- El camino para el cambio en las leyes está trazado pero queda mucho por recorrer: Alejandro Madrazo Lajour
- La laicidad en México está erosionándose para un bien de la sociedad con más apertura en las leyes
Según Alejandro Madrazo Lajour, constitucionalista investigador del CIDE, uno de los puntos importantes que se pueden resaltar en el tema de la laicidad en México hoy en día, son los palpables cambios profundos en diferentes direcciones opuestas sobre el tema.
Por una parte puede verse que instituciones que tenían anteriormente una enorme influencia de la Iglesia y doctrinas teologales, como hasta hace poco el matrimonio, están siendo erosionadas. “Todavía en el 2006 la Suprema Corte sostuvo que la violación entre cónyuges no era violación sino el ejercicio de un derecho porque existía un débito carnal”.
Cabe señalar que la idea del débito carnal viene de las creencias religiosas y católicas acerca del matrimonio, siendo una institución que se funda para procrear; por lo tanto se debe estar dispuesto a la relación sexual, además de tener el derecho sobre la sexualidad de la pareja; derivado de esa forma de entender el matrimonio -la cual es profundamente católica- la Corte sostenía eso.
Para 2011 la propia Corte revirtió dicho fallo sosteniendo que violación es violación sea o no entre cónyuges, “esas son buenas noticias aunque aún queda mucho por conseguir”. Existen otros fallos exitosos como el matrimonio igualitario, el hecho de que ya se acepte que la procreación no es el fin principal del matrimonio y que la procreación se puede dar también a través de la adopción por parejas del mismo sexo. Para Madrazo Lajous, todo ello habla de una transformación profunda en el derecho que va perdiendo de esa milenaria carga teologal católica.
Se puede observar la erosión abierta y evidente de las cláusulas políticas fundamentales del constitucionalismo mexicano, que impedían la participación política de la jerarquía católica; hoy en día la constitución restringe los derechos de los jerarcas católicos para intervenir en el debate político público, sin embargo vemos a los obispos, como sucedió en Aguascalientes, que montados sobre los detalles y decisiones políticas, descalifican a los legisladores porque no gobiernan como ellos quieren.
“Son dos direcciones distintas que están en tensión constante pero que están transformando la relación del Estado con la Iglesia”. El resultado aún no lo podemos saber según el investigador, pero se sabe que ya se está en un proceso de flujo claro, sobre todo en cuanto al espacio local, mismo que será cada vez más importante en la determinación de la dirección que adquiera esta relación del Estado con la Iglesia católica.
El Distrito Federal tiene una pauta clara con respecto a la Iglesia católica, mientras que estados como Guanajuato tiene una pauta opuesta marcada de cercanía con la jerarquía eclesiástica; en el caso de Aguascalientes, Alejandro Madrazo Lajour manifestó estar en una tensión fuerte, “vimos una influencia enorme del obispo en el proceso pasado de reformas”, aunque al final el legislativo mantuvo su autonomía y llevó a cabo un proceso serio de liberación con un proyecto de reforma que después el propio obispo saboteó, “no podemos saber dónde quedará parado Aguascalientes, pero lo que sí sabemos es que no estará ni cerca de como está Guanajuato, ni tampoco el Distrito Federal”.
Ahora bien, el especialista subrayó que en el caso del Distrito Federal, el cambio cultural se vino después de un cambio legislativo; al igual que éste, hay otras entidades federativas como Oaxaca o Nuevo León, en donde sólo a través de la actividad judicial se ha podido reclamar, ante la Suprema Corte, que se reconozca el matrimonio igualitario inclusive si el legislador no actúa, “el camino ya está trazado, es por la vía judicial lo que moverá el cambio en el país”.
El camino es robusto en cuanto a este tema, existen ya hasta espacios locales como en un municipio de Colima donde una presidencia municipal registró matrimonios entre parejas del mismo sexo; por ahora el respaldo de la Suprema Corte se está abriendo desde los derechos fundamentales, por lo tanto el camino por recorrer es aún muy largo.
Foto: Roberto Guerra.
