- La institución de educación superior más antigua del continente quiere instalar un campus en la entidad
- La Iglesia católica desea coadyuvar en el crecimiento de Aguascalientes como el espacio idóneo para el desarrollo y el progreso
El gobernador Carlos Lozano de la Torre ofreció una comida ofrecida en honor a Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, donde sostuvo que Aguascalientes tiene un alto compromiso para consolidar a través de todas las instituciones de educación superior la educación moderna, pertinente, humanista y de calidad como una herramienta de competitividad, productividad y eficiencia, pero sobre todo de transformación social.
Afirmó, además, que independientemente de acontecimientos históricos y de las respetables creencias y diferencias religiosas, el nombre de la Universidad Pontificia de México representa a una de las instituciones fundadoras de la historia nacional: “en el siglo XXI, con la difusión de la cultura, la investigación, la enseñanza y el desarrollo institucional, esta casa de estudios fomenta la excelencia académica y promueve un mensaje de esperanza, fraternidad y colaboración para nuestro país, para Aguascalientes y para el mundo. Reconocemos al rector Mario Ángel Flores Ramos, a las autoridades, catedráticos y estudiantes de esta institución educativa, porque desde su responsabilidad civil y eclesiástica, contribuyen al fortalecimiento de una educación de calidad en nuestro país”.
Norberto Rivera Carrera agradeció a Lozano de la Torre la invitación, por buscar que la Universidad Pontificia instale un campus en la entidad: “Aguascalientes está viviendo una clara explosión de progreso que supone avances y retos, y la Iglesia no puede ser ajena a este proceso tan importante y de esta envergadura. La Iglesia no puede quedar fuera de este esfuerzo colectivo, y aquí se nos ofrece una gran oportunidad de contribuir al crecimiento de México”.
Sostuvo que la Universidad Pontificia de México tiene claro que Aguascalientes es un punto estratégico para iniciar la expansión del centro educativo más antiguo del continente (cuyo iniciador fue fray Juan de Zumárraga), no sólo por su situación geográfica privilegiada, sino también por el momento económico y social que lo están haciendo florecer.
Mario Ángel Flores Ramos, rector de la Universidad Pontificia, dijo que Aguascalientes propicia de una manera excepcional, a 31 años de la reapertura de esta institución, por lo que mientras se establece la posibilidad de consolidar el proyecto del campus, se buscará iniciar con la impartición de diplomados y especialidades.
Lozano de la Torre dijo que en este nuevo proyecto nacional, junto con el empleo y las inversiones, la educación es una de las herramientas más eficaces de prevención social y uno de los instrumentos fundamentales para consolidar un México más democrático, justo y de libertades: “desde hace 460 años, la Universidad Pontificia de México ha contribuido a la formación de profesionistas con disciplina, ética y un alto rigor académico en las ciencias sociales y las humanidades, pero sobre todo, que están comprometidos con el servicio a sus semejantes. Confiamos en que sea posible, con la ayuda de muchas voluntades, alcanzar este alto objetivo para que México y Aguascalientes puedan ver realizados sus objetivos de progreso, bienestar y desarrollo, que favorezcan una mejor calidad de vida para todos.
Además, reconoció también a todas las instituciones religiosas y a la Iglesia Católica por la labor que realizan para promover los valores de unidad familiar, solidaridad, espiritualidad, honestidad y servicio que distinguen a los mexicanos y a los aguascalentenses para construir una mejor sociedad.
“La unidad de nuestras familias es el cimiento de un México y de un Aguascalientes prósperos y sin desigualdades, porque es ahí donde aprendemos el valor de la vida humana, el respeto a la dignidad de los demás y una cultura del esfuerzo, dedicación y trabajo”.
Con información del Gobierno del Estado




