadounidense el 31 de octubre de 2006: “Ya hoy hablo libre, ya puedo decir cualquier tontería, ya no importa… Total, yo ya me voy”. Con ese mismo descaro y sinvergüencería llamó a votar por Peña, minimizando la campaña de la que fuera su secretaria de Desarrollo Social, Josefina Vázquez.
Las reacciones no se hicieron esperar, el linchamiento panista y los agradecimientos priiístas acapararon los encabezados de la prensa. Todos parecieron sorprendidos, cuando la traición institucional en lo interno de ambos partidos ha sido ya tradicional.
Una situación similar se dio cuando el ex gobernador de Morelos, Sergio Estrada Cajigal Ramírez, hoy ex militante del PAN, se sumó oficialmente a la campaña del candidato del PRI a la primera magistratura de la entidad, Amado Orihuela Trejo.
Otro personaje que abandonó sus ideales blanquiazules para ser “pegacalcas y banderero” de la campaña priísta fue Manuel Espino. Él ingresó al Partido Acción Nacional en 1978 y del 2002 a 2005 fue secretario general. A partir de ese año fue electo por la mayoría de sus militantes como presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN hasta 2007. Fue partícipe directo del “seudotriunfo” de Felipe Calderón y enemigo acérrimo, en su tiempo, del Partido Revolucionario Institucional. Vaya giros que da la vida cuando se persigue una jugosa zanahoria, estando sentado en el lomo de un muy seguro burro.
Y hasta eso, ofuscado no está, pues para cerrar con broche de oro su estadía en el partido blanquiazul se despidió diciéndoles textual: “la candidata presidencial panista Josefina Vázquez Mota está fuera de la contienda y sólo Andrés Manuel López Obrador puede dar competencia a Enrique Peña Nieto. Así que tonto, tonto… no es.
Pero entre panistas y priístas te veas, te puedes esperar fuego amigo en ambos bandos. También esta semana se dio a conocer un video de una plática entre el alcalde de Coatzacoalcos, Marcos Theurel Cotero y Mario Bustamante, quien es militante del PRI e integrante de la asociación civil “Ayuduarte”. En el video Bustamante afirma que el equipo de campaña de Joaquín Caballero Rosiñol, candidato a diputado de la coalición Compromiso por México, apoyará a Vázquez Mota. Es decir, que en Veracruz los candidatos priístas traicionarán a Peña Nieto para ayudar a la desquebrajada campaña de los panistas. Y es que refiere un acuerdo pactado entre Caballero y el alcalde de Agua Dulce, Alejandro Torruco Vera, de extracción panista. Caballero Rosiñol, del grupo del ex alcalde y actual funcionario estatal: Marcelo Montiel Montiel. Puros nombre conocidos de este “nuevo PRI”.
Estos pequeños ejemplos sólo son la cereza del pastel de las traiciones que han encabezado sus administraciones gubernamentales y su vida interna. Han sido cómplices de la destrucción del país y han acordado y pactado cuando a sus intereses les ha convenido, dejando siempre de lado las necesidades de la ciudadanía.
Cómplices de chantajes, simulación, saqueos e impunidad, el PRI y el PAN. Por eso resulta absurdo que se destrocen públicamente cuando juntos taparon; como un pequeño ejemplo, que cerca de 50 mil millones de dólares salieron cada año de manera ilegal de México en la última década, según la consultora Global Financial Integrity. Entre 1970 y 2010 salieron fondos ilegales por 872 mil millones de dólares, sin contabilizar las transacciones en efectivo y el tráfico de drogas y personas, que el estudio no midió. Global Financial Integrity, ubicó a México, de entre 160 países del mundo, en el segundo lugar de salida de fondos ilícitos. El PRIAN y la cúpula financiera han permitido el saqueo de las riquezas y ninguno ha dicho nada.
Sólo les interesa conservarse en el poder para seguir cuidándose las espaldas. El premio por la silla presidencial siempre es alto para sus ambiciones, pero ser comparsas de la depredación de México, también les ha resultado provechoso, pues así han sobrevivido esos dos partidos, intercambiándose el poder y utilizando la necesidad de la ciudadanía para asegurar su prevalencia.
Estos días una fábula se puso de moda, pues le cayó como anillo al dedo a lo que sucede en el país: “Ratones cansados de que los gatos negros los gobernaran, decidieron cambiar y votaron por gatos blancos que en campaña intentaban hablar como ratones pero sonaban como gatos. Al tiempo se notó que aun si eran blancos, dictaban leyes para gatos. Volvieron a los gatos negros. No funcionó y regresaron a blancos y así alternaron durante años. Probaron también gatos manchados y mitad negros, mitad blancos. Pero seguían aprobando leyes que favorecían a los gatos en perjuicio de los ratones”.
Un día, un ratón astuto explicó que el error era votar por gatos y preguntó: ¿por qué no por un ratón? En la fábula, a este lúcido ratón revolucionario lo tildaron de comunista y lo encarcelaron.
México ya no soporta un sexenio más del intercambio de poder entre PRI y PAN. La ciudadanía tiene en sus manos la oportunidad irrepetible de sacar del juego a los verdugos del país. Las soluciones se alcanzan con la movilización ciudadana y este es el mejor momento.




