Una vez que el libro sale de las manos del autor la interpretación de cada una de las historias no es ya responsabilidad de quien escribe. Ellos se preocupan por crear una narración, ya sea con figuras o sin ellas, que tenga una ilación, el resto del trabajo no es labor suya, comentó Bernardo Fernández Bef, autor de literatura infantil que estuvo en la 42 Feria del libro del Instituto Cultural de Aguascalientes (ICA) para presentar algunas ediciones.
Cada vez que hace un nuevo libro se lo muestra en primera instancia a su esposa, que es su crítica más implacable, sin embargo también está consciente de que después de haber terminado un nuevo texto, el autor pierde el control sobre el libro. “Pero no, yo creo que no tienes control de eso, lo sueltas y es como una botella al mar, cada quien encontrará lo que pueda o quiera la interpretación ya no te pertenece”.
En muchas ocasiones a través de ferias del libro, presentaciones editoriales y encuentros de escritores ha tenido la oportunidad de que los lectores le expresen su propia interpretación de lo escrito. “Yo me siento muy afortunado de tener lectores porque en México es muy difícil, se va poco a poco construyendo un propio grupo de lectores, cuando la historia ya les pertenece y de repente cada quien tiene sus interpretaciones personales de tu trabajo”.
Desde su perspectiva como autor, las ferias del libro sirven justamente para que quienes escriben tengan la oportunidad de tener un contacto más intimo con el lector y a la vez ellos con otros autores, porque efectivamente estos espacios son propicios para encontrarse con viejos amigos, conocer a escritores de los que sólo sabían por sus libros y compartir ideas entre ellos mismos que enriquecen el trabajo desarrollado por cada uno.
