La sartén por el mango. En julio del año pasado, a nombre del Grupo Parlamentario de Acción Nacional, Alfredo Reyes Velázquez, demandó la sustitución del titular del Órgano Superior de Fiscalización, Arturo Solano. ¿Pasó algo? Nada. Desde principios de este año, la actitud de Solano López ha sido más que retadora, deja plantados a los diputados, le da vuelta a sus declaraciones, en resumen, los hace como quiere.
¿No tiene la culpa el indio, sino quien lo hace compadre? Algo hay de eso, de sobra son conocidas las subterráneas redes que tejen los legisladores hacia las administraciones estatales y municipales, a quienes junto con su curul y lugar de estacionamiento, se les provee de cierta cantidad de puestos para que puedan repartirlos. Negocio redondo, nadie los puede acusar de nepotismo. Que no se trata de asignar plazas, dirán, que les aceptan recomendaciones… Ajá. Si acaso cualquier diputado se animara a transparentar las reglas no escritas del juego, se vería que no es así, habría entonces que seguir el rastro de la consanguineidad para levantar el telón.
Salió respondona la muchacha. El problema es cuando tocan a alguno de los suyos, porque el funcionario que impulsaron deja de cumplir un acuerdo y sale de la nómina alguno de los recomendados de los diputados, ¿cómo reclamar?, pues nada. A lo anterior, súmele que una vez que se sube al tabique del poder un funcionario, digamos Arturo Solano, se le facilita sacudir el petate del muerto, con el pretexto de que es el encargado de fiscalizar las cuentas, basta insinuar que sabe algo para para mantener a línea a sus “detractores”. Ahí están dos razones por las que se vuelve intocable.
No es una cuestión personal. A través de la rendición de cuentas los ciudadanos pueden premiar o castigar a sus gobernantes mediante el seguimiento de las sanciones que imponen instituciones como el Órgano Superior de Fiscalización, son esos organismos los que supervisan, controlan y sancionan que los gobiernos no cometan ilícito alguno: así que en el caso de Solano López no vale la pena señalar los fuertes rumores sobre su comportamiento personal fuera de la oficina, ni qué restaurantes del norte de la ciudad le gusta frecuentar, lo que se hace indispensable señalar es el manejo que está haciendo del OSF. Hace unos días el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) difundió el estudio Auditorías Superiores Locales en México: Evaluación de su normatividad, prácticas y transparencia (http://goo.gl/9iXWL), ahí queda claro qué lugar ocupa Aguascalientes en materia de rendición de cuentas, en el lugar número 13 en la “calidad del ordenamiento jurídico”, con una calificación de 80.5 puntos sobre 100, arriba del promedio nacional, sin embargo, el organismo que encabeza Arturo Solano se ubica entre las manos transparentes del país en lo que se refiere a la publicación de los procesos de fiscalización, mientras que el promedio nacional está arriba de los 52 puntos, Aguascalientes califica con apenas 32.5 puntos. El OSF no hace público su programa anual de auditoría a través de Internet, lo que indica (y no es que seamos mal pensados) que la fiscalización se realiza de manera discrecional, siempre ligada a algún fin político.
¿Y la Cheyenne, apá? Y si no aparece su programa de trabajo, mucho menos el sueldo de Solano López, ahí nomás. El poder fiscalizador que tiene el titular del OSF redunda en que no se investigue sobre los rumores de que asistió a la pelea de Manny Pacquiao vs Juan Manuel Márquez, gracias a la cortés invitación de unos desinteresados proveedores a los que se les compraron ambulancias. Tampoco se cuestiona que durante la administración de Luis Armando Reynoso Femat, los medicamentos se compraban al doble o triple de su valor, ¿quién era el encargado? En ese entonces, las farmacias de la Secretaría de Salud tenían un nexo con Lomedic, empresa de Carlos Lomelí Bolaños, sobre la que penden varias denuncias por incumplimiento en la distribución de fármacos, peor aún, de acuerdo al reporte periodístico de Gloria Reza en la revista Proceso, “la firma de Lomelí Bolaños está en la lista de las 10 empresas a las que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos les atribuye vínculos con el narcotráfico”.
