Uno nunca acaba de saber todos los intereses que se juegan en una elección. Son claros los políticos, los de poder; un poco más al fondo los económicos y los de relaciones públicas; luego los ideológicos y otros. En juego no está quién dirige un país -tratándose de una elección presidencial- sino como si el mundo fuera un barco, se juega la carga del ganador, para ver a dónde se dirige y bajo qué circunstancias.
Todas las elecciones presidenciales del mundo son importantes para los ciudadanos de cada país, pero sin duda, de las que más llaman la atención son las norteamericanas. Son un país poderoso que incluso en las crisis, no deja de tener el mando de los intereses mundiales.
Dicen que Porfirio Díaz el dictador mexicano, se refería a los mexicanos por su triste suerte: ¡tan lejos de Dios y tan cerca de los gringos! Y aunque reconozco que de muchos mexicanos siempre ha habido una visión antigringa, a veces patriotera, lo cierto es que nuestra balanza comercial depende en gran medida de ellos. Pero hoy no estoy hablando de economía directamente, sino de circunstancias.
En las elecciones del martes 6 de noviembre entre Barack Obama contra Mitt Romney, en las que triunfa el actual presidente Obama por 303 votos de delegados contra 206 de Romney no sólo se disputó el poder del país más intrigante del mundo, sino otras cuestiones que vale la pena recalcar.
Legalizar la mariguana para “usos recreativos”.
Mientras la gente veía quién ganaba “el burro” o el “elefantito”, en dos estados —Colorado y Washington— se aprobó el uso de la mariguana para mayores de 21 años, donde en el primer estado, tiene ese fin “recreativo”, como quien juega a una ruleta rusa donde tarde o temprano será derrotado y absorbido por el mundo de las drogas. Y aunque ya otros estados como California que tienen el uso “medicinal” de la mariguana —preguntémosle a Julio César Chávez Jr. a ver si se le quitó el insomnio— el gran tema es que el otrora primer país opositor y luchador contra el uso y tráfico de las drogas hoy las está legalizando. Esta paradoja pone un primer reto a nuestro nuevo presidente y su equipo de trabajo, pues según Ethan Nadelmann de la Drug Policy Alliance, México le lleva de manera ilegal a los clientes norteamericanos, hasta el 70 por ciento de lo que consumen en mariguana, y con ese argumento ya han volteado los ojos a Latinoamérica para ir “suavizando” las leyes en ese sentido y México tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos es por supuesto el primero en la mira.
Los argumentos dados son entre otros que al legalizar las drogas se hace perder dinero a los narcotraficantes (las cifras que estimaron por aprobar la mariguana en Colorado y Washington superan los mil 400 millones de dólares), lo que hace suponer -ingenuamente- que el crimen organizado dejará ir ese dinero y ya. Hay que revisar los incrementos en otros delitos que surgen para “taponear” las pérdidas del narco por dejar de vender esas drogas (secuestros, extorsiones, trata de personas, sicarios a sueldo, etc.) ¡Como si no hubiera otras muchas más drogas! En fin. Ahí tienen el fracaso de la legalización de mariguana en Holanda desde 1976, que no sólo no redujo el uso de mariguana, sino que incrementó tráfico de drogas ilegales como la heroína, y que ha llevado a nuevos mercados más jóvenes (tal es el caso en México con el alcohol y el tabaco), a sumergirse en un túnel sin retorno.
El mensaje más peligroso es que el país más poderoso ahora está legalizando las drogas, y que su presidente se ha venido convirtiendo en la bandera de una serie de actos que atentan contra la vida, la familia y la dignidad humana en muchos sentidos. El mensaje más peligroso es que se reeligió y que prometió una reforma migratoria, en la que nuestro país está muy interesado por obvias razones. La pregunta sería ¿cuál será el costo de dicha reforma si es que sale?¿Qué habrá que ceder a cambio para que los paisanos ilegales se regularicen allá? ¿Legalizar las drogas? ¿Aceptar más políticas antivida y antifamilia a cambio de dicha reforma? Es un balance donde el costo social es tan alto, como que un día no muy lejano, nuestra sociedad esté igual de disgregada como la americana, total, de todos modos muchos quieren parecer y vivir como gringos.
@comandanteserra




