- Entrevista Susana Iglesias, autora de Señorita Vodka
- Un homenaje a la memoria de la noche en la Ciudad de México y Los Angeles
La noche como escenario, la noche como definición, la noche como perdición, la soledad como destino. De todo esto nos habla la novela Señorita Vodka (Tusquets), primer novela publicada por la joven escritora mexicana Susana Iglesias, donde narra la vida y aventuras de una joven amante del vodka, las noches, la ruleta rusa, los juegos riesgosos, y que mantiene una relación intensa y apasionada con varios hombres, como: W, Mike o Judas.
Situada entre la Ciudad de México y Los Angeles, entre el Eje Central y Hollywood Boulevard, la novela está construida en capítulos independientes e intercambiables que funcionan como un puzzle que el lector debe ir construyendo, para así rearmar la historia de Señorita Vodka, una apuesta arriesgada que construye una historia intensa.
“Fue un proceso de más o menos cinco años de trabajo que nació en Garibaldi, pues Garibaldi siempre ha sido mi semillero de historias, de amores y desamores, de parrandas y borracheras, entonces nace ahí cuando vi a una mujer caminando con los zapatos de tacón en la mano, ya había visto a muchas antes, naturalmente, pero nadie como ella, la seguí, crucé unas palabras con ella, y a partir de ahí nace Señorita Vodka, de ese pequeño viso de realidad yo trabajé en una ficción”, comentó Susana Iglesias.
Javier Moro Hernández (JMH): Me llama la atención la estructura de la novela, la puedes leer como quieras realmente porque la historia no es lineal, los capítulos no te van contando la historia paso a paso, hay saltos en el tiempo pero al final la historia se cierra, se completa.
Susana Iglesias (SI): Es muy difícil lograr esto técnicamente, estos capítulos autónomos costaron trabajo en el sentido de que había que abrir y cerrar capítulos sin dejar ningún cabo suelto, eso es muy difícil, en una historia lineal no te equivocas tanto, en una historia lineal todo va sucediendo de una manera continuada, historia A se enamoran, historia B se odian, historia C se entierran y aquí no, todo sucede de forma en que vas saltando en el tiempo. Creo que usar el monólogo es muy arriesgado, porque si aburres al lector te dejan y te escupen, o los atrapas; ese es un riesgo siempre.
JMH: ¿Cómo fue el proceso de escritura?
SI: Primero escribí un gran esqueleto y a partir de ese gran esqueleto fui modificando las historias, qué historia iba aquí, qué historia puede cerrar… fue complicado hacer estos capítulos autónomos, y aparte la deshice muchísimas veces, la destruí muchas veces, no sucedió así como la ves en papel, sino tuve que destruir varias partes, quitar otras, borrarlas, integrar otras, aunque es una novela muy corta y muy sencilla fue un proceso bastante complicado.
JMH: Mientras la leí pensaba que tu protagonista, la señorita Vodka es un personaje que les molestaría a muchas personas, a muchos hombres sobre todo, a los misóginos por ejemplo, pero también a ciertos hombres que podríamos definir como “políticamente correctos”, es una protagonista que es libre, autónoma y fuerte.
SI: Yo te doy la razón, creo que va a incomodar a muchos puristas, y qué bueno la verdad, porque viven en una esquina muy cómoda creyendo que las mujeres deben aceptarlo todo, pero ojo, no estoy hablando como Lupita D’Alessio, ojo, no va por ahí, es un manual contra el misógino, hay un capítulo en donde te dice cómo desarmar a un misógino, cómo tienes que agarrarlo para quitártelo de encima, pero también hay capítulos en donde se muestra qué tan manipuladoras podemos ser las mujeres, porque no nada más es de un lado, creo que los dos géneros tenemos defectos muy marcados, desde que una mujer llama a otra mujer con un insulto ya tenemos un problema, ya tenemos una tara cultural y no está bien eso, no hay solidaridad, no hay amor, y Señorita Vodka habla mucho de eso, de la solidaridad en las calles, del Eje Central como la vena principal del personaje, Hollywood Boulevard como el espejo del Eje Central, son dos estantes de historia muy parecidos, aunque uno está en California sí se parecen en cuestión de contrastes, en cuestión de brillantez, en cuestión de sordidez son muy parecidos.
JMH: Estaba pensando que señorita Vodka es teibolera, bailarina, pero también otro lado que le otorga una diferente dimensión, y ese es el hecho que escribe, tiene su computadora en donde guarda historias, tiene su cuaderno.
SI: No estoy segura de que sea teibolera y me gustaría hablarlo y aclararlo, sabes, estoy segura de que eso de ser teibolera es el pretexto para contar otra historia, otro subtexto, otra subhistoria, aquí ella llega al teibol por equivocación, por un error, y después le gusta y lo hace por convicción ¿Por qué escritora?, para jugar con las palabras y para hacerla creíble, porque sí yo la hubiera hecho cien por ciento teibolera no sería creíble, hubiera pecado de ingenua para esta novela, y hay que recordar que señorita Vodka es un personaje ingenuo, y su ingenuidad le cuesta muy caro.
JMH: Es un personaje complejo, su relación con los hombres, con W, es compleja, aunque los dos son distintos porque él está dañado sentimentalmente hablando, está dolido y no quiere relacionarse con ella a pesar de que la adora.
SI: W tal vez sea el único amor de señorita Vodka, su amor más grande, porque también está Mike en Los Angeles, al que también adora. W es un personaje complejo porque además ya no quiere escribir, a pesar de tener un gran talento, ella nos dice que W es muy talentoso pero ya no quiere escribir, y eso es muy interesante.
JMH: Por ejemplo Judas y García son como la contraparte de W y Mike
SI: Un poco sí y Judas también es sensible, nada más que está muy lastimado por lo que es muy soberbio, y precisamente por su carita de guapo cree que todo se merece y que puede jugar con todas la mujeres, pero al final termina jugando solo y aburrido.
JMH: Ahora que mencionas el juego, eso me lleva a pensar en la ruleta rusa, juego que ella practica en los bares para ganarse una lana, pienso en la noche, en el teibol, señorita Vodka es una mujer que le gusta vivir en el límite, en el riesgo.
SI; Y con los tacones y en la cuerda floja, además de bailar con zapatos de quince centímetros en el tubo, algo que es muy riesgoso porque se necesita mucha fuerza para hacerlo, en los brazos, en el abdomen, en las piernas. Ella hace eso todo el tiempo, le encanta el riesgo, creo que le gustan las batallas perdidas, es una romántica empedernida y tiene que ver mucho eso, ella es muy romántica, lo mismo que W, tal vez por eso se entienden, mientras que García es un personaje más realista, más irónico por lo mismo.
JMH: El Eje Central, ya lo mencionaste, es uno de los personajes de esta novela, pero ¿cómo llegar a retratar un lugar que es uno de los vértices de esta ciudad, pero sin caer en la caricatura, en el romanticismo o en el elogio excesivo?
SI: Pues mira, creo que lo hice hablando con mucho respeto de él, porque Garibaldi, sus vagos y sus mariachis, al igual que estas mujeres que trabajan en la noche, tienen todo mi respeto y mi devoción, y creo que tiene que ver con eso, con el respeto, no lo trate con morbo, no lo hice para balconear a nadie, ni dije nombres ni direcciones exactas porque para mí no es necesario, porque yo no soy periodista, no estoy tratando de informar o formar opinión, yo estoy haciendo una novela, haciendo ficción y agradeciéndole las cosas hermosas que me ha dado, y también las odiosas. Creo que lo que hice fue un homenaje a la memoria de la noche en la Ciudad de México y Los Angeles.
