Los mexicanos estamos viviendo un proceso electoral el cual definitivamente y por lógica es diferente a todos los que hemos vivido hasta hoy. Estamos a 27 días de la elección y en estas campañas electorales han acontecido sucesos que nadie, ni los más experimentados analistas políticos, los war room –centros de mando y estrategia de los candidatos y partidos- había predicho o previsto, por ejemplo la participación de los jóvenes, que ahora no sólo los candidatos y partidos los quieren tomar en cuenta o llamar su atención para obtener su voto. La participación en la vida social y política del país de los jóvenes, principalmente estudiantes, es un hecho inédito; han sido sobresalientes sus protestas por la manipulación política e informativa que se estaba dando en el proceso electoral a través del descarado ataque y apoyo a determinado, candidato léase PRI. Desafortunada –para sus aspiraciones- fue la reacción de este partido al intentar, en primera instancia, descalificar el movimiento de jóvenes lo cual provocó una reacción de los mismos a nivel nacional que todavía no vemos hasta dónde va a llegar.
Lo interesante ahora será el ver qué va a pasar con este movimiento después del 1 de julio, o sea después de las elecciones, y después de conocer los resultados. Para mí, sería benéfico para el país el que este movimiento desemboque en una permanente participación de los jóvenes en la vida nacional, y sobre todo como un factor de cambio hacia un México más justo, democrático y, sobre todo, de oportunidades para todos en todos los ámbitos.
A últimas fechas, en el país se han vivido diversas situaciones, unas importantes y otras delicadas y agresivas. El ya referido movimiento #Yosoy132; la escalada de violencia del crimen organizado, hace unos días, quemando camionetas de una empresa trasnacional distribuidora de frituras; ataques en algunos estados a las autoridades con el fin de amedrentarlos; el ataque sistemático a estos delincuentes, de parte del gobierno, para llevarlos ante la justicia; la publicación de las redes criminales de los ex-gobernadores de Tamaulipas, con datos sobre la congelación de sus bienes, tanto en la Unión Americana como en México, obtenidos por la presunta complicidad con el crimen organizado, lavando dinero de los mismos; asimismo las complicidades con “constructores” a modo. Existe una investigación periodística que da cuenta de los nexos del actual candidato a la presidencia municipal de Monterrey con el candidato del PRI a la Presidencia de la República cuando éste era gobernador del Estado de México; la investigación da cuenta de la fortuna que tiene, derivada de esa relación.
Es innegable que estas situaciones, se supone, pondrían, a cualquier país al borde de la inestabilidad, pero no, estamos en México y estos hechos no asombran a nadie, sólo comentan que por qué se dilataron en descubrirlo, en hacerlo público, y así lo que se pensaba que junto con el impacto mundial de la crisis Europea, que golpea por igual a todas las economías del mundo y México no es la excepción, nuestra economía sería desestabilizada por estos asuntos. Como conclusión podemos sacar que el trabajo de los mexicanos y la unidad sobre las preferencias electorales, haciendo cada uno lo que nos toca y, paralelamente, trabajando cada quién por el candidato de sus preferencias, México ha entendido que si debilitamos nuestra posición económica todos padeceremos problemas graves, como los del priato en donde cada seis años se reinventaba el país, económicamente hablando.
Debo comentarle que en el Congreso está una iniciativa del presidente Calderón para la autorización de aportar más recursos al Banco Mundial, con lo cual México sería de los 10 países más importantes en la conformación accionaria del mismo y por ende con mayor capacidad, llegado el caso de derecho de giro, para préstamos emergentes en caso de una crisis.
Por otro lado vemos que la salida de capitales golondrinos, algunos empresarios, tratando de obligar al gobierno Mexicano para que les haga el negocio de salirse del país con sus dólares a precios de ganga, se han encontrado con un gobierno Mexicano que atiende las prioridades del país y no de las elecciones y sólo regula el precio de la divisa americana hasta donde no se lastimen nuestros exportadores, pero no financiando a los que se van a otro lado con su dinero, que no todos son extranjeros; asimismo vemos un Banco de México autónomo y fuerte que decide, aquí en nuestro país, el destino del peso y no como antes que se hacía desde Washington y en los bancos extranjeros, a los que el Estado Mexicano les debía hasta la producción de un año de petróleo (recuerden 1995). Obviamente esto nos da certeza, al saber que las reservas de Banco de México se sitúan arriba de 154,000 millones de dólares y a pesar del ataque que significa la salida de capitales golondrinos, no han podido debilitar su posición y cuando quieran regresar deberán buscar ganancias reales y de acuerdo al costo del país, para lo cual México es un país de los más sanos y por lo tanto de costo más bajo.
Tenemos por otro lado, la consideración de las grandes obras de infraestructura en país, que serán inauguradas pasando las elecciones, pues la Ley Electoral lo prohíbe en estas fechas; es indudable que hasta ahora no se ha puesto en entredicho la estabilidad fiscal de nuestro país y sobre todo la transparencia a nivel federal, que ha sido calificada en el exterior como de avanzada; caso contrario es la deuda de los estados que creció el año pasado en un promedio de 22%, y lo más grave, con una opacidad tremenda y con gobiernos estatales que en el tiempo que les queda de gobernar, sólo se dedicaran a estar pagando la deuda adquirida, sin hacer obras y programas sociales, o endeudándose más, y por lo mal calificados pagando intereses de lo más caro por su posición.
Por lo tanto, estimado lector, las elecciones de l de julio no son un peligro para la economía, ya que nuestra economía no está supeditada a esta fecha, ésta está reaccionando realmente al buen o mal manejo de la misma y esperamos que quién ha ofrecido manejar esto con responsabilidad, como es Josefina, cumpla y México no pague los costos de manejar la economía con irresponsabilidad.
