Mientras el gobernador de Aguascalientes se paseaba en Japón con su séquito de funcionarios públicos para conocer las empresas proveedoras de Nissan que se instalarán en la entidad y luego presumir que fue por ellas, el Congreso del Estado obedeció su consigna al aprobar sus cuentas públicas correspondientes al ejercicio fiscal de 2012 que resultaron plagadas de irregularidades, igual o peor que las de su predecesor. Una vez más, como sucede cada tres años al concluir una legislatura, el poder legislativo aprueba las cuentas públicas del gobierno en turno sin considerar las implicaciones jurídicas que conlleva su revisión con base en las observaciones formuladas por el órgano superior de fiscalización. Es del dominio público el apoyo incondicional y los recursos públicos que el ex gobernador del PAN Luis Armando Reynoso Femat canalizó a la campaña del actual mandatario del PRI José Carlos Lozano de la Torre, gracias a los cuales logró comprarle la gubernatura. Cómo olvidar aquél noviembre de 2010 en que la bancada del PRI coordinada por el hoy delegado del ISSSTE Juan Fernando Palomino Topete, días antes de culminar la legislatura, aprobó a ciegas las cuentas públicas de Luis Armando Reynoso Femat correspondientes al año 2009 y primer semestre de 2010 pese al cúmulo de anomalías en el manejo de cerca de mil 500 millones de pesos de los cuáles el Órgano Superior de Fiscalización ordenó reintegrar a las arcas públicas solamente 111 millones 708 mil 70 pesos, más intereses acumulados. El coordinador de la bancada del PAN, Jesús Martínez, señalaba entonces que la aprobación de las cuentas públicas por parte de los legisladores del PRI, era una muestra del pago de favores a Reynoso Femat por operar la maquinaria estatal y lograr el carro completo con la victoria tricolor. Instalada la nueva legislatura de aplastante mayoría priísta, lo pactado entre Luis Armando Reynoso Femat y José Carlos Lozano de la Torre quedó en un “tapaos los unos a los otros” que se prolongó hasta la antesala del pasado proceso electoral intermedio caracterizado por un abstencionismo del 51% donde el PRI sólo obtuvo el triunfo en 3 municipios. Ello explica las razones que tuvo el actual gobierno priísta al hacer efectivas, ahora sí, las irregularidades que años atrás observara el órgano superior de fiscalización del Congreso del Estado. Se giraron órdenes de aprehensión contra el ex gobernador del PAN y sus principales funcionarios y se vinculó al candidato del PAN-PRD a la presidencia municipal de Aguascalientes con el narcotráfico con el negro propósito de inclinar los resultados electorales a favor del PRI. Nadie de ellos ha pisado la cárcel. Y como la zorra no se ve la cola, el PRI-Gobierno ocultó, sólo por poner un ejemplo, un gasto de 7 millones de pesos correspondiente al segundo semestre de 2010 realizado por el Instituto Cultural de Aguascalientes por la supuesta adquisición de “obras de arte” que no aparecen por ningún lado. Aguascalientes es el único estado del país en donde la Secretaría de Finanzas oficialmente no cuenta con un titular nombrado conforme a la ley. La responsabilidad y operatividad de la misma está en manos de un encargado de despacho que es sobrino del actual gobernador. Nunca en la historia de Aguascalientes, las cuentas públicas se han transformado en cuentas privadas como ha sucedido en las dos últimas administraciones estatales. Si Luis Armando Reynoso Femat tiene una larga cola que le pisen, la de José Carlos Lozano de la Torre es tan grande que no existe un lugar en el estado para ocultarla. Sólo él pudo minimizar lo que tanto cacareó en sus últimos informes al presumir la entrega de computadoras a estudiantes de educación básica. Ahora resulta que 450 MILLONES DE PESOS se esfumaron de las arcas públicas pero queda el consuelo de que existe una denuncia penal para recuperarlos. ¿Quién en su sano juicio firma un contrato sin licitación pública por esa cantidad con la Universidad de Campeche cuya misión es la docencia, investigación y difusión de la cultura y no la venta de computadoras portátiles? Bajo esa lógica José Carlos Lozano de la Torre, el que lo puede todo, es capaz de educar a las nuevas generaciones de ingenieros en sistemas digitales y robótica industrial que reclama Nissan en la Plaza de la Tecnología del centro de la ciudad. Aguascalientes seguirá reprobado en probidad y transparencia, mientras el pueblo mantenga en el poder a gobernantes cínicos y corruptos. La corrupción gubernamental alcanzó niveles extraordinarios que difícilmente pueden describirse. Está presente en todos los niveles, es cotidiana y sistémica. Los desvíos de recursos públicos saltan a la vista ante la complacencia y complicidad de un poder legislativo encadenado a la misma corrupción que dice combatir. Las auditorias independientes practicadas a los gobiernos de Luis Armando Reynoso y José Carlos Lozano de la Torre por la firma Ernst&Young revelan las mismas observaciones derivadas de la revisión a sus estados financieros y a la aplicación de fondos. Todas coinciden que las erogaciones o pagos no contemplan la razonabilidad de los precios pactados y que los fondos utilizados en gastos de inversión y/o capital no incluyen la revisión técnica de las obras realizadas ni los elementos de su construcción. En el gasto por ayudas, subsidios y transferencias, participaciones y gastos de inversión, las revisiones contables se reducen a que los recursos lleguen a las entidades de la administración pública paraestatal, organismo autónomos y a los municipios pero no auditan el ejercicio del gasto. Existen partidas en los rubros de servicios generales e inversión pública que se contemplan como gastos y no como activos fijos. Ya basta de observaciones y recomendaciones que invitan más a la simulación que a una verdadera rendición de cuentas. Regresó el PRI y Aguascalientes ha quedado a merced del saqueo y la rapiña. MORENA está obligada a cambiar esta situación y para ello convoco a la ciudadanía este 16 de noviembre en la plaza de la patria a partir de las nueve de la mañana.




