- El país está atravesando en una de esas etapas muy críticas, estamos, la verdad, en medio de una catástrofe ética o moral, expresó Ignacio Ovalle presidente nacional de la Fundación México con Valores de Movimiento Ciudadano
- Indispensable que se vuelva a impartir en el programa educativo la materia de Cívica y Ética enfocada en la enseñanza práctica
El país sufre una de las etapas con mayor crisis en valores, que si bien no se generaliza a todos los estados, sí detecta una pérdida importante de la educación ética, expresó Ignacio Ovalle presidente nacional de la Fundación México con Valores de Movimiento Ciudadano.
“Tenemos que reconocer que el país está atravesando en una de esas etapas muy críticas, estamos, la verdad, en medio de una catástrofe ética o moral” puntualizó que el extravío se ve reflejado no sólo en la violencia sino en el desinterés por el otro.
Sería mediocre comparar a México con los países latinoamericanos por la cercanía y similitud, por lo que es necesario expandir las fronteras para tener una verdadera visión del lugar que ocupa el país respecto a los puntos en el planeta que están creciendo aceleradamente en empleo, oportunidades y atención esmerada en conducta colectiva ética “el mundo es mucho más amplio, como se dice ancho y ajeno, de tal manera que tenemos que asomarnos globalmente a lo que está ocurriendo”.
Lamentó que se haya, a lo largo de la historia, derramado sangre para al final de cuentas reconocer que todos los seres humanos independientemente de la raza, sexo, preferencias sexuales, filiaciones políticas tienen los mismos derechos “ha costado mucho trabajo reconocerlo en el mundo pero yo pienso que el trato humano es la única universalidad que debemos defender”.
Aseguró que la crisis de valores no puede atribuirse a los resultados deficientes de algunas políticas públicas, a los actores políticos o a la sociedad, “gente de buena fe las hay en todos los partidos, pero también personas de mala fe” explicó que la situación no se puede simplificar a un factor sino que ha sido una evolución en donde todos los factores han intervenido.
Ignacio Ovalle, quien ha dedicado más de 18 años en la promoción de valores a través de talleres y conferencias, aseguró que no es una tarea utópica lograr una transformación social, que si bien no se puede lograr a través de una plática, un sermón o de un consejo sí se puede desde una educación integral y un cambio de una conciencia, “no es imposible, al contrario uno tiene que saber que la conciencia humana es capaz de identificar y reconocer cuando las cosas andan marchando mal (…) por supuesto que se logra un cambio porque los ha habido en otras sociedades del mundo y verdaderamente radicales”.
Finalmente afirmó que es indispensable que se vuelva a impartir en el programa educativo la materia de Cívica y Ética enfocada en la enseñanza práctica, ya que además de inculcar la manera de cómo relacionarse en la sociedad, contribuye en la formación social de cada individuo.
“Educación y la formación de los seres humanos cuenta muchísimo, porque cuando tú logras prender una conciencia con una convicción realmente profunda, puedes generar cambios sencillamente sorprendentes, inimaginables”.
Foto: Gilberto Barrón
