- Fracasó intento de reventar la sesión
- El “as bajo la manga” no era el Código, sino el Mando Único
El cerco policiaco resultó infructuoso ya que desde Palacio de Gobierno se ordenó que dejaran pasar al interior del recinto a quienes protestaban, y ya dentro arremetieron con fuerte gritería, pero les fue imposible boicotear la sesión parlamentaria.
Al grupo de medio centenar de panistas se incorporaron perredistas, unos cuantos maestros, y hasta del pulpo camionero que demandaba que Atusa quedara fuera de los descuentos a estudiantes, lo que al parecer ya estaba previsto puesto que Gilberto Carlos Ornelas no lograría la aprobación del pleno a esa propuesta, a pesar de que lo intentó.
Para muchos, la parte realmente álgida y controvertida de la sesión del periodo extraordinario de sesiones de ayer no fue el debate sobre el Código Urbano, sino lo que el propio Ornelas y los panistas Alfredo Reyes Velázquez, Arturo González Estrada y Alfredo Nieto Estebanez que consideraron “un verdadero albazo” la aparentemente cándida propuesta del no menos discreto legislador priísta Nezahualcóytol Álvarez Cardona, cuando propuso adicionar una Fracción segunda al Artículo 34 del Mando Único.
Lo anterior porque se trataba de que quedara en la ley la facultad del secretario de Seguridad Pública estatal para nombrar a directores y subdirectores de la policía en todos los Municipios del estado, incluso Aguascalientes, donde por mucho tiempo, además de hallarse fuera del Mando Único, no hubo jefe policiaco.
Desde temprana hora la Policía Municipal bloqueó el acceso al Congreso, no permitió el paso ni a los propios diputados, por lo que pronto sería relevada por la Policía Estatal. Fueron muchos los legisladores los que tuvieron dificultades para ingresar al recinto parlamentario, y no se diga los periodistas, que también fueron hostilizados por las fuerzas policiacas.
Pero ese operativo resultó totalmente infructuoso porque lo que presumía era un bien coordinado operativo para reventar la sesión, resultó en un día de campo para la mayoría de los legisladores. René Carrillo, al parecer de seguridad del Congreso, y Arturo Cervantes Patiño, que omitió mencionar de qué oficina era, daban las órdenes a los policías sobre a quién dejaban pasar y a quién no.
Trabajo ingrato, pero estéril y vergonzante, porque a 30 minutos de iniciada la sesión, Carrillo recibió vía celular la orden de dejar pasar a los que protestaban. En el interior algunos alcanzaron lugar y la mayoría se ubicó en los pasillos. Las pancartas, afuera y dentro del inmueble, rezaban su rechazo al Código Urbano y sus lugares comunes.
Cuando a las 14:05 horas, el presidente de la mesa directiva Kendor Macías Martínez, decretaba la aprobación del Código Urbano, 17 contra cuatro y cinco abstenciones, se generalizó el desencanto y los panistas empezaron a salir del Congreso.
Fue entonces cuando llegó lo mejor del debate parlamentario de ayer, válidamente, Arturo González, Alfredo Reyes y Gilberto Carlos se opusieron a aceptar la adición a un segundo Párrafo del Artículo 34 “porque no aparecía en ninguna parte del dictamen”; claro que tenían razón.
Pero Miguel Ángel Juárez Frías, presidente de la Comisión de Justicia y ex secretario técnico en la LX Legislatura, no menos válidamente, logró hilvanar una sencilla retórica para explicar que si bien no aparecía el Artículo 34 en el dictamen, sí se encontraba implícito de manera integral en la iniciativa original, por lo tanto sí procedía, y el pleno aprobó por mayoría la propuesta del Álvarez Cardona.
Minutos antes de las 16:00 horas se declararon agotados los asuntos en cartera y fue clausurado el periodo ordinario de sesiones, por lo que el próximo miércoles reanuda sus trabajos la Diputación Permanente, presidida por José de Jesús Ríos Alba.
