Esta es la historia de nuestro querido Gerardito: Llegó al mundo junto con Aurorita su hermana en marzo de 2006 (de un embarazo de cuatrillizos; desgraciadamente dos de sus hermanos murieron). Sin embargo su vida sería muy diferente a la de su hermana; llena de dolor, de pruebas difíciles, pero siempre superando los obstáculos que se empeña en ponerle la vida.Al ser prematuro pasó 3 meses en terapia intensiva neonatal, en donde tuvo ictericia, enterocolítis necrotizante, convulsiones, apneas, estuvo intubado, problemas para deglutir cuando empezó a comer, infecciones generalizadas (sépsis), hemorragia intraventricular grado II.
Cuando por fin salió parecía estar bien, seguía objetos con su mirada, su cabecita estaba fuerte, se movía mucho y sonreía!, pero se tardaba mucho en comer, tenía reflujo y cólicos espantosos, dormía mucho y parecía estar asustado; después de su primera vacuna todo cambió de manera terrible, Gerardito empezó a tener «espasmos» que son pequeñas convulsiones que interfieren en el desarrollo del niño incluso desapareciendo habilidades ya obtenidas y dejó de comer.
Después le diagnosticaron Síndrome de West, que es una enfermedad de crisis convulsivas, Gerardito comenzó a tener cada vez más espasmos, dejó de sonreír, de detener su cabeza, de sentir en casi todo su cuerpo, dejó de tener conexión con el mundo que lo rodeaba, Gerardito simplemente olvidó como era comer y empezó a microaspirar dejó de deglutir, y eso provocó que tuviera flemas lo que le causó neumonía, la única solución fue ponerle una Gastrostomía, que es un tubo para alimentarlo que va directo a su estómago, él dejó de comer por la boca, y hasta el día de hoy sigue sin hacerlo.
Gerardito también ha tenido problemas con su cadera un sin fin de veces, ha tenido que usar un cojín de freicka, arnés de pavlick por meses enteros sin quitárselo para lograr que su cadera no se salga del lugar.
Ha estado en el hospital 20 veces. Su diagnóstico fue «Lesión Cerebral severa, bilateral y difusa en corteza y cerebro medio”. Esta lesión no estaba focalizada en un lugar en específico, estaba en todo su cerebro y había dañado muchas habilidades como el habla, la visión, la movilidad, entendimiento, conducta, memoria, etc.
Su papás y toda su familia han dado todo por él: ha estado en el CRIT, en los Institutos de Filadelfia, se le ha hecho terapia, pero sobre todo se le ha dado todo el amor del mundo”.
Así conocí a Gerardo Muñoz Ortiz, a principios de junio de este año, cuando Paty Ortiz, esposa de Mario Guevara Palomino, me mandó la invitación para pertenecer al grupo de apoyo que creó junto a Liliana, su mamá.
A diferencia de otras historias a las que el Internet me había llevado, el hecho de que esta tuviera involucrada a personas que conocía, de carne y hueso, provocó un especial interés. Leía cada semana los esfuerzos de un niño de 3 años por aferrarse a la vida. Recordaba el vacío que llenaba los ojos de mi compañero Manuel Appendini cuando me contaba el sufrimiento que tuvo cuando su hijo tuvo problemas por ser prematuro. Trataba de colocar esa experiencia, e imaginar lo que sus padres habían tenido que pasar en los últimos 3 años.
El 14 de Agosto, sin embargo, recibí un mensaje demoledor: “Hola soy Lilí, la mamá de este hermoso bebé, Gerardito ha estado sumamente grave, tiene 14 días internado con mil problemas, ahorita tiene una sépsis por varias bacterias multiresistentes y está totalmente infectado, con insuficiencia respiratoria, muy mal, los médicos no se explican porque Gerardito sigue aquí, el resiste, lucha, pero lo veo sufrir, desde el viernes yo lo entregué a Dios y a la Santísima Virgen María para que lo tomaran entre sus brazos, el milagro que pido es que se vaya sin sufrir, porque esta sufriendo como nunca antes había sufrido, y yo junto con él, y les suplico a todos ustedes que son ya parte de nuestra familia eleven una oración al cielo pidiéndole a Dios que en su infinita Misericordia le conceda a Gerardito un final feliz, se lo merece… pase lo que pase, aquí o en el cielo, pero un final feliz en toda la extensión de la palabra… Gracias por todo!!!”
Imaginé lo qué habría tenido que pasar una madre que sólo pidiera un final feliz a Dios para su hijo. Pocas veces las palabras de alguien me habían conmovido tanto. Los días siguientes, visitaba el grupo con mucha mayor frecuencia, y revisaba mis mensajes recibidos esperando una noticia. Enterarme de las injusticias normales, me daba más coraje del normal. Le conté la historia a Appendini para poderla compartir con alguien. Le importó, como a las 4 mil personas que formaban ya parte del grupo en Facebook.
El 16 de Agosto Liliana nos platicó que después de 15 días en el hospital, descansaba un poco en casa. Nada nuevo sobre Gerardito. Seguía esperando noticias. Aunque las palabras de la madre me hacían desear el final feliz, también, no sé si en forma egoísta, quería saber que estaba vivo.
El 23 había un mensaje. “YA EN CASA!!”, se titulaba. “Las semanas pasadas vivimos momentos de terrible pánico al ver a Gerardito tan enfermos, los médicos nos hablaban de un final para él, entonces comenzamos a rezar para que no muriera; como padres, el dolor más grande es ver morir a un hijo, ya habíamos dejado ir a dos de nuestros bebes, pero Gerardito era diferente, el dolor se hacía insoportable… pedimos fuerza y de verdad que nos la mando, empezamos a experimentar una paz maravillosa pues sabíamos que pasara lo que pasara, estaba en manos de Dios y estando ahí todo sería hermoso a pesar de todo. Muchísimas personas alrededor del mundo se pusieron a rezar por él, la energía era preciosa, sentíamos tanto amor!!!, y entonces Gerardito empezó a reaccionar, había dejado de orinar ya 12 horas antes, su hígado estaba enorme y ya no funcionaba, tenia insuficiencia respiratoria, su ritmo cardiaco no bajaba de 190 lpm, y en un segundo todo empezó a mejorar, a establecerse, los doctores dicen que fue un milagro, porque no entienden como fue”
El mensaje fue poético, tranquilizante, esperanzador, justo. Un placer conocerte, Gerardito.
P.D. Sin que hayan venido más mensajes, me imagino que la lucha sigue y seguirá. Y aunque por la alegría, no nos haya insistido, me imagino que Liliana sigue necesitando el apoyo y la solidaridad de la gente para ayudar a Gerardito. Su idea era que cada miembro del grupo donara 10 dólares para el tratamiento del niño. Será una decisión de la que jamás se arrepienta. A continuación, los números de cuenta:
México
Gerardo Benjamín Muñoz Díaz
BBVA BANCOMER No. CUENTA: 1434232089
SUCURSAL 4196
(CLABE)para transferencias interbancarias vía internet: 012010014342320894
Aguascalientes
Liliana Paulina Ortiz Lozano
BANORTE No. CUENTA: 0558109079
SUCURSAL 0869
(CLABE)para transferencias interbancarias vía internet: 072010005581090798
# de Tarjeta de débito 4915662231777460
Aguascalientes