Sé lo que hiciste la administración pasada. En la actualidad, la empresa que años atrás ocupaba un inmueble frente al Mercado Morelos, de razón social Farmacias El Fénix, es quien pretende vender los medicamentos al ISSEA, ¿y eso qué?, pues que quien menos tiene vela en este asunto es Francisco Esparza Parada, a quien el gobernador no le ha aceptado la renuncia pues en lo que toca a lo administrativo, Solano López sigue mandando sobre el Instituto de Salud, y si no nos creen, basta darle seguimiento a la llegada de una funcionaria cercanísima a Solano López, que pasó del OSF a la Coordinación administrativa del ISSEA: Fabiola Varela Escobedo.
Y así podemos seguir, buscando “colas”, todo consiste en revisar quién controla las licitaciones, como el negocio de las lavanderías y, de nuevo, el ISSEA, el contrato actualmente lo tiene Lavarsi, “especialistas en arrendamientos y lavado de textiles especializados”, de J. Jesús Romo Barba, la queja de una empresa jalisciense es que el servicio será dado a otro proveedor local, Lavado Orgánicos, propiedad de José Barba (primo del anterior), con un procedimiento poco claro… ¿Hacia dónde apunta?, de nuevo, Arturo Solano, quien tiene de lleno las manos metidas en el ISSEA.
¿La iglesia en manos de Lutero? Volviendo a la fiscalización, ¿cómo alguien que está de lleno imbuido en asuntos tan poco claros -súmele que hay personal que trabaja sin nombramiento, con el evidente vacío legal- puede estar a cargo de revisar que los manejos institucionales sean transparentes y legales?, ¿cómo?, regresamos al principio: no tiene la culpa el indio… sino quien permite que el OSF carezca de autonomía (de acuerdo al estudio del Imco, sólo en Veracruz y en Aguascalientes ocurre así), es decir, eso sí está en la página de Internet del Órgano Superior de Fiscalización, quienes lo integran: Juan Manuel Gómez Morales, presidente; Roberto Martínez Muñoz, vicepresidente; Jesús Alfredo Nieto Estebanez, primer secretario; Mario Antonio Guevara Palomino, segundo secretario; y Edith Citlalli Rodríguez González, pro-secretaria.
Reiteramos, no es personal, es un asunto institucional, porque lo que no se cuestiona es la labor que tiene que realizar el OSF, de otra manera no nos enteraríamos de, por ejemplo, las fallas de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), que desconoce los principios de inmediatez, concentración y rapidez, pues en la última evaluación (2011) que se aplicó, se “descubrió” que la CEDH había recibido a más de 3 mil personas y sólo levantado 393 quejas formales y eso que, actualmente, el titular de ese organismo, Omar Williams López Ovalle, puesto por el PAN y conservado por el PRI a pesar de su affaire reciente en que quiso postularse como candidato, gana nada menos que 1 millón 171 mil 664 pesos anuales; es decir, poco más de 97 mil 600 pesos mensuales… Aunque eso va a cambiar, con la nueva Ley Estatal de Derechos Humanos el próximo ombudsman, ya no López Ovalle, quien no será ratificado para un tercer periodo, ganará sólo 30 salarios mínimos, o sea, menos de mil 800 pesos mensuales. ¿Será?
La del estribo. Armando García Martínez está molestísimo con su partido, el Revolucionario Institucional, porque nomás lo mandaron a una quinta posición de una regiduría plurinominal, o sea, que… lejos, para decir lo menos. Por eso el sábado que se registraron los 264 candidatos en el Instituto Estatal Electoral, las huestes de Georgina Barkigia Leal no fueron deleitadas con porras para Francisco Chávez Rangel con fondo musical de matracas, García Martínez las mandó a callar, como protesta por el trato que le dieron. Dicen que el líder nacional del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, Víctor Flores, no está muy contento con la suerte de su gente en Aguascalientes… A ver qué pasa.
@PurisimaGrilla




