En el amor y la guerra todo se vale, dicen, y como toda campaña electoral mal planeada le llega el momento de la histeria, a menos de 15 días de las elecciones, en los war room del Revolucionario Institucional y Acción Nacional ya se asentó la histeria; si bien los candidatos se empeñan en llamar contrincantes políticos a sus contrarios, desde los equipos de campaña ya soltaron los perros de la guerra (sucia) y los lanzaron contra los enemigos mortales del partido contrario, el fin de semana fue una muestra de lo cansados que están y, lamentablemente, de la incapacidad de generar y comunicar ideas.
No podemos culpar a los candidatos, tanto el aspirante de la Alianza para Seguir Progresando, Francisco Chávez Rangel, como el de la coalición Unidos por ti, Antonio Martín del Campo, cuando visitaron las instalaciones de La Jornada Aguascalientes indicaron que no veían necesidad alguna de acudir a los expedientes negros que sus partidos les habían preparado para asestarle con todo a sus respectivos contrincantes. En la comunicación diaria que esos dos candidatos han mantenido con los amigos de la prensa, las descripciones de los recorridos que el del PRI y el del PAN hacen, se enfocan en la intentona por convencer al electorado de que tienen las mejores propuestas, y a pesar de que ha habido uno que otro encuentro entre los candidatos, si bien han sido momentos incómodos, no han pasado de un ligero fastidio, no se ha transformado en un ataque personal, como sí se han ensuciado las manos las estructuras de los partidos políticos, que cada tanto convocan a rueda de prensa, para presentar una nueva “denuncia” o filtrar un chisme.
Fieles a la desesperación pues, el fin de semana tanto PRI como PAN se lanzaron a fondo al fango. Por un lado, los avenida Independencia dijeron que Francisco Chávez Rangel, cuando tenía a su cargo el Instituto de Educación de Aguascalientes, recibía un sueldo de 200 mil 310 pesos mensuales, mismo que contrastaba con los 204 mil 310 del presidente de la República y los 150 mil 715 del gobernador. De inmediato salieron a contestar los de avenida López Mateos, quienes señalaron que su candidato a alcalde capitalino ni siquiera percibía los 100 mil al mes.
No faltó el acomedido que desde su cuenta de correo mandara un mensaje a todos sus contactos para hacer leña del árbol caído y traer a la memoria un video del programa nocturno que conduce Brozo en el que se indica que Luis Armando Reynoso Femat sí ganaba más que el presidente de la República. ¿Viene al caso?, la verdad es que no, aunque nunca está de más la memoria, lo que resulta lamentable es que hoy se emplee como referencia al personaje de Víctor Trujillo, cuando a ese mismo, en las ocasiones en que se ha metido con los del PRI, se le descalifica porque es un payaso, ¿en qué quedamos?
Del lado de los priístas, armaron un tinglado digno de tres pistas para “denunciar” que la gasolinera en el 1501 de Héroe Inmortal, tiene un valor en promedio de 3 millones de dólares –casi 40 millones de pesos- y es propiedad de Antonio Martín del Campo y de José de Jesús Altamira Acosta, ex secretario particular y director de Control Reglamentario, de Martín Orozco Sandoval, como si ningún tricolor fuera dueño de gasolinera alguna y dándose golpes de pecho se preguntaron: ¿de dónde sacó el candidato del Partido Acción Nacional, Martín de Campo, casi 20 millones de pesos para adquirir ese negocio? Lo lamentable es lo ramplón del argumento, por un lado se esgrime que se tiene la documentación, pero a la hora de establecer la propiedad, se indica “si bien él (Antonio Martín del Campo) no aparece en el acta consecutiva pues el señor se encuentra casado por bienes mancomunados”, uf, qué balín.
Triste también por el papel que asumen los amigos de la prensa, el jurídico del PRI, Francisco Guel Saldívar, puede decir con las manos en la cintura: “Casualmente, lo que sí sabemos y tenemos entendido, es ¿de dónde -no podemos explicar- sacó 30 millones de pesos, si vemos todo lo que tiene en su cuenta, lo mas que tiene en efectivo son, 611 mil pesos? Tiene cuatro propiedades, de la cual ya estamos checando, lo del autolavado, porque todo indica que fue (en un) área de donación”… A ver, momento, ¿el PRI sabe cuánto tiene en su cuenta el candidato del PAN? Si para nosotros, cuando olvidamos nuestro código postal, es imposible conseguir un estado de cuenta… ¿cómo le harán?
Un recordatorio, dice el Artículo 117 de la Ley de Instituciones de Crédito: “La información y documentación relativa a las operaciones y servicios a que se refiere el Artículo 46 de la presente ley, tendrá carácter confidencial, por lo que las instituciones de crédito, en protección del derecho a la privacidad de sus clientes y usuarios que en este Artículo se establece, en ningún caso podrán dar noticias o información de los depósitos, operaciones o servicios, incluyendo los previstos en la fracción XV del citado Artículo 46, sino al depositante, deudor, titular, beneficiario, fideicomitente, fideicomisario, comitente o mandante, a sus representantes legales o a quienes tengan otorgado poder para disponer de la cuenta o para intervenir en la operación o servicio”. Ése es el fundamento del secreto bancario… ¿ningún amigo de la prensa lo sabe?, ¿de veras es tan fiera la clase política que mejor no molestarle preguntándole cómo es que difunden información que sólo pudo ser obtenida de manera ilegal?
No lo decimos de gratis, sino por experiencia, apenas en el pasado proceso electoral en que se eligió Presidente de la República, los de Morena quisieron aplicarle una similar a Luis Videgaray, la entonces coalición PRD-PT-Movimiento Ciudadano se fue con todo contra el actual secretario de Hacienda… y así les fue. Al revelar información de una cuenta bancaria, lo que se puso en tela de juicio fue la eficiencia de las instituciones de crédito para resguardar la información de sus clientes, respetar el secreto bancario. Luis Miguel Pérez Juárez, profesor de la Escuela de Graduados en Administración Pública y Política Pública, del Tecnológico de Monterrey, entrevistado en ese entonces por CNN dijo: “La ciudadanía no sólo ve en esto la deslealtad de los partidos políticos, sino la poca confiabilidad de los bancos, que exigen a los mexicanos de a pie una serie de requisitos para darles la menor información, aunque sea un saldo bancario”. Ahí nomás.
La del estribo. Tras la anodina visita de Luis Castro, dirigente nacional de Nueva Alianza, nos quedamos con ganas de informarle de algo, lo que fuera, pero el panalista sólo vino a defender la abulia de sus candidatos y a mantener pico de oro en referencia a su líder moral Elba Esther Gordillo, dijo Castro Obregón que no opinara nada al respecto en cuestión a la maestra hasta culminado el proceso judicial, y que este tema no tiene relevancia en cuestión a la campaña política; ajá. Así que le compartimos algo que escuchamos, varias veces, entre las huestes del Panal, no como rumor, sino como instrucción: “vamos solos y vamos al contrario”. Está de pensarse, solos ya sabemos que van, pero en contra de ¿quién? Mañana le seguimos.
@PurisimaGrilla
